No hay otra como ella

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Cuando el bus se detuvo en la parada cercana a nuestras casas, por mi parte accedí a bajarme del bus y caminar como si estuviera sola. Ni un segundo después Jae se encontraba caminado a mi lado. En camino a nuestros hogares procure no mirar su cara, sabía que haría cualquier cosa para que yo sonriera y no iba a dejar que eso pasara. Por su culpa había intercambiado palabras con una desconocida que para peor me insultó en mi cara y Jae no había dicho nada para defenderme. Entré a mi casa y me asegure de cerrar la puerta con llave, cuando iba subiendo la escalera recordé que el rubio tenía llaves para entrar, así pasó un segundo y Jae entro por esa puerta silbando.

          —Lo siento ¿si?, sólo quería que me ayudaras con eso... sabes, esa chica no me deja en paz y me está colmando la paciencia —Jae estaba apoyado en el marco de la puerta. Me recosté en mi cama, encendí el teléfono e ignore su comentario— No te enojes, por favor.

          —Aja... me debes una, te ayude con Rachel al menos —moví mi teléfono que tapaba el rostro de Jae, éste estaba ahora sentado en la orilla de mi cama.

          —Primero no me quisiste ayudar con ella y luego si... ¿estabas jugando conmigo?

          —¿Qué?... primero, no era Rachel quien estaba pidiéndote que fueras, era otra chica

          —Hmf... escucha, la primera chica es amiga de Rachel, ella estaba sentada más allá con el grupo y... la chica de después, esa es Rachel... no me deja en paz, ya no sé cómo decirle que no quiero nada con ella —Jae restregó sus manos por la cara estirándola hacia abajo.

          —No hagas eso, te ves feo... ¿quién es Rachel exactamente?... digo, si quieres que te ayude para la próxima al menos debo saber en que voy a ayudar ¿no? —con el corazón de amiga que tenía iba a aguantar toda la mierda que iba a soltar. Brian me había contado un poco pero quería oírlo de su propia boca con sus propias palabras. Si, soy masoquista.

          —Rachel, ya sabes, sólo fue una vez hace... uno... dos, no... mes y medio aproximadamente. No quiere aceptar que no me gusta y sigue insistiendo en que ella es perfecta para mi. Es hueca, no puedo hallar ni un poco de inteligencia en ella... tampoco la veo atractiva, pero no quiero herirla —su cara reflejaba el conflicto interno que estaba teniendo con su yo sentimental. Jae no era de hablar esas cosas, nunca me ha contado con cuáles chicas ni con cuantas se ha acostado, tampoco me ha dicho el porqué.

          —Jae, no debes jugar con las chicas... lo sabes muy bien, pero tú, sólo... sigues cometiendo el mismo error. No creo que quieras otra Hayley en tu vida ¿no?.

          —¿Estás loca?, no creo que haya otra como ella —siempre se alteraba cuando alguien mencionaba su nombre.

Hayley había sido la novia de Jae, el año pasado el rubio había estado enamorado de esta chica. Esta chica antes asistía a nuestra escuela. Su cabello era negro como el carbón, tenía ojos color cielo y un cuerpo de diosa, me atrevería decir que era incluso más linda que Brooke. Era conocida por todo lugar, no solo en la escuela se hablaba de ella. Jae y Hayley de algún modo  se convirtieron en novios pero al cabo de un mes su historia de amor se había acabado y con ello también el Jae que conocí a los diez. De alguna forma el Jae que es hoy en día es desconocido para el chico que conocí a los diez años. Nunca me contó porque él y esta chica habían terminado, sigue siendo una incógnita para mí hasta hoy.

          —Como sea, espero que te atrevas a decir lo que sientes. Te ayudaré por ahora pero promete que le dirás la verdad aunque no quieras hacer sufrir a la chica, ¿entendido? —Jae seguía en su debate mental. Mi mente me decía no lo ayudes, se lo merece, pero mi corazón decía lo contrario. Pobre alma del señor, necesita de ti.

          —Se lo diré, eso... lo prometo pero, necesito tiempo para pensar en que decir. Gracias por ayudarme, no hay mejor amiga que tú —Lo último se remarcó en mi oído. Su mejor amiga.

Pasé la bendita tarde hablando con Jae sobre Rachel. Un día desperdiciado. Cuando se hizo de noche el rubio se fue a su casa y yo me asegure de cerrar cada puerta y ventana antes de ir a dormir. La cama se sentía tan fría y grande cuando Jae se iba. No sé cuánto aguantaré con estos sentimientos que tengo guardados, me aturdía pensar que algún día Jae vendría a decirme las buenas nuevas. Tengo novia, espero que tú y ella se lleven bien. Jamás me podría llevar bien con la tipa que está de novia con el chico que me gusta. Pasé toda la noche pensando en cosas así, cerca de la una de la madrugada me quedé dormida al fin. Al siguiente día fue lo mismo de siempre, levantarse, que Jae me venga a apresurar, los recreos en la escuela sin olvidar verlo con distintas chicas y por último el salir juntos de la escuela. Aunque esta vez algo cambio en la secuencia.

          —Hayley, ¿qué hace aquí? —en la entrada de la escuela estaba ella con dos amigas más.

          —Jae, si quieres me adelanto. No te preocupes por mí y ve a hablar con ella —era lo que no quería hacer. Como amiga debía ser comprensiva y no entrometerme.

          —No creo que esté aquí por mí... no saquemos conclusiones apresuradas  —el nerviosismo del rubio se veía a leguas. Tenía la misma cara de tonto que ponía cuando estaba de novio con Hayley.

          —Creeme. Viene hacia acá, ¿qué dices Brian? —Hayley venía caminando hacia donde estábamos nosotros, traía una sonrisa de oreja a oreja.

          —Si, definitivamente viene hacia ti Jae, nosotros nos retiramos —Brian se reía de la cara de Jae. Los celos me comían el cerebro y solo sonreía cínicamente por fuera.

          —Hola Jae, hola Brian y hola... tú, olvidé tu nombre

          —T/N, ese es mi nombre

          —¿Qué tal has estado Jae?, ha pasado mucho, mucho tiempo —se atrevía a ignorarme. Mi sonrisa no desapareció pero mi cuerpo ya se estaba llendo del lugar.

          —Bien, nosotros nos vamos. Nos vemos en casa Jae —Tomé la mano de Brian y lo llevé conmigo

          —Cuídense chicos

Caminé al paradero de buses completamente molesta. La mano de Brian recibió la energía negativa que libero mi cuerpo dejando su mano morada. Me senté a esperar el bus mientras pensaba en mil y una forma de no devolverme a golpear su rostro. Si esa chica estaba ahí debía ser debido a la popularidad que ganó Jae después de haber terminado la relación que tenía con ella. Brian se acariciaba la mano, aún le dolía por mi culpa. Debí haber controlado mi fuerza y no lograr asfixiar sus dedos.

          —Me gustaría verte dándole una paliza a alguien, mi mano aún duele

          —A alguien como... ¿Hayley por ejemplo?

          —No, Jae se enojaría contigo y puedo apostar mi guitarra que eso es lo último que quisieras

          —Me conoces bien Kang

Who's Next? / Jae y tú (Final cancelado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora