XC. La cuerda de la horca

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–Oficialmente se ha vuelto loca –comentó Dani, mientras iba hacía Eva y la acariciaba el brazo–. ¿A Salem? ¿Como quieres irte a Salem?

–¿Y para qué? –añadió Sophia.

–Porque nuestros poderes están ahí, ahí esta nuestra magia. Tyler fue ahí porque le pareció ver el tipo de magia que hacía Eli, la que hacía Dani y la que hacía yo –Eva se aclaró la garganta–. Yo creo que no perdemos nada –a la chica le escocían los ojos y quería morirse de la vergüenza porque todos la miraban, expectantes.

–¿Es por eso o por alguien? –preguntó Christian, enarcando una ceja.

Eva se acercó a el.

–Si te refieres a Tyler, si. Le conozco, le conozco también como le conoce Eli o Zed, y se que ya debería haber vuelto. Si no lo ha hecho es que algo esta pasando –señaló el espejo–. Está ahí atrapado con nuestros poderes  –volvió a señalar, esta vez la caja en la que había estado rebuscando cosas–. En esa caja hay una bolsa vacía de un traje antiguo de la época. ¿Necesitáis más pruebas?

Melody negó con la cabeza y se acercó a Eva, y Ona salió de su cristal y se hizo presente, para la sorpresa de Christian y Donovan.

–Yo estoy contigo –dijo Melody–. No olvidarnos de que Tyler menciona una bruja que hizo que Thomas olvidase quien era. Si mañana tenemos que luchar contra ella quiero estar preparada.

–Eva, se que eres muy lista y sabes que voy a apoyarte en todo –Dani tragó saliva–. ¿Pero estás segura de que Tyler esta ahí? ¿Que nuestros poderes están ahí?

Eva asintió, de la caja cogió un vestido antiguo gris y se lo entregó a Dani.

–Es de tu talla –explicó–. Vamos a viajar mas de 100 años atrás en el tiempo –fue cogiendo más trajes de la caja y le entrego uno a Melody, luego fue hacía Eli–. ¿Que me dices?

Eli agarró el traje que Eva le tendía.

–Digo que lo intentemos, aunque debo de decir que Adele y yo seremos una de las principales acusadas como brujas.

–¿Por qué? –preguntó Melody, curiosa.

–Porque las pelirrojas, las que tenían pecas y marcas de nacimientos solían ser las principales acusadas –respondió Ona al instante, recordando una conversación que mantuvo con Eva al principio del verano del año pasado.

–Sophia, ¿estas dentro? –le preguntó Eva, la chica asintió y Eva le entrego su traje y a Adele el suyo, porque ella también había levantado la mano–. ¿Lidia?

La chica dudó pero aceptó el traje. Eva no llegó a preguntarle a Deborah, porque la chica fue directamente a ella.

–¿Cuando nos vamos? –preguntó.

–Cuando estemos listas, cuanto antes mejor –contestó Eva, decidida, caminó al centro de la sala–. Tenéis que saber que no se cuanto tiempo estaremos ahí. Lo que si sé es que no tenemos que dar mucho la nota. Evitarlo. Buscamos nuestros poderes, a Tyler y nos vamos –todas asintieron.

Hubo una razón por la que todas aceptaron tan fácilmente. Pero las que más sorprendieron porque aceptaron tan rápido fueron Melody y Deborah. La respuesta era simple, ambas habían estado encerradas por un periodo bastante largo de tiempo, ambas necesitaban un respiro, ambas necesitaban ese viaje. Ambas querían fortalecerse.

–Eva, a nosotros no nos has dado traje –habló Donovan.

–Es que vosotros no venís –contestó la chica.

Donovan confundido levantó las cejas.

–¿Y por qué estamos aquí?

–Porque como habéis actuado como si no nos conocieseis os raptamos para intentar ayudaros y así que no dijeseis nuestro paradero —Donovan intentó meditar todo eso, al final llegó a la conclusión que si tenía algo de sentido.

Christian apareció al lado de Donovan.

–Tienes que superarlo, lo hicimos para ayudarlas –contestó el chico, al ver que Eva le ignoró se fue a hablar con Melody.

Eva vio el arrepentimiento en la cara de Donovan.

–Si te sirve de consuelo, Zed y Jonathan tampoco vienen —la chica sonrió—. Necesitamos a alguien aquí que nos cubra mientras estamos fuera, incluidas Lauren y Lilith, no las quiero en esto.

—¿Lauren y Lilith? —preguntó Christian.

—Su familia viene a pasar todos los veranos a Samlesbury —explicó Dani, mientras colgaba todos los vestidos para que no se arrugasen.

—Genial —dijo Eva, con sarcasmo—. Aunque tendremos que hacer algo con ese pelo, no queremos que te quemen el primer día. Ven, siéntate, cuando volvamos lo puedes volver a teñir.

Dani se encogió de hombros, dando a entender que le daba igual. Y esa era la verdad.

—Tenéis que haceros peinados simples —siguió hablando Eva—. Una trenza, o un moño, medio recogido. Ese era el estilo más o menos de aquella época —fue cortando las puntas rosas de Dani.

—¿Y que es lo que tenemos y no tenemos que hacer? —preguntó Eli a la par que le trenzaba el pelo a Lidia.

—No podemos hablar en alto sobre este mundo, tampoco podemos decir palabras de este tiempo, intentad actuar normal, pero con naturalidad, sin que este muy actuado —dijo Eva—. Como uno de ellos.

—¿Qué pasa con Adele? —dudó Sophia—. A parte de pelirroja es sorda.

—Adele tendrá que quedarse en la casa que tengamos ahí o donde nos quedemos escondida. Puede ser juzgada rápidamente y la pueden matar.

Adele se giró a Eva y le dijo algo en lenguaje de signos.

—Adele, vienes porque tú eres la que tiene que coger su magia. No podemos traértela en un frasquito —dijo Dani, mientras hacía los signos correspondientes.

La chica asintió.

—¿Zapatos? —preguntó Sophia.

Dani le señaló una de las cajas en las que Eva había estado buscando cosas.

—Oye, ¿qué es esto? —preguntó Sophia, cogiendo algo que sobresalía entre los zapatos.

Eli se acercó y Sophia se lo entregó, al darse cuenta de lo que era lo tiró inmediatamente al suelo.

—Es una cuerda —anunció.

—No es una simple cuerda —dijo Eva, observándola detenidamente—. Es la cuerda de una horca.

El secreto de las brujas de Salem | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora