VEINTICUATRO

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—Lo lamento.
—Está bien Luca, dicen que la verdad no ofende.
—Yo no quise decir aquello, no quise ofenderte.
—Por supuesto que lo querías, estabas molesto, herido, y solo querías que alguien más, se sintiera tan miserable como tú.
—Tal vez tengas razón, pero estoy arrepentido, Lika, lo juro.
—No te preocupes, ¿Cómo está Lizzie? ¿pudieron solucionar sus diferencias?
—Sí, nosotros estamos bien, aunque ella —suspiró—. Se siente mal porque su padre no aprobará nuestra relación.
—Es extraño que un padre apruebe el novio de su hija. Ni deberían darle importancia.
—Yo no lo hago, pero para Lizzie es importante la imagen que su padre tenga de ella.
—Pobre chica, así no podrá ser feliz nunca.
—Yo... Sólo espero que no sea así.
—Bueno, en unas dos horas sale mi avión —pronunció poniéndose de pie la castaña.
—¿Qué? ¿Por qué te vas?
—Vine para ayudarte a ti, y veo que te está yendo muy bien solo —sonrió—. Además debo volver, mis papás me han llamado diciendo que me extrañan.
—La nena de papi —pronunció divertido Luca.

-o-o-o-o-

—Es una casa muy bonita.
—Sí, y además segura —sonrió—. Mi papá se esforzó mucho para protegernos.
—Él realmente se preocupa mucho por ustedes.
—Durante años creyeron que habían perdido a mi hermano mayor. Él ya no quiere perder las personas que ama. Incluso mi nombre, es de su prima que tanto quiso.
—Sí, es difícil perder a una persona amada.
—¿A ti... También te ha pasado?
—Sí, perdí algo muy importante en mi vida. Y planeo en algún momento recuperarlo.

-o-o-o-o-

—Nah, nada de Stephan depresivo, arriba —le dijo tomando a su amigo de una de sus manos, y jalándolo para que se pusiera de pie.
—Déjame, Luca. No tengo ganas de salir.
—Lo sé, ¿pero desde cuándo me importa lo que tú quieres? —pronunció divertido.
—Puedes ser realmente un pesado.
—Y así me amas, vamos, arriba.
Suspiró y se puso de pie.
—¿A dónde quieres ir?
—A donde sea. Cualquier lugar que te despeje la mente —sonrió pasando uno de sus brazos por los hombros de Stephan, caminando ambos hacia la salida de la casa.
—¿Cómo está Lizzie?
—Estamos bien. Solucionamos nuestros problemas. Mi madre se enteró que ella es mi novia, así que ya puedes imaginarte su "alegría" —pronunció con molestia, abriendo la puerta de su auto.
—Ya sabes como es tú mamá, no debes enojarte con ella.
—Pero me molesta, Stephan. Mi madre solo es una interesada.

-o-o-o-o-

—¿Qué haces aquí? —Preguntó serio Aiden.
—Lamento haber venido sin avisar, pero debía traerte estos archivos. Son importantes.
Tomó la carpeta, y lo observó con el ceño fruncido.
—De acuerdo.
—Bueno, creo que mejor me voy, eso es todo lo que tenía para traerte.
—Okay, puedes irte entonces.
—Que tengas buenas tarde, Lizzie —le dijo con una casi imperceptible sonrisa—. Igual tú Aiden.
En cuanto el muchacho se fue, miró molesto a su hija.
—Lizeth, ¿No me he hartado de decirles que no deben abrirle la puerta a nadie?
—Pero pa, él es tu empleado, se supone que confías en él.
—Qué confíe en el para el trabajo, no significa que lo haga para que entre a mi casa, cuando solo estás tú.
—Lo lamento, no volverá a ocurrir —pronunció bajo.
—Entiende que si te digo esto, es sólo porque no quiero que nada malo les ocurra, Lizzie.
—Lo sé pa —murmuró.
—Está bien. Cuando llegue tu madre y hermana, avísame.
—Espera, yo... Tengo algo para decirte.
—¿Qué cosa?
Respiró profundo, apretó sus puños con fuerza, y con los ojos cerrados, le dijo su mayor temor.
—Tengo novio.
La miró desconcertado, sin poder procesar lo que había oído.
—¿Q-Qué?
—É-Él... Es un chico maravilloso —pronunció nerviosa—. Me quiere mucho, y yo a él.
—¿Quién es?
—Papá-
—¿Quién es, Lizeth? —pronunció serio.
—Es... Luca —murmuró con pesar.
—¿Es una broma? Ese tipo no tiene ambiciones, no es nadie. No estudia, no trabajo. No hace nada. Es un vividor como su madre. Lo único que hacen, es juntarse con gente con dinero, solo por interés. Piensa Lizeth, ¿Qué clase de futuro piensas que tendrás a su lado?
Sus ojos se llenaron de lágrimas. Le dolía que hablara así de Luca, que pensara de ese modo.
—Te equivocas, él no es como su madre —pronunció en un tono quebrado—. Si tan solo, le dieras una oportunidad de conocerlo.
—Sé lo que es. Gasta el dinero de su padre en fiestas, alcohol, tabaco, y seguramente, drogas, porque es un desastre. No sirve, a tu lado, solo te arruinará la vida.
—¡Basta! —le gritó sollozando, sin poder contenerse más—. No lo cononoces, ¡No quieres hacerlo! Luca se está esforzando mucho para ser aceptado por ti, ¡Y tú ni siquieras lo quieres tomar en cuenta! Ha comprado un departamento en el centro de la ciudad, para poder vivir aquí, y establecer formalmente nuestra relación. Comenzará a trabajar con Noah, un trabajo formal. Y tú... Ni siquiera lo sabías.
—Jamás, haga lo que haga, será aceptado por mí. Nadie te merece, Lizeth. Y mucho menos, él.
—Pero no se trata de lo que tú quieras. Soy yo quien decide, soy yo la que se equivoca... Y soy yo quien lo elige.
—Hija-
—Y no voy a dejar a Luca. Si no puedes aceptarlo, entonces... No podremos llevarnos bien, papá. Ya no soy una niña, sé lo que quiero. Y no dejaré a Luca.

-o-o-o-o-

Estaba estacionando su auto frente a una tienda. Le compraría algo dulce para Lizzie, sabía que a la rubia le encantaba.
Cuando una jovencita pelirroja, se acercó a él, sorprendida de verlo.
—Luca.
Se giró, y al verla, su expresión fue la misma. Hacía cuatro años que no la veía, luego... De que su relación no funcionara.
—Amelie.
—No creí encontrarte por aquí.
—Bueno, ahora vivo aquí —sonrió.
—Que fantástico, quizás-
—¡Mami! —chilló un pequeño rubio, de unos tres años de edad, acercándose a la muchacha—. S-Se me cayó.
—Oh, cariño —pronunció en un tono suave, tomándolo en sus brazos para consolarlo—. Luego te compro otro helado, ¿quieres?
—Está bien —murmuró bajito, abrazándola.
—¿Es tu hijo? —preguntó aturdido.
—Sí —sonrió—. Su nombre es Dashiell.
—¿Cuántos años tiene? —le inquirió, sin poder dejar de mirarlo.
—El mes próximo, cumplirá tres.

...

💖❤¡A continuar con esta historia! ❤💖

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