CXV. Las descendientes de las brujas de Salem

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Eva encontró a Tyler sentado en un banco. Tenía una mejilla quemada, la bibliotecaria se encargaba de curarle, así que Eva supuso que no sería tan grave, desde donde encontraba ella parecía simplemente como una rozadura o una quemadura que te puede hacer con la plancha. Espero a que la señora terminase de curarle, y justo cuando iba a hablar con el, la señora Southworth la cogió del hombro.

–Eva, querida –dijo la señora, con dulzura, la chica empezó a cuestionarse si la recordaba o no–. Será mejor que te cambies de ropa –le entregó unos vaqueros y una franela azul que habían pertenecido a Lauren y le indicó un baño donde podía cambiarse.

Eli se había levantado finalmente del suelo y se había calmado, con tanto lío no se había dado cuenta de que tenía su bolso colgado, objeto que no llevaba en Salem cuando casi la cuelgan, sospechó. Pero no le dijo nada a Dani o Eva porque no las encontró en el sótano, así que se acercó a donde estaban los demás miembros del club de lo anormal. Abrió el bolso delante de ellos y le entregó el grimorio de Pendle Hill a Melody.

–Tienes que guardarlo con tu vida –le dijo la pelirroja, Melody, que tenía lagrimas en los ojos asintió. Eli sacó el grimorio de Salem y se lo dio a Lilith–. Larga historia, pero confió en ti lo suficiente para saber que también lo guardas con tu vida –la niña asintió.

Siguió sacando cosas, hasta que dio con algo que no había traído de Samlesbury a Salem y viceversa, era un trozo de pergamino con unas palabras escritas:

No permitiré que ningún cazador, o humano os mate antes de que yo lo haga. Estáis avisadas brujas. Empieza la batalla final. -Elizabeth Sawyer.

–Esa es la bruja que ha quemado el pueblo –dijo Thomas.

–Algo me dice que tendremos que luchar contra ella –respondió Eli, sin emoción alguna–. ¿Donde están Eva y Dani?

Jonathan señaló a una de las dos chicas. Eva apareció de nuevo en el sótano y caminó hacía Tyler, le abrazó y le besó la cara varias veces evitando la cicatriz, haciendo que el chico sonriese un poco.

–Esta un poco ocupada –señaló Christian.

–¿Y Dani?

Melody señaló a la chica, que estaba sentada en el suelo del sótano, llorando. No había ni rastro de su madre o padre.

–No, Eli, no vayas –dijo Jonathan, cogiéndole la muñeca a su novia para que no siguiese andando–. No es lo que necesita ahora.

–Iré yo –dijo Lidia–. He sufrido algo parecido.

A Lidia se le encogió el corazón al recordar lo mal que lo paso cuando su madre murió.

Se encaminó hacia ella, pero justo antes de que pudiese decir nada, Lauren se sentó al lado de Dani, no tan cerca, dejando un espacio prudente ente las dos, también llorando, porque ella y Zed habían llegado a compartir algo muy bonito que se acababa de terminar para siempre.

—No queremos que te disculpes, ni que nos des el pésame, no queremos que te sientas mal por nosotras ni que nos recuerdes nuestra miseria —le comunicó Dani a la recién llegada.

—No vengo a eso —Lidia se sentó en el hueco que quedaba libre entre las dos.

Dani y Lauren apoyaron sus cabezas, cada una en un hombro de Lidia.

—Se como os sentís, y no es fácil superarlo, y nada se va a arreglar con un lo siento —la chica hizo una pausa, al sentir como Lilith se sentaba junto a ella y  al lado de Lauren, Thomas. El chico froto la espalda de la joven amistosamente, y esta le agradeció agarrando su mano—. Por eso estoy aquí, por que aunque no diga nada, mi silencio os ayudará como nunca. Os tenéis que sentir protegidas, tenéis saber que hay gente aquí que os quiere –Lidia miró a su hermano, el cual miraba a Eva y a Tyler. Lidia solo deseaba que su hermano hubiese estado con ella cuando su madre murió.

—Es duro y os costará salir adelante —continuó—. Pero nos tenéis a nosotros para ayudar, no estáis solos en esto. Eli ha perdido a mitad de su familia, Eva perdió a Ona, yo a mi madre... Tenéis nuestro apoyo.

Dani sollozó.

Eli estaba llorando de nuevo porque sus hermanos pequeños le habían preguntado a la chica donde estaban sus padres y Oscar. Se habían creído que ellos habían sobrevivido. Pero no era así, Donovan, que se había ofrecido voluntario para ayudar a las víctimas, entró con otro chico arrastrando sus cuerpos. Esa acción demostraba el gran corazón que tenía Donovan, un pueblo en el que no vive, en el que no conoce a casi nadie, y aún así se había ofrecido a ayudar. También demostraba que no todos los hijos de los cazadores salen violentos y el era la clara prueba de que efectivamente, tienen sentimientos.

Tyler y Eva seguían hablando de cosas varias que tenían que ver con lo que había pasado ese mismo día.

–¿Por qué dijiste que tenías un plan? –le preguntó Tyler a Eva.

La chica se encogió de hombros.

–Supongo que no quería preocuparos, quería que volvieseis a casa, porque sabía que después os llevarían a juicio a vosotros.

–Estaba preocupado –admitió el chico.

Eva sonrió.

–Me han intentado colgar para matarme, si después de todo lo que hemos vivido juntos no estabas preocupado, tendríamos un problema –comentó la chica.

Tyler rió un poco.

–De verdad que no eres como las otras chicas.

–Gracias.

Tyler le cogió a Eva la mano. Ya nada podría separarles.

Donovan volvió a entrar al sótano, seguido de tres chicas vestían unos vestidos antiguos, demasiado conocidos para las brujas de Samlesbury y Pendle. Tyler suspiró al  ver ahí a Estelle y negó con la cabeza, cuestionando que se le habría pasado por la cabeza para pedirla matrimonio.

–¿Quienes son esas? –le preguntó Jonathan a Eli.

La chica levantó la cabeza y observó como Estelle, Gwendolyn y Shay entraban al sótano.

–Han aparecido en el sótano de la tienda –les informó Donovan.

–Imposible, el espejo se cerró, ¿no? –le preguntó Eli a Melody.

La chica negó.

–No, pero pensé que lo haría unos minutos después.

–¿Quienes son? –volvió a insistir Jonathan.

–Las descendientes de las brujas de Salem –contestó Deborah.

El secreto de las brujas de Salem | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora