Reicher
No tenía idea de cuántos días llevaba encerrada en este asqueroso lugar solo era consciente del dolor en mi cuerpo y las heridas en el mismo había decidido dejar de llorar eso solo me debilitaría más y tenía que ser fuerte por mi bebé.
Recuerdo cuando uno de esos hombres entró y sin perder el tiempo me agarró del cabello sin poderlo evitar me arrastró hasta tirarme de manera abrupta al piso, su mano se estrelló en mi cara rompiendo mi labio inferior y empezó a patearme yo solo me esforcé en cubrir mi vientre.
Quería defenderme, pero no podía tenía las manos atadas muy fuertes y no podía hacer nada aunque quisiera, lo podía intentar había tomado algunas clases de defensa personal por insistencia de mamá, pero en este momento sé que no me ayudarían no podía comparar lo poco que sabía con la fuerza de esos mastodontes que me custodiaban y pegaban seguro por orden de quien me había secuestrado, además estaba muy débil como para tratar de encestar un golpe a alguien.
Apenas y comía, pero era en vano quejarme o gritar ya que nadie me hacía caso moría de hambre y de frío este lugar apestaba estaba realmente asqueroso quería que alguien me encontrara no tenía idea de donde estaba, pero sí tenía conciencia del gran miedo que tenía, no solo por mi sino por mi bebé rogaba a Dios para que no le sucediera algo, no quería perderlo el solo pensar en esa posibilidad sentía como el corazón me palpitaba detrás de las orejas, pero era una posibilidad si volvían a golpearme como lo habían hecho.
Cada vez que escuchaba el sonido de las llaves en la cerradura me estremecía no me habían vuelto a pegar, pero era inevitable no sentir miedo escuche el repicar de unos tacones, y aquello llamo mi atención despegue mi cara de mis piernas para ver a la portadora de aquel sonido. Era ella la misma mujer que había visto cuando estaba con Matt en varias ocasiones, Miranda.
—Me da gusto verte Reicher ¿estas disfrutando de tu estancia en este maravilloso lugar? ¿te gusta la comida? ¿Y qué tal las atenciones?
Todo aquello lo decía de una manera burlona y sarcástica con una sonrisa de satisfacción en los labios, pero no me dejaría intimidar por ella no le daría el gusto de verme suplicar si iba a morir lo haría con orgullo y dando la pelea.
—Tengo algunas quejas creo que las dejare en el buzón cuando salga y espero mejoren el servicio.
respondí de manera sarcástica, sin despegar mi vista de la de ella.
—Veo que aún te queda sentido del humor creo que eso se irá pronto al igual que tú, supongo que esa fue una de las cosas que enamoraron a Matt si lo vieras esta como loco buscándote por todas partes.
Aquello captó toda mi atención Matt me estaba buscando.
— Lástima que no lo volverás a ver, ¡nunca debiste casarte con él, ese hombre siempre ha sido mío, pero llegaste tu a cambiarlo todo es que no podías ser como las demás solo un polvo y ya! ¡No! tenías que metértele por los ojos con esa cara de mosca muerta y mira las consecuencias.
Aquella mujer estaba loca. Gritaba cada palabra con odio y repugnancia esa mujer estaba totalmente loca fuera de sí y yo estaba corriendo con la mala suerte de ser su desquite.
—Te equivocas él no me ama Matt Hamilton no ama a nadie es tan miserable que no se ama ni así mismo es un hombre egoísta, manipulador, ambicioso y sobre todo mentiroso que no ve más allá de él y de su cuenta bancaria, si lo conocieras de verdad como yo te darías cuenta de que estas perdiendo tu tiempo haciendo todo esto yo no le importó, jamás le he importado lo único que quería de mi era venganza y mi dinero.
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Enamorada de él Matt Hamilton (Mi Bestia)
RomanceReicher Collins una chica común y corriente, ante los ojos de todo el mundo, ama a su familia y por ella es capaz de muchas cosas. No todo es como se ve a simple vista, detrás de cada mujer siempre hay una interesante historia. Todos guardamos secre...