VEINTISIETE

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Se despertó desconcertada, observando aquella habitación que jamás había visto en su vida, y la desesperación la invadió.
Se miró como estaba vestida, y su respiración se aceleró, al igual que los latidos de su corazón.
Sólo tenía una bata de hospital celeste, y bajo ella, no tenía nada más puesto.
Se bajó de la camilla, y sus pies descalzos tocaron el frio suelo, estremeciéndola.
No sabía donde estaba, solo que tenía que irse cuanto antes.
Abrió la puerta de la habitación, y se asomó, observando que los pasillos estaban vacíos.
Salió de ella, caminando rápidamente, buscando alguna puerta, encontrando solo un ascensor.
Se metió dentro de él, y presionó el primer piso, cerrando los ojos.
Tenía miedo, estaba asustada, y sentía que si no lograba controlar sus emociones, pronto comenzaría a llorar.
Al abrirse las puertas del ascensor, miró que en la recepción, solo estaba una mujer detrás de un escritorio, y no hizo más que dar un paso fuera, que alarmas de seguridad comenzaron a sonar en todo el lugar.
"Sujeto de área tres treinta y ocho, fuera de área. Sujeto de área tres y treinta y ocho, fuera de área".
Se escuchó mientras se activaba un mecanismo de seguridad, y las puertas y ventanas comenzaban a cerrarse.
Ya no podría escapar, estaba atrapada allí.

-o-o-o-o-

—¿Quién habla? —preguntó con molestia.
"—P-Pa, tengo miedo, no sé dónde estoy, por favor, ayúdame" —se escuchó la voz desesperada de su hija, del otro lado de la linea.
—Lizeth, ¡¿Qué pasa?! ¿Dónde éstas? —preguntó poniéndose de pie, dirigiéndose a la salida de su oficina.
"—No lo sé —sollozó—. Parece una especie de hospital, por favor, ayúdame."
—Tranquila, tranquila —le dijo caminando rápidamente hacia el ascensor, dirigiéndose al piso doce—. Te localizaré, sólo-
Dejó de hablar al meditarlo por un momento.
"—¿Pa? ¿Papi sigues ahí?"
Cortó llamada, y marcó el número de su mujer, bajando del ascensor.
"—Amor, ¿Qué pasa?"
—Ann, ¿Dónde está Lizzie?
"—En su habitación, ¿Por qué?"
—Ve a fijarte.
"—Okay." —pronunció insegura.
Segundos después, escuchó a Ann, hablando con su hija unas breves palabras, antes de que Aiden cortara.
Se sentía confundido, completamente desconcertado. Aquella voz, sonaba igual a la de Lizzie.
¿Quién demonios estaba jugando con él?

-o-o-o-o-

Había logrado esconderse, escuchando como revisaban cada piso y habitación, y si no fuera por la tarjeta e identificación de acceso que le había quitado a la recepcionista luego de atacarla, quizás ya la hubiesen encontrado.
—Contestame, por favor —susurró entre lágrimas, llamando a la segunda persona que quizás podría ayudarla.
"—Hola."
—Luca, soy Lizzie, mi amor —pronunció en un tono tembloroso—. No tengo mucho tiempo, necesito que me ayudes.
"—¿Qué pasa? ¿Dónde estás?"
—N-No lo sé —lloró angustiada—. Llamé a mi papá y... no ha vuelto contestarme, por favor, ayúdame.
"—De acuerdo, ¿Pero que hago?" —preguntó desesperado.
—Rastrea la llamada.
"—¿Cómo hago eso, Lizzie?"

-o-o-o-o-o-

—Si descubre que ella se escapó, él estará muy molesto.
—No te preocupes, está aquí adentro, no puede abandonar las instalaciones.
—¿Y qué hay de la identificación y celular que le robó a Sandra?
—Bajo el sistema de seguridad, no puede salir de aquí, a menos que lo desactivemos. Está aquí encerrada.
—¿Y el celular? Podría llamar a sus padres, o familia.
—Jamás la encontrarán. No sabe donde estamos.
—¿Y si le envía la localización?
—No pueden localizar este lugar. Cuando la encontremos, la eliminaremos.

