Who's Next? / Jae y tú (Final cancelado)

Brooke

Día Lunes por la mañana, desayunada y vestida para dirigirme a la escuela me encontré con Jae en la puerta de mi casa.

          —Iba a ir a sacarte de la cama si no salías —con su dedo índice señaló mi rostro— Camina o llegaremos tarde.

Todos los benditos días Jae me espera fuera de la puerta de mi casa y vamos juntos a la escuela. Un día ignore la alarma de la escuela porque pretendía seguir durmiendo, no pasa nada si falto un día, mala idea, Jae llego con un vaso de agua y lo vació en mi cara lentamente. Desde ese día no he faltado nunca a la escuela.

          —¿Y Brian? —pregunté

          —A quién le importa Brian, vayámonos de una vez por todas —se molestó Jae.

          —A veces creo que no te importa Brian, yo lo esperaré... dijo que venía en camino —me crucé de brazos y me quedé como piedra haciendo fuerza. Sabía que cosa iba a hacer Jae.

         —Vamos, no-no seas asiii —se quejó mientras intentaba moverme de donde estaba— ¿Por qué nunca me haces caso T/N? —Jae estaba con ambas manos al lado de sus caderas mientras me miraba con ojos asesinos.

          —¡Ahí viene! —señalé con mi dedo índice.

Brian vivía sólo a unas casas más allá de la de Jae, pero siempre demoraba en llegar, era igual o incluso más flojo que yo para levantarse por la mañana, algo que destacar, claro, Brian siempre sonreía, siempre venía riéndose de algo o hacía el ambiente feliz.

          —¡Perdón!, me retrasé por un percance, nada grave —Brian venía corriendo y como predije, sonriendo.

Llegó a nuestro lado y caminamos los tres juntos al paradero de buses que estaba unas calles más abajo, decir caminamos fue incorrecto, corrimos, Jae nos obligo. El rubio tenía un tipo de sensor que le avisaba cuando el bus estaba cerca, nunca fallaba en su predicción. Cuando llegamos al paradero el bus llegó al segundo apareciendo por la esquina y doblando hacia el paradero, subimos y nos fuimos en dirección a la Escuela.

Jae, Brian y yo íbamos en el mismo curso, me sentaba al lado de Jae y Brian en el puesto de atrás con Barclay, "Bar" para los amigos. Una ventaja de sentarme con Jae era que éste chico era un cerebrito, tareas, trabajos y un sin fin de cosas eran pan comido si Jae era mi pareja. Lástima que pareja se limitaba sólo a trabajos de la escuela. Después de unas horas de clases de Matemáticas por la mañana la campana que avisaba la hora de recreo sonó, salí del aula en busca de Brooke.

Brooke era mi mejor amiga, la había conocido cuando me integre a la escuela, cursábamos el mismo grado y Jae también estaba ahí, había sido la primera chica en hablarme, desde ese entonces nos convertimos en las mejores amigas de la vida. Pero el destino tenía algo distinto para nuestras vidas, por problemas de salud graves, Brooke tuvo que dejar la escuela el año pasado a mitad y ahora estaba cursando otra vez el mismo curso del año pasado. Como es obvio no podíamos estar en la misma aula.

         —Brooke, ¿con quién estabas? —la había encontrado hablando con unos chicos— ¿son chicos de último año?.

         —Sólo son unos cabrones, creo que a Richard le gusto—Brooke río a carcajadas— ¿Será tonto?, es más feo que golpearte el dedo pequeño del pie —seguía riendo.

         —Sólo es un poco porfiado de cara —reí por lo malas que estábamos siendo con el pobre chico— Como sea, vamos a sentarnos a las bancas blancas.

Brooke era muy bonita, tenía un parecido muy notorio a la famosa modelo Adriana Lima, exceptuando que Brooke era de cabello rubio. Delgada pero con lo suyo, ojos azules, medía al rededor de un metro sesenta y siete y era muy popular en la Escuela. Tenía como lucirse si tenía una amiga como yo, de repente me sentía como la Duff pero era una cosa que me había acostumbrado a lo largo de los años. Brooke era respetada en la escuela, su carácter era de los mil demonios si se enojaba, era grosera e hiriente, había peleado a golpes con algunas chicas fuera del colegio y les había ganado. Su padre era abogado y su madre alcaldesa. Gente de clase alta, siempre que iba a casa de Brooke su madre le decía;—¿ Por qué no puedes ser un poco como T/N?—. Por eso había decidido no ir tan seguido a su casa y prefería que Brooke viniese a la mía.

          —Don Juan, digo, Jae, donde quiera que esté las chicas no faltan —de casualidad nos habíamos sentado enfrente del grupo de Jae y sus amigos. Es verdad, no faltaban las chicas. Aunque esta vez eran de un grado más bajo que nuestro curso.

          —El grandioso Jae, le llaman —bostecé grandemente.

          —¿De verdad te gusta ese tipo? —preguntó Brooke— Digo, elegiría estar con Richard antes que con el patán de Jae —La rubia lo miraba con fuego en sus ojos.

          —De verdad me gusta ese tipo, nada que hacer. El corazón me lo indicó hace un mes —confesé.

          —Como sea, Brian, es tan caliente, me encanta ese tipo... pero creo que es gay —Brooke rascaba su cabeza, estaba en un debate mental.

         — Siempre me dices lo mismo, pero ¿sabes?, no creo que sea gay... a lo mejor sólo, no sé —nunca me había detenido a pensarlo bien pero nunca había visto a Brian con una novia— Pero ahora que recuerdo lo he visto besarse con algunas chicas en fiestas a las que hemos ido, no creo que sea gay.

        —Es bien puto, a veces creo que me odia, ¿recuerdas ese día?... casi le saco los ojos, me tenía los huevos que no tengo hinchados... pero es bien lindo el tucán —Brooke sonreía siempre que hablaba de Brian, es verdad que el chico actuaba a la defensiva cuando estaba cerca de Brooke.

          —Aunque no debes olvidar que esa vez fuiste la culpable que se molestará. Pero no niego que Brian es caso único —reí al recordar una vez que se había puesto calcetines distintos.

          —Mira, mira, ¿esa no es Dianne?... que puta, el viernes pasado estaba con David muy acaramelados en los asientos tras el árbol del patio trasero y ahora está ahí con Jae tan cerca —Brooke había puesto una mano en la frente para tapar el sol que le llegaba para así ver mejor— Mierda T/N, no sé cómo no tienes celos, si fuese tú ya estaría ahí dándole una paliza a esas putas —sonrío Brooke

          —Que no demuestre mis celos no significa que no los tenga. Si tuviera el derecho de reclamar algo ya les habría dado una paliza a él y a esas chicas —reí irónicamente. Siempre contenía todo los celos en un globo que estaba a un costado de mi cerebro, esperando que nunca reventase, porque no sabría de que sería capaz.