CX. Good, Bishop y Nurse

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–¡Suficiente! –exclamó Lidia, y empezó a acercarse a la puerta, dispuesta a ir a hablar con las tres chicas a su manera.

–¡Lidia! –le llamó Deborah–. ¡Espérate un segundo!

–¿Soy la única cuestionando por qué tienen nuestro grimorio? –preguntó Melody, había cogido el libro y empezó a ojearlo–. Literalmente, están nuestros nombres aquí dentro, arboles genealógicos incluidos...

Deborah giró la cabeza de vuelta a Melody interesada. Nunca supo quienes fueron sus padres porque no dejaron nada de información. Ahora podía saberlo, pero de momento le dijo no a la idea, sonaría bastante egoísta si en medio de ese lío empezaba a buscar información de sobre su pasado. Ya habría tiempo para eso.

Dani empezó a caminar y se colocó al lado de Lidia.

–¿Vamos o no vamos? –le preguntó la chica.

Ona apareció, para la sorpresa de Eva, ya que ella pensaba que estaba en Samlesbury, ayudando a los chicos a buscar información desde ahí, ya que tenían mayores fuentes como internet y una extensa biblioteca.

–¿Qué pasa? –preguntó la chica, seguramente había sido alertada por la piedra roja de Samlesbury, y como era un fantasma y podía transportarse a través de sus dos piedras había sido enviada por los chicos para que se asegurara de que todo estuviese en orden.

–Gwendolyn, Estelle y Shay –dijo Heather–. Es posible que sean brujas.

Todas miraron a Heather y la habitación se quedó en silencio. No habían caído en aquella posibilidad. Luego, cuando repasaron todo lo que sabían sobre ellas, empezó a encajar todo en aquella imagen. Para empezar, estaban en Salem, tenían dos grimorios, han venido de otro tiempo, uno como el suyo o cercano. Eli sospechaba de ella desde el primer momento.

–¿Entonces vamos ya? –preguntó Lidia, en su palma hizo aparecer una llama de fuego rojo–. Estoy preparada.

–¡Apaga eso! –exclamó Heather–. ¿Te has vuelto loca? –Heather se acercó a las ventanas y reviso que nadie se encontrara alrededor, abrió la puerta y después de revisar que no había nadie en el pasillo que pudiera escucharlas, la volvió a cerrar–. ¡Lidia, no vas a quemar a nadie!

–¿Entonces simplemente las dejo inconscientes? –preguntó la chica.

–¡No, no! ¿Tu quieres que nos encierren?

–¡Heather, deja de preocuparte de lo que puedan hacernos! ¡No podrán decir nada si les reducimos la existencia a cero! –contestó Lidia.

—¡Necesitamos saber qué pasa! —exclamó Deborah.

–Tiene razón –dijo Eva, apoyándola–. Hay que ir y hacer que nos digan lo que esta pasando.

—Y si no, las partimos la cara —añadió Dani.

–¡Las hechizamos! –concordó Eli, que empezaba a absorber la ira de las dos rubias.

–¡A quien vas a hechizar tú! ¡Si sigues sin poderes! –le exclamó Heather a Eli.

–¡Aún conservo los puños! –replicó la chica.

–¡Pues vamos!  –insistió Lidia–. ¿Queremos la verdad? ¡Vamos a buscarla! –Lidia fue la primera en salir después de volver a la cama para coger un secador, casi al instante la siguió Dani, Eli fue detrás junto a Sophia, Adele y Ona.

Heather suspiró, claramente frustrada por lo que podría pasar. Pero salió detrás de Eva, la cual se empezaba a arrepentir de sus acciones, ya que podría encontrarse a Tyler y a Estelle.

El secreto de las brujas de Salem | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora