Capítulo 12

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Reicher

Habían pasado exactamente cinco días, cinco días en los que Matt se había ido de viaje y yo estaba prácticamente sola en esta inmensa casa, sabía por su nana que hacía una que otra llamada, pero nunca hablamos, ni siquiera sabía si preguntaba por mí.

En estos días había ido a visitar a mi familia, todos estaban bien y yo los extrañaba un mundo, volver a casa se sentía genial, ayudar a mis hermanas con sus deberes me ayudaba a distraerme, incluso nos fuimos de compras, me había reunido con mi querido Ralph aunque lo noté distinto, pero le resté importancia, mis días se basaban en ayudar a Carolina la nana de Matt en la casa y visitar a papá y a mis hermanas de vez en cuando, leer y hablar con mis hermanas por teléfono.

Aunque trataba por todos los medios posibles distraer mis pensamientos siempre volvía a lo mismo, las mismas preguntas sin obtener respuestas, mi mente viajaba a aquel día que desperté en la inmensa cama, no sabía cómo había llegado ahí y tampoco preguntaría.

Cuando Matt entró a la cocina no me atreví a mirarlo a la cara no sabía cómo reaccionar y por cómo se comportó desde ese día eran señales para mí más que claras que me odiaba, más de lo que ya lo hacía, me ignoraba incluso esa misma noche cuando terminé de hornear aquel pastel de chocolates con la señora Carolina tiempo después de que el anunciará su "repentino viaje" subí a la habitación, pero no habían señales de él ahí.

Me había familiarizado más rápido de lo que esperé con la casa, habían varios empleados y con todos me llevaba de maravilla sobre todo con Luis el jardinero amaba tomar un libro de la biblioteca e irme a leer ahí rodeada de todas las hermosas flores que se encontraban allí, me había tomado el atrevimiento de cambiar un poco la casa, no es que estuviera fea, pero le hacía falta el toque femenino y yo con gusto y tiempo de sobra se lo di.

Ayude a Carolina a hacer la cena y decidí ducharme antes de cenar y así lo hice, me despoje de aquel vestido floreado y desate mi cabello, me introduje en la ducha mientras cantaba a todo pulmón aquella hermosa canción.

"Perfect de Ed Sheeran"

Se había convertido en una de mis favoritas. Esparcí gel de baño con olor a menta y coco, lavé mi largo cabello y disfrute de aquella ducha tarde bastante en salir, pero total nadie estaba esperando por mí, salí me vestí con algo simple y cómodo una bata de seda negra muy sexy por cierto, pero como me encontraba sola en casa no me cohibía en vestir así luego de cenar me encerraría a leer hasta que mis ojos dolieran o hasta que me venciera el sueño, deje mi pelo suelto para que tuviera más libertad.

Tenía que visitar el salón de belleza para cortarlo.

Baje las escaleras, directa al comedor aún muy feliz y tarareando aquella hermosa canción, no sé a qué debía mi felicidad ese día, pero lo estaba y no quería buscarle la quinta pata al gato y arruinarme a mí misma mi felicidad, al llegar al comedor quede estática. Ahí estaba él sentado con los codos apoyados en la mesa, tenía barba de unos días en su cara, los tres botones principales de su camisa blanca desabotonados los cuales me permitían ver un poco de su corpulento pecho, su cabello claro se veía más largo y esos ojos, esos ojos azules turquesa tenían un brillo distinto.

Y vaya que se veía increíblemente bien.

Sus ojos se conectaron con los míos aquella mirada azul turquesa que te invitaba a muchas cosas y ningunas eran buenas.

—Buenas noches veo que estás de regreso.

Dije tomando asiento para disimular mi nerviosismo y agradezco a todos los santos conocidos y a los que no porque mi voz se escuchó más normal de lo que imagine.

Enamorada de él Matt Hamilton (Mi Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora