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Izuki suspiraba sentada en el sillón que habían comprado hace no mucho, revisando exámenes escritos de teoría de ataque, Kacchan mientras cocinaba la veía de vez en cuando, observando como después de leer cada respuesta, colocaba una equis.

- ¿realmente no hay ninguna buena? -dijo el rubio dejando un poco de lado la comida, para caminar donde la pecosa y sentarse con ella, tomando las pruebas y echándole una hojeada.

- ninguna es rescatable, es terrible -dijo ella, negando con su cabeza- y lo peor es que lo hacen bien en la práctica, no se porqué fallan siempre que es escrito -murmuró y tachó el último papel, para llevar una mano a su ligeramente abultado vientre y frunció sus labios- ha crecido muy poco -dijo ella, moviéndose un poco para el lado y recargando su cabeza en el hombro del ojirubí.

- por lo menos nadie se ha dado cuenta -dijo Katsuki y se levantó, para arrodillarse a un lado de Izu y plantó un dulce beso en su vientre, haciendo sonreír a la contraria.

- oye, ¿qué te gustaría hacer para tu cumpleaños -dijo ella, sentándose de mejor manera y miró a su novio, quien sonrió un poco y se levantó, para volver a la cocina.

- no lo se, no lo he pensado -dijo mirando como iban las cosas, para luego girarse y ver a la peliverde.

- podríamos hacer algo acá, invitar a la clase y celebrar tu...

- uh, no, ni hablar -dijo el rubio rápidamente, se giró a ver a su esposa y esta lo miraba con cara de gatito.

- Katsuki -lloriqueó, haciendo un puchero y se paró- me da algo cuando pasas tus cumpleaños conmigo

- los últimos dos no los pasé contigo -dijo él, levantando una ceja.

- pero porque trabajaste en uno y yo trabajé en el otro, Kacchan por favor -dijo y caminó hasta su pareja, para abrazarle por el pecho e hizo un puchero, viendo como el rubio rodaba sus ojos y luego asintió. Izuki sonrió de manera amplia para dejar un pequeño beso en sus labios, y volver al sillón, tomó su celular y mandó un par de mensajes antes de volver a corregir los exámenes.

- no se porqué me da la sensación de que Kirishima está metido en esto -dijo el rubio, buscando los tazones para poder servir el Katsudon y ella rió.

- ¿qué comes que adivinas? -dijo en tono juguetón la pecosa, tomando los exámenes y comenzando a corregir la parte en blanco.

- es obvio que tu comida no -dijo el ojirubí y a los segundos se llegó un cojín en el brazo, robándole una risa suave y siguió sirviendo los tazones, una vez servidos ambos comieron y luego fueron a darse un baño, ella reía mientras jabonaba a su novio y él le contaba el porqué de las heridas más recientes que tenía.

Casi una hora después, ambos estaban completamente secos en los futones, ella sentada terminando de corregir y él a su lado, recostado mientras la miraba.

- ¿qué crees que sea? -dijo Bakugou derrepente, provocando que la chica lo mirara y ladeara su cabeza.

- ¿hablas del bebé? -murmuró y vió como el más alto asentía con su cabeza- no se, me da la sensación de que es niño -dijo ella, terminando rápidamente con la última y poniendo la calificación, guardando todas en un sobre, ordenó todo rápidamente y volvió al futón, recostándose también- ¿tú que crees que sea?

- no se si creo que es algo, pero me gustaría que fuera una niña -dijo él, moviéndose donde su esposa para quedar abrazados y él con la mano en el vientre de ella.

- ¿en serio te gustaría tener una niña? -dijo ella sorprendida mientras veía asentir al joven.- ¿por qué?

- no se, son tan serviciales y alegres, me gustaría que fuera como tú cuando niña, eras tan tierna y dulce -dijo él, acariciando dulcemente la piel de la mujer en cinta.

- ¿y acaso ahora no lo soy? -dijo ella con una ceja alzada y una sonrisa, por lo que él negó y dejó un beso en su hombro.

- ah, claro que lo eres, pero creciste, yo quiero una pequeñita -dijo él y ella sonrió, dejando un beso en la punta de su nariz.

- ¿y si es hombre? -preguntó la chica y vió como sonrió, acurrucándose con ella.

- trataré de que no tenga mi carácter, si no nos llevaremos como yo y mi madre

- ustedes se llevan bien -replicó ella, reposando bien su cabeza en la almohada y lo miró.

- lo se, pero hubo un tiempo que nos llevamos a golpes y no me llama la atención de golpear a mis hijos

Ella sonrió ampliamente y besó dulcemente la frente de su marido, provocando que este se sonrojara sin que ella pudiese notarlo.

- vas a ser un padre excelente, mi amor -dijo la pecosa y bajó a besar dulcemente los labios del rubio, dejando un beso casto ahí.

Se quedaron en silencio por casi una hora, solo acariciándose con dulzura y ella arruyando un poco a su marido.

Kacchan suspiraba suavemente mientras disfrutaba como palpitaba el corazón de Izuki, por alguna razón Katsuki me había agarrado cariño a como sonaba el corazón de su novia.

- a veces recuerdo esas veces cuando éramos jóvenes y nos quedábamos abrazados, muchas veces te dormías y yo me quedaba escuchándote, como hablabas dormida, como roncabas a veces, tu ronquido era casi melifluo, sumamente suave y dulce, o cuando despertabas y lloriqueabas un poco, aún lo haces, aprietas las manos en puños mientras te remueves y lloriqueas, luego te despiertas y me sonríes -dijo él y suspiró un poco, acariciando el hombro de la peliverde y notó que estaba dormida o muy relajada- mi niña preciosa, te amo -susurró él, dejó un beso en la mejilla de ella y vió como lloriqueó un poco, frunció su entrecejo y ella se estiró.

- ¿ya son las 6? -dijo ella aún con los ojos cerrados, negando un poco con su cabeza e hizo un puchero.

- no, es de noche, duerme -dijo él, acurrucándola entre sus brazos, viendo como ella acomodaba su cara en el cuello de su novio, suspirando antes de dormirse.

Querido KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora