D i e z

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Todo le costaba demasiado.Todo le dolía demasiado.El frío calaba en sus huesos haciendo que cualquier simple toque sobre su piel fuera una tortura.

Tenía que salir de allí.Debía salir de allí,pero estaba tumbada sobre la cama de un hombre que había asesinado a su familia y que ahora quería hacerla su esposa y madre de un bebé.Aquello era una pesadilla aterradora de la que quería despertar,no dormía en condiciones desde hacía dos días.Tenía la esperanza de que alguien viniera a rescatarla.Bueno,eso era mentira.Tenía la esperanza de que Kave viniera a rescatarla,pero aquello eran fantasías estúpidas que debía borrar de su cabeza.Lo que le estaba pasando,era la vida real y tenía una forma aterradora.Ella sola había caminado firme hasta la boca del lobo y ella saldría de allí.

Se sentía mal.¿Era cobarde por querer escapar?Esa pregunta se formulaba una y otra vez en su mente,pero la verdad es que no esperaba que Hel tuviera esos planes para ella.Mientras él siguiera con vida,todos sus sicarios obedecerían sus órdenes y seguirían matando,pero con una diferencia:ella estaría allí,presenciaría cómo acaban con lo poco que estaba construyendo.Las pocas amistades que había hecho morirían por su culpa.

Todavía no conocía exactamente el motivo de la muerte de su hija,pero estaba segura de que Einar no haría daño a nadie.

Había que librar una batalla,pero no solo para acabar con la muerte,sino por honor a su familia y a su mundo.

Cualquier ápice de esperanza se había desvanecido para siempre.

Se levantó de la cama y miró al guerrero que se encargaba de vigilarla,nunca se separaba de ella.

—Quiero ver al rey—ordenó intentando que su voz sonara lo más firme posible.

—Está ocupado—aquel guerrero no estaba vestido como el resto de hombres que trabajaban para el rey.Portaba una armadura dorada que brillaba como si fuera el oro más puro.La espada era preciosa,el mango era de plata y para rematar su vestimenta,en la capa del susodicho había bordada una serpiente enroscada sobre sí misma.

—Pues entonces tendrás que ayudarme tú.

—¿Qué quieres?—cuestionó,como si las necesidades que tuviera no fueran importantes.

—Darme un baño.Lo necesito,por favor.Me duelen demasiado los huesos,creo que después de recibir palizas en cada momento me vendría bien.

—Llamaré a una doncella para que te prepare un baño.No se te ocurra escapar,no te servirá de nada.

Salió de la habitación y comprendió porqué le había dicho que no escapara,y es que al salir,había cerrado con llave.

A pesar de eso,Gyda dejó escapar un suspiro.Por primera vez desde que llegó allí estaba sola.En realidad,hacía mucho tiempo que se sentía sola pero no quería estar con nadie excepto con sus amigos.Se quebró en dos.Rompió a llorar y gritó,no le importaba ser escuchada,llegados a este punto ya todo le daba igual.Su vida iba a ser una verdadera historia de terror,se casaría a la fuerza con Hel y tendría un hijo suyo...Sólo de pensarlo vomitó,en ese momento entró de nuevo el guerrero junto a la doncella y se quedaron mirándola.

—Lo...Lo siento—no se le ocurría otra cosa que decir,estaba avergonzada además de agotada.

La doncella fue la primera que entró a la habitación y evitó la mirada de Gyda,pero quien no apartaba la mirada de la joven sirvienta era el guerrero.La miraba con lujuria mientras ella llenó con varios cubos la bañera que había en el centro de la habitación.Después de llenarla y de limpiar el vómito del suelo,esperó la aprobación del guerrero para poder marcharse y él le dijo:

—Has hecho un buen trabajo...—acarició la mejilla de la doncella,quien se intentaba alejar asustada del contacto que hacía su piel con la de aquel asqueroso hombre—Puedes irte,pero en tu descanso,quiero que me esperes donde siempre.

IndomableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora