Tuvo una pesadilla.Unos ojos oscuros se clavaban en ella y la hacían caer de rodillas.Derrotada y destruida,todos a su alrededor estaban muertos.Ella era la única que quedaba;sobre aquella montaña de cadáveres,se desplomaba.Luego aparecía aquella sonrisa,la sonrisa de Hel al saber que había vencido.Se despertó empapada en sudor y miró a su lado.Hinun se había quedado dormido a su lado,le estaba hablando sobre la tribu de los Hita.Su jefe,Ilian,le había contado muchas cosas y se había dado cuenta de que eran muy similares,por no decir idénticos en forma de vida y cultura.Se levantó de la cama con cuidado de no hacer ruido y salió para que el aire nocturno aliviara un poco el sudor que la dejaba pegada a las sábanas.Se había convertido en costumbre descansar apoyada en el mismo árbol,así que lo hizo.Repasó mentalmente a sus aliados.Los Hita eran de complexión alta y fuerte,piel oscura como Hinun y su aspecto era decorado con tatuajes y símbolos que estaban al descubierto sobre su pecho.No les importaba el frío,no les afectaba lo más mínimo,parecían estar hechos de piedra.Gyda los había visto luchar y manejaban la espada de manera brusca.Los golpes eran secos y fuertes,sin dar posibilidad a descansar al oponente.Las mujeres Hita eran fuertes,su pelo oscuro recogido en largas trenzas se movía en cada movimiento y golpe que atestaban.Eran rápidas y parecían haber nacido para luchar.Ilian le había dicho que al igual que los Hupa,eran entrenados desde pequeños para protegerse de los enemigos.Para proteger a su tribu.Incluso el anciano era capaz de luchar a pesar de su avanzada edad.No con tanta agilidad como los demás,pero no había nada que envidiar.
Alf,líder del Clan del Mar le recordaba mucho a los suyos.Puede que por eso hablara tanto con él.Su forma de vida era parecida a la que llevaban en Otso,pero él no era como su rey.Alf no permitía que nadie quedara fuera de su clan,no importaba que fuera débil o incapaz de luchar.Ninguno podía excluir a un hermano del clan.Otra diferencia era la igualdad.Las mujeres luchaban,sabían manejar una espada,aunque algunos todavía se negaran a aceptar aquel hecho.
Sin duda,a pesar de que admiraba a todos y cada uno de sus aliados,Gyda sentía especial admiración por el Clan de los Huesos.La había visto luchar y era impresionante la destreza con la que se defendía con la espada.Ella le había contado su historia,justo cuando la había conocido y no le importó contar que fue humillada y maltratada.Había tantísimas mujeres en su misma situación...Tantas injusticias que deberían dejar de serlo.Aquella cicatriz la acompañaría de por vida.
—Me hace recordar lo fuerte que soy—le dijo aquel mismo día después de que la derrotara entrenando.
Era importantísimo mencionar el respeto que los suyos sentían por ella.No había llegado a ser su líder por privilegio de sangre,no había llegado allí utilizando la violencia,sino que era la primera mujer en la historia de su clan en convertirse en líder porque les había demostrado que era más fuerte y valiente que su supuesto rey,y que no le importaba arriesgarse y morir,jamás consentiría volver a ser maltratada de esa manera.
—Creo que somos muy parecidas,Gyda.Ese Hel...No sabemos a lo que nos enfrentamos,ni si quiera conocemos su aspecto,solo vosotros sabéis cómo es,pero lo que te hizo...lo que le ha hecho a esas personas inocentes...A su propio pueblo.Ojalá hubiéramos sabido esto antes.Mi clan no hubiera dudado ni un segundo en ayudaros.
—Pero ahora estáis aquí,eso es lo que importa.
—Qué...¿Qué se siente al ser la única de tu clan?
—Todavía veo los rostros de mis padres y mi hermano.Calcinados.Todavía puedo ver cómo acabó con la vida de aquel niño delante de mis narices.Se siente horrible,porque aunque salgamos victoriosos,eso no me devolverá mi vida.
—Ahora nosotros formamos parte de ella,somos tu familia también.
—Lo sé.
Gaia era buena,muy buena.Sentía pavor al pensar que podría morir después de haber pasado por lo que pasó.Hace un año estaba sufriendo y ahora le tocaba luchar en una guerra.Cada vez tenía más ganas de matar a Hel.
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Indomable
FantasyTan sólo bastó un segundo para que la vida de Gyda cambiara por completo.Aquella noche,unos jinetes encapuchados asaltaron su aldea y la hicieron arder en llamas.Lo único que quedó del lugar donde creció eran las cenizas.Sus padres,su hermano y todo...