Capítulo 25

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Reicher

Agradecía inmensamente al señor Mauricio por haberme hecho aquella propuesta luego de la discusión con la bestia de Matt y de decidir que no me derrumbaría por eso, lo pensé bien y acepté. No bien había llegado la mañana llame al número que me había dado para que mantuviéramos comunicación. Y creo que fue la mejor decisión ser la jefa de este proyecto me iba a mantener ocupada y alejada de él.

Estos días trabajando en este proyecto me sirvió de mucho, aparte de distraerme de todos mis problemas al menos momentáneamente me servía de experiencia.

Miré nuevamente la inmensa casa, sonreí por haber logrado hacer los cambios en tiempo récord, claro que con el equipo que me había asignado el señor del Pino no fue tan difícil hacerlo y este sería solo el principio, me había entusiasmado mucho hacer esto ya que compartía el sentimiento de andar rodando en la calle sin un hogar, sin una mano amiga, sin ayuda, metida en el mundo de las drogas. Por eso acepté ser la cabeza en el proyecto para los niños abandonados una casa hogar para aquellos niños sin refugio.

Por dentro estaba aún mejor había hecho una excelente elección en los colores nada oscuro todos en tonos coloridos y vivos, me hubiese encantado que Jamila me ayudara en este proyecto, pero no se pudo tuvo que viajar por trabajo así que me toco aceptar el equipo con el cual trabajaba codo a codo, habíamos equipado la casa con lo necesario para que los niños estuvieran a gusto y me había encargado personalmente de elegir a personas realmente capacitadas para la situación, no me arriesgaría a que esos niños en vez de un hogar tuvieran un infierno como yo.

El sonido de mi celular hizo que dejara de mirar aquel espacio y sonreí al ver el nombre del señor Mauricio en la pantalla, tome la llamada.

—Estoy cien por ciento seguro de que ahora mismo estás en la casa hogar.

No pude evitar largar una carcajada este hombre me conocía muy bien.

—Estoy por pensar que usted me está espiando señor del Pino.

Respondí a modo de broma lo escuché carcajearse, la relación que había entre nosotros era muy buena compartíamos muchos gustos y nos sentíamos cómodos hablándonos entre bromas, sarcasmos y chistes.

—Posiblemente lo esté haciendo.

Dijo en el mismo tono que yo había usado.

—Eso lo convertiría en un acosador y usted tiene fachada de muchas cosas menos de ser un acosador, además tampoco creo que usted esté enamorado de mi podría ser su hija.

El silencio del otro lado de la línea me hizo entender que había metido la pata a lo grande, sabía la razón por la cual el hacía tantos actos por los niños abandonados, en aquella invitación me hablo un poco de ello, había tenido una hija, una hija a la cual no vio nacer ni crecer porque le fue arrebatada de sus brazos al nacer no entendía cómo pudo pasarle algo así a un hombre como el con tanto poder y dinero.

—Lo siento señor no quise...

Su voz me interrumpió.

—No te preocupes no has dicho nada malo.

—¿Recibió las fotografías y los contratos para que sus abogados los revisen?

Cambie de tema no quería incomodarlo más, sabía que ese tema lo lastimaba.

—Si todo está en mis manos y déjame decirte que hiciste un magnífico trabajo sabía que al elegirte no me defraudarías sin duda eres la persona correcta para este proyecto.

—No merezco todo el mérito si no hubiese sido por el equipo que usted contrato no habría terminado tan exitosamente y lo sabe.

—Excusas eres más competente de lo que imaginas jovencita y ¿cuándo lo inauguraras? ¿sabes que eso también te corresponde a ti?

Enamorada de él Matt Hamilton (Mi Bestia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora