VEINTIUNO

5.1K 776 68
                                    

—Lizeth.
Observó a su padre con preocupación, y hasta algo de temor, debido al tono con el que la había llamado, y su rostro fruncido.
—¿Qué pasa?
—Eso mismo me pregunto. ¿Hay algo de lo que quieras hablarme?
—No sé a que te refieres, papá.
—Sabes que lo único que quiero para ti y tu hermana, es que estudien, que tengan un futuro.
—Lo sé, pero no entiendo porque me dices esto.
—Que a tu edad, comenzar una relación con alguien, sólo frustraría tu futuro.
—Creo ser lo suficientemente mayor, y madura, para decidir eso.
—¿Madura? ¿Mayor? Solo tienes diecisiete años.
—Pronto cumpliré los dieciocho. Y si mal no recuerdo, tú ibas a casarte a mi edad también. Sé lo que hago, no me subestimes.
Apretó sus puños al escuchar aquello.
—Exacto, iba a cometer una estupidez, por falta de madurez.
—Yo no pienso en casarme.
—No vale la pena, no vale nada.
—¿De qué hablas?
—Ese muchacho en quien estás interesada, no vale nada. No tiene futuro, ni ambiciones. A su lado, solo sufrirás. No estoy hablando como padre, lo hago también como hombre. Tipos así no cambian, y terminan llevando a la ruina todo lo que tocan.
Miró hacia abajo, sintiéndose tan afligida.
—Y no me gustaría ver que mi hija acabara de ese modo.
—¿Puedo retirarme? Tengo clases en una hora.
—Ve.
—Gracias —murmuró dirigiéndose a su habitación.
Sus ojos se aguaron a penas cerró la puerta. Aiden siempre había sido muy importante en la toma de decisiones de Lizzie.
Y aunque quisiera aparentar ser fuerte, aun era muy insegura.
Miró su celular, y algunas lágrimas mojaron su rostro.

"Mira amor, creo que no soy el único que te extraña"

Le había mandado Luca, junto a la foto de los dos gatitos durmiendo arriba del suéter de ella que se había olvidado.
Guardó el celular en su mochila, y luego de lavar su rostro, salió.

-o-o-o-o-

"Rubia hermosa, ¿por qué me clavas el visto? ¿Estás en clases aún? Son más de la siete de la tarde, hablame cuando llegues a tu casa, o mejor, puedo pasar a buscarte, dime a que hora sales."

Miró el mensaje y dejó el celular sobre su cama, antes de salir de su habitación.
Necesitaba pensar, caminar, alejarse de todo.
En ese momento, se sentía confundida, y ya hasta dudaba de lo que creía sentir por Luca.

-o-o-o-o-

"Lizzie, ¿estás molesta conmigo? ¿Te hice enojar por algo? ¿Por qué no me respondes? Te he llamado más de diez veces, y solo me manda al buzón"

Se abrazó las piernas, estando sentada en la cama, mientras su cabello aun seguía húmedo por el reciente baño que había tomado.
Deslizó su dedo sobre la pantalla, rechazando la llamada.

"¿Ahora me cortas? ¿Qué demonios ocurre, Lizeth? O me das una maldita respuesta, o juro que en quince minutos estoy en la puerta de tu casa."

"No quiero hablar contigo, no insistas" tecleó la rubia, sintiendo sus ojos arder una vez más.

"¿No quieres hablar conmigo? ¿por qué? ¿Qué pasó?"

"Necesito tiempo."

"Okay, en quince minutos estoy en tu casa"

"No, Luca, no vengas."

Y el muchacho no vio el último mensaje, iría de todos modos, no aceptaría tan fácilmente aquello.

-o-o-o-o-

—Ey, amor ¿qué pasa?
—Me siento una basura.
—¿Por qué dices eso, hijo?
—Lastimé a Becca, y... No fue mi intención.
—Stephan, no puedes culparte por no sentir lo mismo que ella.
—Ella cree que yo le daba esperanzas, y no fue así, ma. Yo no lo hice. La quiero, es muy importante para mi, pero no puedo verla como novia.
—Tranquilo mi amor —le dijo acariciando suavemente su espalda—. Si fuiste sincero, no debes porqué sentirte culpable.
—Es imposible no hacerlo al ver lo destrozaba que estaba.
Sonrió y lo abrazó a ella.
—Sabía que sufrirías al ser mayor.
—¿Por qué dices eso?
—Porque tuve una belleza de hijo, igual de atractivo que su padre.
Sonrió afligido y la abrazó.
—Hubiese preferido ser feo entonces.

-o-o-o-o-

—Debes irte, si mi padre te ve aquí, será mucho peor.
—No me iré, dime que es lo que te pasa. Esta mañana todo estaba bien entre nosotros.
—Quiero tiempo, solo eso.
—¿Tiempo para qué?
—Para pensarlo.
—¿Ya no estás segura de lo que sientes por mi?
—No.
La confusión brilló en su mirada, mezclada con un sabor amargo.
—¿No? ¿Qué fue lo que pasó?
—Vete Luca.
—No me eches como si fuera un perro, dime que te pasa.
Rodó los ojos, molesta.
—Me estás hartando, en serio no creí que serías tan absorbente.
La miró a los ojos, y luego se giró, tomando su casco y subiéndose a la moto.
Si eso iba a recibir al abrirle el corazón a alguien, prefería seguir como antes.
Encendió la moto, y arrancó, acelerando para irse lo más rapido posible de allí.
Sus labios temblaron, y no tardó en comenzar a sollozar.
Ahora no sabía que estaba bien o mal. Su padre siempre tenía razón, él no solía equivocarse. Pero ver aquella mirada de Luca, dolía y mucho.

-o-o-o-o-

Llegó a su departamento y arrojó el casco contra una de las paredes.
¿Por qué? ¿Por qué no quería hablar con él? ¿Por qué quería "tiempo"? ¿Por qué le hacía eso?
Miró la sala, luego a los gatitos jugando en la alfombra y tomó el casco una vez más.
Sabía porqué... No era suficiente para ella.
Él no encajaba en su perfecta vida, él no era del tipo de su entorno.
Un chico de su clase, andaría en un auto último modelo y no en una moto. Estaría estudiando en alguna prestigiosa universidad alguna carrera como derecho, medicina, o quien sabe. Cualquier cosa muy diferente a lo que él era.
Buscó desesperado los cigarrillos en la cocina, y se fue una vez más. No quería estar allí.

-o-o-o-o-

Lo observó curiosa mientras revolvía su bebida.
—¿Por qué estás fumando y bebiendo de ese modo?
Él no respondió, su vista estaba fija en una apuesta pelirroja no muy lejos de ambos.
—Luca —le dijo chasqueando sus dedos frente al muchacho.
—Bebo y fumo porque quiero —sonrió mirando a la chica—. Tómate un taxi.
—¿Qué? Espera —pronunció tomándolo del brazo—. ¿A dónde vas?
—Es una chica muy linda.
—¿Me estás jodiendo? Tienes novia, y hasta donde sé, ella no aceptaría esto.
—Ya no tengo novia.
—No hagas una estupidez, te arrepentirás.
—Sé lo que hago, Lika, no soy un niño.
—No porque se hayan peleado, significa que puedas meterte con otra. Así no funcionan las relaciones.
—¿Tú que sabes? Te recuerdo que nunca pudiste tener un novio, por andar de fácil con más de uno.
Lo soltó y se puso de pie.
—Cuando quieres, realmente puedes ser una completa mierda —pronunció antes de alejarse de él.

...

¿Y si me dices que sí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora