Lo olvidamos

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Aquella prueba que me estaba haciendo en el baño de mi casa había salido positiva, mis manos temblaban y mi corazón estaba inquieto. No sabía que hacer, ni como actuar. No podía decirle aquello a mi madre porque entonces la iba a decepcionar grandemente, no quería eso. Aún me quedaba un año para terminar la escolaridad y ya tendría un bebé. Mientras pensaba entre deshacerme del bebé o no, vi mi reflejo en el espejo del baño y me odié. No podía creer que había sido tan irresponsable, que lo habíamos sido. De pronto golpes en la puerta del baño me sacaron de mis pensamientos, la voz de Jae gritando mi nombre me asustó horriblemente y no sabía que decir.

Entonces abrí los ojos.

          —¿En serio aún duermes? —era la voz de Jae.

La tranquilidad de mi habitación me trajo paz, el sol colándose tras las persianas y mi estómago era plano. Miré al cielo y sonreí, no recordaba haber tenido un peor sueño en mi vida. Tomé mi teléfono y miré la hora, fue entonces que tuve miedo otra vez.

          —¿Irás a clases o no? —la voz de Jae provenía del otro lado de la puerta. Por alguna razón que no recordaba porque había cerrado mi puerta con seguro, hacía un montón de años que no lo hacía.

          —¡VOY! —grité

         —¡Apresúrate, te esperaré fuera!

Me levanté y cambié mi ropa, me lavé los dientes y cepille mi cabello. Tomé mi mochila y las llaves, abrí mi puerta y salí de la habitación. Bajé hacia la cocina y tomé algunos bocadillos. Mientras tenía una galleta en la boca abrí la puerta, se me cayó mi jugo en caja y me agaché recogerlo, todo estaba saliendo mal el día de hoy. Entonces salí y cerré la puerta, me di cuenta que no veía a Jae por ningún lado. Me propuse a caminar hacia el paradero, tal vez ahí lo encontraría.

          —¿Dónde vas? —esa era su voz. Lo busqué por todos los rincones, no estaba. De pronto me concentré en un auto estacionado en frente, alguien ahí estaba sacudiendo su mano en el aire. A medida que me acercaba pude ver que tal persona era Jae.

          —¿Qué haces ahí?

          —Sube si no quieres llegar más tarde de lo normal

Rápidamente me acerqué al otro lado del vehículo y abrí la puerta, el olor a nuevo llenó mis fosas nasales. Me senté en el acolchado asiento y no podía estar más cómoda, todo era tan brillante y reluciente. La guantera era de color negro al igual que todo su interior, a exceptuar por su exterior que era de un color grisáceo. Yo no tenía idea de autos pero podía jurar que era algo muy costoso, lujoso y digno de un famoso.

          —¿De quién es este vehículo? —pregunté. Jae puso en marcha el auto y avanzó, si quiera podía oír el motor.

          —Pues, a que no adivinas... ¡sí!. Mi padre me lo obsequio ayer cuando volví a casa, estaba estacionado en la entrada de la casa con una hermosa cinta roja en el capó. Tenía sus llaves dentro y una carta además, me sorprendió bastante.

          —¿Al fin?, ¿este era el auto que querías?

          —Sí, al fin. Bueno... no exactamente, pero, no puedo negar que es una hermosura

Yo asentí con mi cabeza y me puse a mirar el interior del automóvil, era demasiado lindo y me daba miedo tocar algo y romperlo. Lucía tan elegante que me sentía fuera de onda con mi vestuario. A Jae le venía, claro que le venía con ese aspecto que tiene todo lo lujoso va con él y aunque no lo sea, él lo haría lucir así. Verlo conducir se estaba convirtiendo en una cosa magnética para mis ojos, se veía como un hombre exitoso, solo le hacía falta el esmoquin. Cuando llegamos a los estacionamientos del High School sentí la mirada de todo el mundo, Jae estacionó, entonces abrí la puerta.

          —¡Espera! —me dijo antes de poder poner un pie fuera. Cerré la puerta y lo miré. El chico salió del auto y lo seguí con la mirada, llegó hasta el lado de mi puerta y la abrió para mí— Ven

Si la articulación temporomandibular no afirmaran mi mandíbula estaría segura que ésta estaría ya en el piso de lo sorprendida que estaba. Él jamás había hecho algo así y lo estaba haciendo genial, había logrado enamorarme de él aún más de lo que ya estaba. Me extendió su mano y yo la tomé para bajar, el chico cerró la puerta tras mio y me abrazó repentinamente.

          —Mía —dijo. Alejó su rostro de mí y me besó en la frente— Mía —me besó en la nariz— Mía —me besó la mejilla— Mía —siguió diciendo mientras me besaba en todo el rostro. Comencé a reírme, los nervios me estaban comiendo viva.

Hasta que llegó a mis labios, me besó tiernamente y sentí esa suavidad en sus labios, tan acolchados y tan magnéticos. Al separarnos ambos sonreímos, Jae puso la alarma de su auto y de la mano caminamos hacia dentro del High School. No estaba equivocada, todos nos veían, me sentía como una celebridad. Pero no todo era lindo, me había ganado el odio de muchas y con sus miradas lo había comprobado. No es que les temiera o algo así, solo me incomodaba.

          —¿De quién es ese grandioso Cadillac CT6 plug in Hybrid? —oí preguntar a Brooke. Me detuve y me giré, efectivamente era ella en el pasillo.

          —Aún me sorprende tu habilidad para reconocer vehículos —rió Jae

          —Digamos que siempre he estado rodeada de lindos autos —rió ella— Al parecer son la pareja del año en el High School, aunque ya se esté terminando...

          —Hablando de eso, ¿dónde está Brian? —pregunté

          —Lo llamé y me dijo que estaba en el paradero...

          —Demonios, no lo pasé a buscar. Lo olvide —rió Jae.

Yo lo miré sorprendida y Brooke también. El chico sacó su teléfono del bolsillo y le marcó. A los segundos el chico respondió, sonaba alterado. Lo único que podía pensar era en él esperando a que llegáramos, no sé como habíamos olvidado su presencia. Pero es que hoy en día Jae ocupaba el noventa y cinco por ciento de mi mente, el resto era comer y estudiar. Los exámenes finales antes de salir de vacaciones ya se venían y debía estudiar, pues, Jae nunca lo hacía.

Who's Next? / Jae y tú (Final cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora