Mi Mafioso!! (PAUSADA)

CAPITULO 40

-Duncan realmente quieres estar conmigo y ser felices.-Lo mire a los ojos y él me veía con amor.

-Como no tienes una maldita idea, te amo y eso tú lo sabes desde hace tiempo.-Suspire y lo abrace.

-Perdón por dejarte, pero aún era una niña que creía que el mundo lo tenía a sus pies.-Limpia mis lágrimas y me da un beso en los labios.

-Todos cometimos errores, el mío fue dejarte ir y no ir tras de ti.- sonrío y lo beso, extrañaba a este hombre.

-Prometes no dejarme.- Me separe un poco de él para verlo bien.

-Me tendrían que matar para volverte a dejar ir.- Sonreímos y nos abrazamos.

-Solo una cosa Anahi, ¿Amas o llegaste a amar a Devond?.- Me tense ante su pregunta y vi como frunció el ceño, suspiré y cerré los ojos.

-No, no lo amo pensé que lo hacía pero en el veía algo tuyo, por eso me quede con el por que transmitía la misma aura de peligro que tú tienes.- No mentía cuando le dije que no lo amaba, Duncan siempre es y a sido Mi mafioso, el fue quien me enseñó todo lo que sé y quien me saco de la miseria que vivía en mi casa.

-Y ¿Cómo te fue con Duncan? .- La voz de Rubí hizo que diera un brinco mientras me servía mi café eran las 7:30 am.

-Bien.- No le pienso decir algo que ellas ya saben, malditas metiches.

-Oh vamos, no seas mojigata dinos tuvieron sexo en el sillón.- Nuvia tan guarra como siempre.

-No se para que le preguntan si no nos va a decir nada.- Dijo Kelly mientas se servía café y caminaba hasta la mesa.

-Nos dimos una segunda oportunidad para poder ser felices los 3.- Les digo después de unos minutos de silencio, la cara de las chicas fue demasiado graciosa, pensé que lo tomarían mal hasta que todas gritaron.

-Mierda eso es fantástico.

-Pensé que seguirías con el Idiota de Devond.

-Chicas seamos sinceras esta estupida veía a Duncan en Devond.- Britny hizo que todas se callaran después de ese comentario y voltearan a verme.

-Esa es la verdad, siempre he amado a Duncan, pensé que lo había perdido cuando dejamos a los perros.- camino hasta las escaleras y veo a mi hija tallándose los ojos, me ve y me regala una hermosa sonrisa, como la extrañé.

-Mami, y papá Duncan.- Me sorprendí por como lo llamo.

-Se fue a su casa dijo que estaría aquí a las 8:30am para desayunar con nosotras.-Sonríe y me abraza.

Escuchamos el timbre y Samy corrió a la puerta, fui detrás de ella y tomé el arma que teníamos en unos de los cajones las chicas salieron de la cocina con sus armas también y apuntaban a la puerta, hice a Samy a un lado antes de que abriera la puerta, frunció el ceño pero luego vio a las chicas que estaban igual que yo con las armas y se escondió detrás de un mueble.

Camine hasta la puerta para ver quien era pero no se veía nadie y eso me sorprendió le hice una señal a las chicas para que estuvieran atentas. Abrí la puerta de golpe y le apunté a la cabeza a la persona que estaba afuera.

-Santísima mierda, Ana baja la maldita arma.- La voz asustada de Itzel hizo que bajara el arma y todas suspiráramos.

-No pudiste mandarnos un mensaje de que ibas a venir y así no tenia que apuntarte con la pistola.- Le digo mientras la dejo pasar a la casa.

-Les mande mensajes pero al parecer ninguna lo vio.- Tenia unas ojeras horribles y su cabello era un asco.

-Que te pasó?.- Todas dijimos a coro y nos reímos.

-El maldito club eso pasó, no dejaron de dispararse hasta que obtuvieron al presidente del otro club, fue una mierda total, me escapé y estaba arta de todos ellos.- Nos dice mientras se toma mi café y cierra los ojos.

-Ve a descansar se ve que lo necesitas.- Le dice Rubí e Itzel asiente y se va a alguno de los cuartos.

Suena mi celular con algún mensaje, veo el mensaje de Itzel y niego, cómo puedo ser tan despistada, veo el mensaje nuevo que me acaba de llevar y es de Duncan diciendo que está afuera, camino hasta la puerta para abrirle y que pase.

-Buenos días monstruo.- Es lo primero que digo cuando le abro la puerta y él sonríe ósea después tomarme de la cintura y besarme.

-Buenos días hermosa.- Este hombre es demasiado sexy.

-Papa Duncan.- El grito de mi hija hizo que volteáramos los dos y Duncan se agachara para tomarla en brazos, no me había dado cuenta que las chicas nos estaban viendo y sonreían.

-Buenos días princesa.- Duncan le dio un beso en el cachete a Samy y ella reía para después devolverle el beso pero más ruidoso.

-Bien ahora a desayunar.- Caminé a la cocina para ver que teníamos en el refri y mi sorpresa fue que solo había leche y unas manzanas.

-Y si almorzamos afuera.- Duncan hizo que las chicas voltearan como el exorcista.

-Tú pagadas verdad papá Duncan.-La sonrisa gatuna de Kelly no se hizo esperar y sonreimos.

-Las quiero en 20 min arregladas si no me iré solo con mis dos chicas.- No termino de decir cuando las chicas ya estaba subiendo las escaleras, mi ventaja era que yo ya estaba cambiada al igual que Samy.

-Vamos a McDonald.- decía Kelly y todas negamos.

-Olvídalo, lo único que me gusta de ahí son sus papas y sus helados.- dije mientras arrugaba la nariz.

Todas íbamos en la camioneta de Duncan, hasta Itzel la cual solo escucho comida y ya estaba casi arriba de la camioneta.

-Duncan solo llevamos a desayunar tengo mucha hambre.-La voz de Rubí era cansada y todas le dimos la razón.

-Llegamos.- todas bajamos y nos empezamos a estirar como gatos teníamos como 45min en el auto y nos habíamos entumido.

Caminamos a la entrada del restaurante y estaba una chica en la entrada.

-Buenos días, tienen reservación.- en ningún momento nos volteo a ver, sé escuchaba cansada, voltie a ver a Duncan el cual tenía el ceño frunció.

-No creo necesitad reservación en mi restaurante.- Cuando dijo eso la muchacha levantó inmediatamente la cabeza y se veía avergonzada.

-Lo siento señor no fue mi intención faltarle al respeto.- Se veía nerviosa y me dio un poco de pena.

-No te preocupes hermosa, solo llévanos a una mesa en donde podríamos estar 7 adultos y una pequeña.- Me volteo a ver y asintió varias veces para hacernos pasar, Duncan tomo mi mano y con la otra levanto a Samy.

Todos tomamos asiento y pedimos nuestro desayuno. Estuvimos alrededor de una hora y media en el restauran.

Desearía que así fueran todas nuestras mañana de tranquilas.