LXXXVIII. Tyler

820 115 3
                                    

Vale, segunda parte del plan –dijo Dani nada más pasar el cartel de Samlesbury y adentrarse al pueblo–. Encontrar donde dejarles, podéis ir diciendo lugares –Dani pasó por delante de la tienda de antigüedades–. ¿Qué tal ahí?

–¿Eso no es el lugar de trabajo de alguien? –le preguntó Melody que iba en el asiento de co-piloto.

–Era el de Tyler –respondió Dani.

Melody no volvió a mencionar ese lugar pensando que a las chicas les dolía aún la traición de su amigo. Dani aparcó en una calle vacía.

–Lo cerraron y se han mudado –dijo Eli caminando hacía ellas–. Jonathan, tu trabajaste ahí hace dos veranos, ¿conservas la llave?

Jonathan negó y se unió a ellas en los asientos delanteros.

–¿Qué tal la taberna de Bill? –preguntó el chico.

–La abrieron el pasado mayo con un dueño diferente –contestó Eva, que también se había acercado ahí–. ¿La biblioteca?

–¿Estas de coña? –preguntó Dani–. La bibliotecaria nos odia.

Detrás de ellos, Heather empezó a hablar con Ona que había abandonado su cristal.

–¿Has visto a Charlotte? –preguntó Heather en un hilo de voz, Ona asintió–. ¿Qué te dijo?

Ona se agachó para llegar a estar en su altura.

–Me dijo que estaba muy orgullosa de ti –contestó la chica con total serenidad–. Y que algún día vendría a visitarte en sueños.

–Ona –esta vez la que hablaba era Lidia–. Si algún día de estos te encuentras a mi madre, dile que lo estoy intentando.

–¡Se acabo! –exclamó Dani, se bajó de la furgoneta seguida de Eva y Eli que después de debatir largo y tendido sobre donde dejarles habían votado por la tienda de antigüedades.

–¡Esperad! –exclamó Melody y a continuación se quitó el cinturón y saltó del automóvil y las siguió.

–Jonathan, ¿qué piensa hacer mi hermana? –preguntó Zed.

–Entrar en propiedad privada.

Vieron como las cuatro chicas se colocaban delante del imponente edificio que seguía con el cartel de cerrado temporalmente puesto, pero ese cartel llevaba ahí desde enero. Dani primero probó y cogió el pomo de la puerta para ver si por alguna casualidad estaba abierta. Jonathan y Zed rezaron en su cabeza para que así fuese y así no tendrían que sacar a Dani de comisaría cuando entrase ilegalmente en un edificio. Pero sus plegarias no fueron escuchadas, porque al minuto y medio de eso Dani cogió una piedra que había en una maceta cercana, rompió el cristal de la puerta y abrió desde dentro.

–Tu hermana es una salvaje –comentó Jonathan.

–Ni que lo digas –murmuró Zed, seguidamente se giró hacía las brujas–. ¡Esta bien señoritas! Hemos llegado a nuestro destino, id bajando del vehículo y dirigiros a la puerta del cristal roto.

Las chicas se fueron levantando una a una, ahora un poco más fuertes gracias a la comida y agua  que Eli les había dado y fueron bajando una a una, menos Adele y Sophia que fueron más tarde ya que su amiga le estaba traduciendo a lenguaje de signos lo que el rubio había dicho. Entraron a la tienda de antigüedades y descubrieron que nada había cambiado, las antigüedades seguían en el mismo lugar, como si al irse, Lena y Tyler Jensen solo hubiesen cogido lo necesario y lo demás lo hubieran dejado atrás para que se pudriese con los años.

El sótano también seguía igual, el sofá, la barra... Todo menos el espejo, el espejo en el que Eli había desaparecido hace un año, lo habían cambiado de sitio, ahora estaba en la barra y había una nota a su lado.

Dani se acercó y agarró la nota y la leyó en alto, porque esa caligrafía se le era muy familiar. La nota decía:

Querida Mamá:

Acabo de volver Lancashire, pero antes he estado en Pendle Hill con Eli, Dani, Jonathan, y Eva y sus hermanos. Fuimos en busca de Ona y Zed, porque les raptó una fuerza maligna después de que las chicas se enfrentasen a Grace Sowerbutts el día de la cacería. Siento no habértelo dicho pero era secreto y creía que podía mantenerlo así por un tiempo. Hasta que la estancia en Pendle se alargó, Zed encontró el diario de las brujas y las cosa se fueron cuesta abajo.

Nos echaron a Thomas y a mi, dudamos en que hacer en un principio, pero volvimos a la universidad y nos deshicimos de nuestros clones (creamos unos clones para que nadie sospechará donde estábamos durante nuestra estancia en Pendle). Pero cuando estuvimos en Lancashire nos visitó una bruja muy antigua cual nombre no recuerdo, pero amenazó a las chicas con la muerte. Thomas y yo corrimos de vuelta a Pendle, pero de camino fuimos atacados por los secuaces de dicha bruja. No fue Grace Sowerbutts, fue para bruja mucho más poderosa. Pero nos hizo olvidar su nombre.

Hubo un momento en el que nos perdimos de vuelta a Pendle por la confusión de Thomas y volví a Lancashire porque también le había perdido a el. Desde entonces solo me he centrado en mis estudios. Hasta que cuando estaba celebrando el año nuevo contigo, bajé aquí y me encontré con el espejo en el que Eli había desaparecido. Brillaba. Tenía como poder o algo, y era justamente eso, reconocí el poder negro de Eli, el gris de Dani y el blanco de Eva. Ahora voy a meterme en el y no se a donde me llevará, pero solo quiero ayudar a mis amigas y ganarme su confianza de nuevo.

Te quiere tu hijo, Tyler.

P.D Si me buscas estaré en Salem, por el 1600, en los juzgados de brujas. Lo siento.

–Ay, Tyler –murmuró Dani–. ¿Qué has hecho?

El secreto de las brujas de Salem | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora