Capítulo 21

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Reicher

Las horas se fueron volando después de que en la mañana Matt me hiciera el amor en aquella cocina de manera que jamás pensé fuese posible decidimos comer el desayuno que había hecho. Mientras yo limpiaba Matt aprovechó para ducharse y prepararse para seguir con nuestro recorrido.

Caminar, comer y conocer en esta ciudad junto a él fue increíble y ya que me habían dado libre albedrío compre unos regalos para mis hermanas, pero como dicen por ahí.

"La felicidad en casa del pobre dura poco"

Ya era tiempo de volver y dejar atrás la hermosa ciudad de Seattle llevándome las hermosas vistas, paisajes y los buenos momentos vividos acá por este día y medio. El vuelo de regreso fue más rápido de lo que pensé y en tiempo récord ya nos encontrábamos en casa y como habíamos llegado algo tarde decidí descansar ya que en cuanto cruzamos la puerta Matt se perdió dentro de su tan amado despacho. Subí a mi habitación tome una ducha y me deje llevar por el cansancio y el sueño tomando aquel fugaz viaje como un sueño...

Los días pasaban y Matt había empeorado con cada uno de ellos había noches en que ni siquiera lo veía llegar a casa y en las que solía llegar era como si no lo hiciera porque se encerraba en su despacho hasta muy entrada la noche no podía evitar que me afectara su comportamiento no después de haber visto a un hombre tan diferente hace unas semanas atrás en Seattle apenas hablábamos lo necesario. Sabía que me ignoraba adrede y yo como buena orgullosa no iba a andar detrás de él mendigando algo que en el fondo sabía que el jamás me daría yo también tenía mi orgullo.

Lo que sí me sorprendió fue haber recibido aquella llamada. Cuando mi celular sonó y miré que decía número desconocido atendí inmediatamente para mi sorpresa del otro lado de la línea se encontraba nada más y nada menos que el señor Mauricio del pino, luego de aquel saludo me hizo una invitación la cual no rechace ni yo misma sabía por qué había aceptado, pero lo había hecho así que aquí estaba en camino a aquel restaurante donde me había citado.

Aquel hombre ya se encontraba en aquel lugar sentado en aquella mesa con ese porte tan masculino, su pelo bien peinado y enfundado en un traje negro hecho a la medida verlo me recordó a Matt siempre enfundado en un traje listo para hacer cualquier negocio, en cuanto me vio se puso de pie y salió a mi encuentro le di mi mejor sonrisa, este hombre me inspiraba una gran confianza no negaría que tenía una gran admiración hacia el también.

— ¡Está usted hermosa tanto o más que la última vez que la vi señora Hamilton! Gracias por haber aceptado mi invitación.

—Gracias a usted por haberme invitado si le soy sincera me estaba asfixiando en aquella casa es mas ya me sentía parte de la decoración.

Había dicho aquello a modo de broma más para votar aquellos nervios que tenía, él me sonrió con algo de nostalgia aquello provoco una sensación dentro de mí algo se sintió diferente me sentí como en casa.

—Bueno es una lástima que una joven tan hermosa como usted se sienta de esa manera si yo tuviera una mujer tan hermosa como usted a mi lado esa seria de la última manera que la haría sentir.

No sabía si era mi imaginación, pero había sentido algo de nostalgia en sus palabras.

—Su esposa es muy afortunada por tener a un hombre como usted a su lado.

Dije mirándolo a los ojos.

—Lo fue lamentablemente partió de mi lado hace algunos años.

No sabía que decir la melancolía y el dolor con el que dijo aquellas palabras era palpable, no pude evitar sentirme una estúpida.

Enamorada de él Matt Hamilton (Mi Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora