Capítulo 26

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Reicher

No sabía que era más grande en mi en estos momentos si el miedo, los nervios o la ansiedad mientras esperaba a que Nancy se dignara a hablar. Ella estaba más que concentrada en los papeles que le había entregado en cuando dejo de mirarlos y su vista se topó con la mía pensé que me daría un ataque al corazón por el silencio.

—Me temo que tendrás que alimentarte mejor Reicher tus glóbulos rojos no están como deberían y no es bueno para ti.

—¿Q- qué quieres decir con eso?

Trague el nudo que se había formado en mi garganta, sentí mis labios secos y cerré los ojos esperando a que hablara.

—Estás embarazada.

¡Puff!

Abrí los ojos topándome con la mirada de Nancy quien esperaba a que dijera algo, pero no podía estaba en medio de un shock emocional, la vi ponerse de pie, luego sus brazos me rodearon desde atrás y dejo un beso en mi cabeza.

—No te asustes sé que serás una gran madre o ¿es que no quieres a ese bebé? ¿No quieres tenerlo Reicher?

Aquello me hizo reaccionar jamás de los jamases haría tal cosa era mi bebé y lo amaría a pesar de todo.

—No es eso, claro que lo quiero Nancy es solo que no lo esperaba ni lo sospechaba.

Respondí mientras me ponía de pie.

— ¿Ahora que tengo que hacer?

Pregunte secando una lágrima que se había escapado sin mi permiso.

—Primero te enviare al consultorio de un colega sabes que mi especialidad no es la Obstetricia ¿está bien?

Asentí mientras la veía buscar algo en una de los cajones, me tendió una tarjeta.

— Este es el doctor Almánzar está en la tercera planta es un excelente obstetra.

—Gracias Nancy te veré luego.

Dije despidiéndome de ella salí del consultorio con la tarjeta en la mano la miré y decidí guardarla en mi bolso tome una respiración profunda y tome el elevador para salir de ahí no iría a casa tenía que pensar qué haría.

Un bebe, tengo a alguien creciendo dentro de mí.

El elevador se detuvo y las puertas se abrieron salí de ahí sin rumbo fijo solo quería pensar necesitaba hacerlo. Camine hasta que mis pies dolieron me debatía entre si decírselo, o no a Matt si era sincera tenía miedo de su reacción no sabía si él quería ser padre y menos en estas circunstancias.

No tenía con quien hablar ya Ralph no estaba para recurrir a él, fue cuando caí en cuenta que estaba totalmente sola, papá no era una opción y mis hermanas no tenían la edad como para ayudarme y mucho menos entenderme el sonido de mi celular hizo que saltara en mi lugar y me llevara una mano al pecho ¡mierda!

Dije buscando el aparato en mi bolso.

Fruncí el ceño al ver que era una llamada del señor del Pino él nunca me había llamado a estas horas el sonido se detuvo y suspire, pero no tardó en sonar nuevamente deslice el dedo en la pantalla para tomar la llamada.

—Buenas noches ¿paso algo señor del Pino?

Fue lo primero que se me ocurrió preguntar.

—Buenas noches Reicher no, no pasa nada disculpa que te llame a estas horas, pero no podía dormir y fuiste la única que llegó a mi mente. Espero no te moleste que te haya llamado tan tarde, espero no te haya despertado.

Enamorada de él Matt Hamilton (Mi Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora