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Bakugou respiraba hondo mientras jalaba con suavidad el pantalón, miró a Izuki y en el momento en que le iba a decir algo, vió como estornudó, se cubrió con su codo cuando lo hizo y luego suspiró, negando con la cabeza.

- ¿te sientes mal? -dijo él, deteniendo sus manos y ella asintió suavemente con su cabeza- bien, deja que te desato -murmuró y se estiró a desatar a la chica, ella tragó saliva y sonrió un poco, bajando sus manos para subir sus pantalones al instante y luego recibió la camiseta, para colocársela.

- gracias -dijo un poco cansada, sorbiendo su nariz luego- pero no me gusta que sean así de posesivos conmigo -dijo ella, al ver que Bakugou levantó una ceja ella frunció su entrecejo.- no tomes mi celular cuando yo hablo, si no lo pongo en altavoz es porque yo quiero escuchar y yo quiero hablar -dijo un poco molesta.

Bakugou pensó de que si Kirishima o algún otro de sus amigos le hubiese dicho eso, le hubiese intentado explotar la cara o algo parecido, sin embargo viniendo de la chica le parecía hasta razonable.

- está bien -dijo sentándose en forma india frente a ella, asintiendo suavemente con su cabeza.

- ¿en serio está bien? -dijo Izuki mirándolo derrepente un poco shockeada por la respuesta, hubiese esperado un "púdrete" o algo así, sin embargo estaba aceptando eso sin rechistar.

- sí, pensándolo bien parece bastante molesto que te lo hagan -dijo en lo que asentía suavemente con su cabeza. Ella lo miró unos segundos en lo que parpadeaba, ¿realmente estaba Kacchan dándole la razón? Él la miró y le sonrió dulcemente. Esas mismas sonrisas que le dedicaba a veces, que le miraba y cuando sabían que ambos estaban en esa atmósfera, sonreían con dulzura, Izuki muchas veces sonreía por ver a Katsuki sonreír o porque lo veía y recordaba a él de pequeño y luego asimilaba que lo tenía de frente, sonriéndole.- uh, Izu -le llamó el joven, haciendo volver a la joven un poco en razón- te estás sonrojando.

- oh -dijo ella, suspirando suave y luego le sonrió, para negar con su cabeza y morderse un poco el labio- uhm, creo que es mejor que ya me vaya -dijo ella y le sonrió de manera dulce.

- ¿no te quieres quedar? -dijo el joven mirándola fijamente, llevando una mano al cabello de la contraria para poner un mechón detrás de su oreja.

- al contrario, creo que debo irme ya, quiero darme una ducha y tomar una siesta porque no creo que la fiebre me mejore mucho si seguimos así -dijo ella con una leve sonrisa, le llevó un rato irse de la casa, el joven se había ofrecido a hacer panqueques con tal de que se quedara, pero ella tuvo que negarse, se colocó su ropa que ya estaba seca y casi 45 minutos después del altercado ella estaba saliendo de la casa, correctamente vestida con su propia ropa, su bolsito al hombro y su celular en la mano, estornudando de vez en cuando hasta llegar a su propia casa.

Una vez ahí, llamó a Uraraka para ver si podía cuidar de ella ese día, pues después de esas semejantes horas con el rubio de acompañante, cayó rendida en el sillón con la sensación de que había tenido más emoción en 18 horas con Kacchan que en toda su vida aunque sabía que realmente no fuese así, cuando la castaña le dijo que iría en cerca de una hora la peliverde se levantó para poder ducharse, sacarse esa compresa, hacer sus necesidades tranquila y ponerse un pijama cómodo y largo.

- ¿qué me diría Occhaco si me viese así? -se susurró colocándose ropa interior cómoda antes de colocarse el pijama, realmente Katsuki se había excedido con el tema de las marcas y fuera de chiste, no había lugar que no tuviese algún chupón o marca de dientes enterrados.

A la hora que se escuchó el timbre la chica ya andaba como un zombie, le había subido la temperatura al punto que boqueaba y no podía abrir bien los ojos sin que le lloraran, cuando logró abrir se sorprendió un poco al ver a Uraraka, Iida y a Todoroki en la puerta, la joven con un botiquín de primeros auxilios y los hombres con bolsas de supermercado.

Casi de cinco minutos de regaños indiscriminados por parte de la pareja hacia la dueña de casa, procedieron a entrar todos y colocar a Izuki cómoda, la sentaron con Todoroki en el sillón, dejándola contra su lado izquierdo y la mano de este en la frente de ella, regulando de a poco su temperatura mientras que Tenya y Occhaco preparaban una sopa para que ella pudiese tomar.

- ¿te sientes mejor? -susurró bajo el joven, acariciando con su pulgar la frente de la más baja en el cuarto.

- bastante -dijo ella, simplemente relajada al tener algo tan frío cuando lo necesitaba y sus pies tibios al tenerlos apoyados en el muslo izquierdo de su compañero.- ¿te trajo Uraraka? -dijo la chica aún un poco confundida, levantando su mirada para ver esos ojos de distinto color que con el tiempo se había acostumbrado a presenciar.

- no, de hecho yo les dije y nos apuramos cuando la llamaste, estábamos comprando lo necesario en ese momento -dijo él, sosteniéndole la mirada unos segundos y luego fijándose en su frente y en como ya comenzaba a sudar, pues veía ya su frente algo brillante debido a la acumulación del líquido. Todoroki sonrió levemente al ver esas pequeña mejorías.

- gracias por preocuparte por mi, Todoroki -dijo ella, dejando su cabeza contra la parte izquierda de su pequeño y queriendo dormir ahí, sin embargo se separó un poco al sentir que estaba algo tibio y que su corazón latía rápido.- ¿algo te tiene nervioso, Todoroki?

- para nada, Midoriya, solo duerme en lo que te traen la sopa -le murmuró apegando más su mano a la frente de la chica.

Querido KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora