CXIV. hogar

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Ona, de alguna manera había conseguido seguir al espejo en el espacio tiempo y se lo había robado a una bruja, Elizabeth Saywer, que buscaba venganza. Esa bruja era la misma que le se habían encontrado Tyler y Thomas, la misma que les había amenazado con matar a las chicas, la misma que había quemado el pueblo de Samlesbury al completo.

Sophia fue la primera en salir, y pudo jurar que la última vez que vio el sótano no se encontraba en tan pésimas condiciones. Todo estaba carbonizado, quemado, incinerado. El suelo estaba bañado en cenizas, los muebles totalmente negro, había cristales en el suelo, algunos de color rojo, significando que la replica del cristal de Ona estaba roto. Elizabeth estaba horrorizada con aquellas imágenes y empezó a esperarse lo peor. Subió las escaleras, Eva y Dani se miraron y la siguieron. Las seis brujas de Pendle se quedaron observando el viejo sótano.

No había planta de arriba. Directamente el techo de madera había desaparecido y ahora se podría decir que la habitación estaba bastante mas iluminada, ninguna de las antigüedades de Lena habían sobrevivido. Eli las esquivó rápidamente y salió a la calle, no había nadie, estaba desierto, habían algunos edificios y casas que seguían ardiendo, lo único que seguía intacto era el hall de Samlesbury.

Los coches estaban destruidos al completo, derretidos, pegados a la carretera, Elizabeth iba saltando los cuerpos que habían en el suelo, algunos enterrados en las cenizas, otros abrazados y otros simplemente solos. La pelirroja había empezado a correr hacia su cafetería, Eva la seguía y Dani se había desviado en cuanto entraron a la plaza y corrió a su casa.

La fuente de Grace Sowerbutts ya no estaba.

La cafetería no estaba mucho mejor que la tienda. Toda la cristalera se había roto, las mesas, la barra, las sillas, absolutamente todo estaba lleno de cenizas. A Eli le generó tanta tristeza que empezó a llorar desconsoladamente, el lugar donde había crecido estaba completamente destruido, caminaba hacía la cocina cuando se tropezó con el cuerpo inerte de su hermano Oscar, y empezó a llorar de nuevo, abrazando a su hermano, pidiendo que su madre y su padre viniesen, pero de lo que ella no se daba cuenta es que estaba a su lado en el suelo.

La le rompió el corazón a Eva que seguía ahí, oyó a más personas llorar, pero la calle estaba desierta, así siguió los lloriqueos y estos la llevaron a la única parte de la cafetería que no había sido afectada por el fuego: el frigorífico enorme. Ya no daba frío porque el termómetro se había roto por el fuego, pero había alguien llorando dentro, con todas sus fuerzas abrió la puerta y la imagen de dos chicos y una gallina apareció en escena. Eran Dylan y Shawn Bierley, que al ver a la amiga de su hermana, una figura en la que su hermana confiaba y las habían visto juntas casi siempre se aliviaron un poco y corrieron abrazarla. Se sintieron más protegidos.

–¡Eli! –gritó Eva, exasperada–. ¡Eli, ven!

La chica corrió pensando que su amiga estaba en peligro, pero se sintió mucho mejor al ver a Eva abrazada a sus hermanos, así que corrió y les abrazo ella también con fuerza. No supieron cuanto tiempo estuvieron así, pero debió de transcurrir media hora cuando Melody y Jonathan aparecieron en la cafetería, buscándolas a ellas.

Elizabeth al ver a Jonathan vivo, corrió a besarlo, estaba agradecida que tres personas que ella quería hubiesen sobrevivido a aquel desastre. Jonathan las guió lejos de la cafetería, caminaron por las calles de Samlesbury y era desgarrador ver tanta tristeza, te provocaba ansiedad y el corazón te llegaba a doler. Llegaron a la casa de Jane Southworth, que no estaba tan mal como las demás, la razón de esto podía ser que anteriormente había pertenecido a una bruja. O que la bruja en un último momento la había protegido. Entraron y se dirigieron al sótano, donde Eva ya había estado.

Seguía como antes, ahora un poco más iluminado, y había gente. Las chicas reconocían algunas caras de las que estaban ahí, así que se sintieron mas aliviadas. La mesa que anteriormente había estado en el centro de la sala había sido retirada y ahora estaba ahí para proporcionar comida y bebida a los sobrevivientes. En un rincón habían algunos cuerpos de gente que había perdido la vida, Lauren estaba llorando al lado de uno de ellos.

Dani entró en el sótano y enseguida vio el cuerpo de su hermano tirado, con los ojos cerrados y lleno de quemaduras provocadas por el fuego. A Dani le flaquearon las piernas y Eva la cogió antes de que cayese al suelo, Dani empezó a llorar, y casi nunca se escuchaba a esta chica llorar, así que escuchar su lamento era aterrador y te llenaba el cuerpo de tristeza, la chica tenía la cara enterrada en el cuello de Eva. Finalmente, no pudo aguantar más y corrió a abrazar a su hermano, suplicándole que volviera.

Eva corrió a Lilith y a Thomas que estaban de pie, a su lado, Christian le frotaba el hombro amistosamente a Lilith, la cual había presenciado su primera muerte. No la vieron llegar, les abrazó a ambos, llorando. Estaba agradecida de que estuviesen vivos, estaba demasiado agradecida. A la siguiente que abrazó fue a su madre Clarence, que también había sobrevivido. Sus padres estaban a su lado, pero no hablaban con ella, Eva no les abrazó. Aún no había hablado con ellos.

–¿Estáis heridos? –les preguntó a sus hermanos.

Negaron.

–Algunas heridas sin importancia... –respondió Christian, ambos miraron a Dani, ahora se le había unido su madre y Lauren se acercaba a ellos–. Y bueno, Zed...

Al llegar Eva abrazó a su hermana que apoyó su cabeza en su hombro, Eva beso su pelo varias veces. Lauren seguía llorando.

–Oí como Lilith gritaba y enseguida Tyler y yo nos dimos la vuelta, a Zed se le estaba tragando el fuego y gritaba de puro dolor –explicó Christian–. Le ordenamos a Lilith que subiese rápidamente y entre los dos cargamos su cuerpo.

Lauren gimió.

–¿Como llegasteis hasta aquí? –preguntó Eva.

–Nos encontramos a tu madre adoptiva guiar a un grupo hacía aquí. El pueblo entero se estaba quemando.

Eva asintió e intentó hacerse a la idea de que su pueblo había sido quemado. A la mente le vieron recuerdos de cuando Grace Sowerbutts quiso o al menos sospecharon que quería hacer justamente eso.

Lauren ya estaba más relajada, y salió detrás de Dani al ver que la chica salía del sótano con la cara roja y las manos temblando. Eva también empezó a llorar cuando se acercó a ver el cuerpo de Zed, se agachó junto a Eli, que lo estaba pasando mal ya de por si.

Zed estaba muerto, Zed, el chico que regañaba a su hermana cuando intentaba insultar a alguien, el chico que fue secuestrado y al que rescataron, el chico que confió en Eva, el chico que veía la magia dentro de ella, el chico que sabía que iban a ganar esta batalla.

Ese chico se había ido para siempre.

El secreto de las brujas de Salem | ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora