Era consciente de lo que estaba pasando,pero la verdad era que ya estaba muerta.Nadie podría hacerle daño porque sentía cómo todo lo que antes importaba y le daba fuerza,moría.
—Esta noche,dos almas se unen en la eterna ceremonia para declarar su amor ante todos los dioses—miró con una perversa sonrisa a Gyda,que no dejaba de observar las estrellas que iluminaban el salón colándose por el ventanal que había tras el trono—Mujer,al unirte en matrimonio deberás servir siempre que tu marido lo requiera,complacerás todos sus deseos cuando él te lo pida,antepondrás sus necesidades antes que las tuyas propias y lo cuidarás siendo una buena esposa.¿Te comprometes?
Miró al que en apenas unos minutos se convertiría en su marido,observó por primera vez la maldad tan clara de su rostro y respondió:
—Me comprometo.
—Majestad,señor de Hel y dueño de todo cuanto habita este reino,¿te comprometes a hacer de tu esposa una mujer de bien?
—Me comprometo.
—Con estas alianzas,vuestro matrimonio quedará unido para siempre hasta que las circunstancias de la vida lo separen.
El sacerdote entregó a cada uno sus respectivas alianzas.El rey colocó la suya a Gyda y ella repitió la misma operación colocando la alianza en el dedo de su marido.
—Enhorabuena,—sentenció el sacerdote—sois marido y mujer.
—Gracias,Edmun,ni una palabra de esto a nadie.Anunciaré la noticia ante todos mañana,en la celebración.
—No se preocupe,mi rey.
Cogió a Gyda de la mano y se la llevó de allí,mientras miraba el rostro satisfecho de aquel sacerdote,se preguntaba cómo serían los dioses a los que veneraban hombres como Hel.
—¿Me tienes miedo?
—Tengo asumido lo que vas a hacerme.
—¿Y qué es lo que voy a hacerte?—preguntó sin dejar de caminar,mirando al frente con el ceño fruncido.
—Vas a hacer realidad mis peores pesadillas.
Una pequeña carcajada salió de la garganta del rey y cuando llegaron a la habitación,cerró como de costumbre,la puerta con llave.
—Cuéntame lo que pasaba en esas pesadillas,quiero escucharlo.
—Déjame en paz,por favor...Te suplico que hagas conmigo lo que quieras pero no me tortures más.
—Gyda...—se acercó a ella y secó las lágrimas con su dedo pulgar—ahora eres mi esposa,me acabas de jurar lealtad y sumisión,responde a mi pregunta o te arrancaré los ojos para que ya no puedas llorar jamás.
—Entonces hazlo.
Su enorme mano aterrizó en la mejilla derecha dejando una marca sobre su pálida piel,no se inmutó,volvió a mirarlo y no derramó ni una sola lágrima.Al ver esto,Hel repitió con la mejilla izquierda,pero Gyda seguía sin mostrar cualquier señal de dolor.
—Comprendo...¿Con que estamos jugando a esto,verdad? Tú lo has querido.
Intentó arrancarle el vestido,ella se resistía pero era mucho más fuerte.Gritó,chilló con todas sus fuerzas desde lo más profundo de su alma,y entonces,alguien la oyó.
—¡Majestad!
Se dio la vuelta y aún con las manos sobre el cuerpo de su esposa,respondió furioso:
—¡Qué quieres!
Era Kave.Aunque ella no pudo verlo debido a que cerró los ojos para resistir las lágrimas,la miró con dolor.
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Indomable
FantasyTan sólo bastó un segundo para que la vida de Gyda cambiara por completo.Aquella noche,unos jinetes encapuchados asaltaron su aldea y la hicieron arder en llamas.Lo único que quedó del lugar donde creció eran las cenizas.Sus padres,su hermano y todo...