-o-o-o-o-

—Noah, debes ayudarme. Lizzie está en peligro.
—¿Cómo que en peligro? ¿Qué pasó? —preguntó preocupado.
—No lo sé, ella no sabe donde se encuentra. Sólo que está atrapada en una especie de hospital. Me pidió que rastreara su llamada, pero fue imposible.
—Espera —le dijo al tomar su celular que estaba vibrando—. Es mi padre. Pa, ¿qué fue lo que pasó con Lizzie?
"—¿A ti también te llamaron? Es por eso que lo estoy haciendo yo también, no creas en nada de lo que digan. Tu hermana está bien, y en casa. No sé quien demonios será, o qué busca, pero nada es cierto."
—P-Pero-
"—No pierdas el tiempo, Noah. Sí te llaman una vez más, solo corta la llamada."
—De acuerdo —pronunció observando la expresión desconcertada del muchacho frente a él, antes de cortar la llamada que estaba en alta voz.
—Pero... era la voz de Lizzie.
—Ya lo oíste Luca, no es la primera vez que intentan algo así, simulando un secuestro para obtener dinero.
—No —le dijo negando con la cabeza—. No era la voz de una mujer que sonaba a Lizzie, era la voz de ella.
—Pero es imposible. Lizzie está en casa.
—Noah, por favor —le pidió desesperado, al ver la hora—. Rastrea la llamada. De todos modos te servirá, para encontrar a estos tipos y que no sigan engañando a las personas.
Suspiró y se puso de pie.
—De acuerdo, ¿En cuánto dijo que te llamaría?
—En menos de cinco minutos.
—No sé si llegaremos en ese tiempo al refugio. Sólo allí cuento con los mejores... Equipos para este tipo de trabajos —murmuró lo último.
—Conduzco yo —le dijo saliendo de la oficina—. Llama al refugio, y diles que tengan todo preparado.
—Está bien —pronunció el moreno.
Ni sabía porqué le estaba haciendo caso a Luca, o porqué el muchacho, luego de escuchar a Aiden, quería seguir con aquello, pero lo oiría.
Especialmente... Porque aún estaba afuera un mimetista que había jurado vengarse, y si era él, finalmente lo encontraría.

-o-o-o-o-

—Lizzie, háblame, y si no puedes hacerlo, sólo manten la llamada, están rastreando tu ubicación —pronunció Luca con nerviosismo.
Noah lo observó, preocupado.
—Luca, ven un momento, y deja el celular.
—¿Por qué?
—Solo ven.
Inseguro, el joven rubio dejó el celular junto a uno de los técnicos, y siguió a Noah.
—¿Qué pasa?
—Acabo de hablar con mi hermana, ella está bien, y preocupada ahora.
—Noah, ¿A caso no la escuchaste? ¡Es ella!
—Escucha. Existe un tipo, que es un mimetista, alguien que puede cambiar de forma. Si accedí a rastrear la llamada, fue sólo para ver si se trataba de él.
—¿Y por qué él permitiría que lo localices? Piénsalo, algo no está bien.
—Luca-
—La hemos localizado —pronunció uno de los técnicos—. Está a setenta y dos kilómetros de aquí. En el hospital St Johan.
—¿Un hospital?
—¡Ella me dijo que parecía un hospital! —exclamó alterado Luca—. Debes buscarla, por favor. Si voy en auto, tardaré horas.
—Llama a Lizzie, y verás que está en casa.
—Lo haría, si ella no me estuviera llamando de un hospital ¡que está a casi cien kilómetros de aquí!
—Noah, ¿Qué quieres hacer? —preguntó uno de sus oficiales.
Suspiró, y negó con la cabeza, mirando a Luca.
—Preparen a nuestro equipo de rescate, quizás... Se trate de una instalación clandestina de androides y humanos artificiales. Que lleven dosis de K18, quizás hayan mimetistas. Y preparen el helicóptero, quiero que lleguen cuanto antes.
—De acuerdo. ¡Ya escucharon a Noah! No hay tiempo que perder, a sus puesto.
—Gracias —pronunció Luca, sintiéndose un poco más aliviado.
—¿Puedes decirme por qué quisiste seguir adelante con esto? Aún cuando hay pruebas más que suficiente de que no es ella.
—Antes de volver a mi casa la última vez, le preparé a Lizzie un juego. Grabaciones que la prepararon para una cena especial que tendría con Colin. Nadie más lo sabía, solo ella y yo. Dime Noah, ¿Un mimetista podria saber eso?

...

¿Y si me dices que sí?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora