Japón se estaba volviendo loco, por alguna razón, el invierno se había adelantado demasiado, comenzando con las nevadas a mediados de octubre, siendo que debería estar en otoño.
Por otro lado, Izuki se estaba volviendo loca, iba ya por sus 8 meses y medio, el varoncito que llevaba adentro se notaba que era terriblemente rabioso, puesto que desde las 3 de la mañana no paraba de moverse y provocarle dolores, dejando que tuviera un mal humor.
A eso de las 6 de la mañana sonó la alarma, provocando que Katsuki se despertara y dejando que la primera escena al abrir sus ojos fuese ver a su esposa despierta y sentada, con un puchero y una mano en su vientre.
- ¿no te dejó dormir? -dijo el rubio sentándose, para llevar una mano a su vientre abultado ya y sintiendo inmediatamente como el bebé se movía como loco- carajo, ¿lleva así toda la noche?
- sí, empezó como a las dos o tres de la mañana y no ha parado -murmuró y negó con su cabeza, tragando saliva- ¿quieres que te prepare desayuno? -dijo y le sonrió dulcemente, respirando de manera profunda.
- no, trata de dormir algo, no te ves bien -dijo él y acostó suavemente a su esposa, dejando un beso en la frente de ella y negó con su cabeza, volviendo a sentarse y suspiró.
- no me puedo recostar, en serio no quiero -dijo ella y él frunció sus labios, se levantó y miró por la ventana.
- ¿quieres que te lleve al hospital? -dijo el ojirubí mirando casi el metro y tanto de nieve que había afuera, observando como seguía nevando.
- no te preocupes, Katsuki -dijo ella levantándose como pudo y luego le sonrió, colocándose sus pantuflas- tú ve a tomar un baño en lo que te preparo algo para comer -dijo ella y se colocó una polera holgada, bostezó un poco y caminó con holgazanería a la cocina, el chico sonrió ampliamente al ver a su esposa caminar y caminó donde ella, abrazándole dulcemente por la cintura y haciéndole parar.
- ve a sentarte, Deku. Yo prepararé algo y te acompañaré hasta que me tenga que ir, ¿sí? -dijo Bakugou y dejó que se sentara, vió como ella suspiró y asintió con su cabeza. En cuanto tomó asiento puso una mano en su vientre, murmurando suavemente que por favor le tuviera piedad y se calmara.
Katsuki llevaba dos horas y media fuera, le tocaba trabajar en la limpieza de calle como la mayoría de los héroes que no atendían emergencia puntuales y no se le daba mal, sin embargo paralelamente su esposa llevaba una mañana agitada, se mordía los labios pensando en que hacer en lo que le rodaban las lágrimas por las mejillas de puro nerviosismo.
Mientras le temblaban las manos por el miedo, poco antes de que se fuera Katsuki el bebé ya se había encajado en las caderas, las contracciones que sentía de la madrugada eran bastante más regulares y había perdido el tapón mucoso, eso no la había asustado mucho, lo que realmente le asustó fue que las contracciones casi la botaban al piso.
- debo calmarme, debo calmarme -era lo que se murmuraba con voz quebrada, parpadeaba rápidamente en lo que le volvía otra contracción, haciendo de que las lágrimas cayeran y tuviera que aferrarse fuertemente al respaldo del sillón e inconscientemente liberando un grito de dolor.- necesito... El bolso -murmuró, caminando como pudo hasta el lugar donde tenían el bolso para el bebé.
Ella sollozó asustada al pensar que algo podría pasarle a su bebé, lo único que logro pensar en que debía llamar una ambulancia, sin embargo ella sabía que el servicio era lento debido a la nieve y que no iba a lograr nada. Tomó el bolso con las cosas para el infante y su celular, caminando a la puerta del departamento.
- tengo como 10 minutos antes de que me de otra contracción -se murmuró a si misma, sacando las llaves y cerró la puerta, apurándose a bajar las escaleras, comenzó a bajarlas con nerviosismo y casi llegando al quinto piso, volvió a darle una contracción, fue tal el dolor que sus piernas no respondieron y cayó al piso, rodando los pocos escalones que le quedaba hasta llegar al descanso del piso 5, ante el fuerte golpe por la puerta del apartamento apareció una señora de unos 60 años, quien exclamó al ver a la pecosa en el piso y su mano en su vientre.
Con ayuda del nieto de la señora volvieron al departamento, por fortuna de la más joven ella era matrona, por lo que se quedó cuidándola. A eso de las 3 de la tarde, cuando seguía nevando ella trató de localizar a su esposo, pues la señora le había dicho que el trabajo de parto era inminente.
- Kotaro, necesito que le digas a Bakugou que me llame en cuanto pueda -dijo Izuki, quien jadeaba mientras apretaba la almohada de Katsuki entre su otra mano.
- lo se, señora Bakugou, pero le dije que el señor Bakugou está trabajando y...
- KOTARO! -gritó ella, haciendo mueca de dolor al sentir otra contracción, soltando un quejido- por favor dile cuando se desocupe venga a casa, solo dile eso -dijo ella y cortó, dejando el celular a su lado y concentrándose en lo que le decía la señora.
Por eso de las 10 de la noche Katsuki iba subiendo las escaleras con ánimo, pues llevaba pastel del que le gustaba a Izuki en su bolso, pero en cuanto abrió la puerta se frenó al escuchar un fuerte grito de su mujer proveniente del cuarto, entró y fue directo al cuarto, ella estaba recostada en el futón, su vientre y piernas cubierto por unas sábanas y entre sus piernas la señora del piso 5, dándole distintas indicaciones, en cuanto la peliverde vió a su marido sus ojos se llenaron de lágrimas y se notó como se debilitó, viendo como comenzaba a tiritar.
- Katsuki -lloriqueó y estiró sus brazos, largándose a llorar y el se apresuró a abrazar a su esposa.
La noche fue bastante pesada, la señora rompió la bolsa de Izuki al notar que no se había roto y continuó el trabajo de parto normal, cuando Katsuki le preguntó porqué no había venido alguna ambulancia le dijeron que habían llamado y simplemente no había llegado, él comenzó a insistir mientras que Izuki seguía pujando cuando debía. A eso de las 2 de la mañana, cuando iba a cumplir 24 horas de labor de parto comenzó con los desmayos por el dolor, despertándose por este mismo motivo.
- amor -le murmuró en un momento, haciendo que todos le miraran algo espectante.- te juro que después de esto, no volveré a tener hijos -dijo y sonrió, tomó la mano del ojirubí y enfrentó a estos el verde esmeralda- ¿acabemos con esto de una vez, Kacchan? -susurró, acariciando con el pulgar el dorso de la mano.
- sí, mi amor -dijo él y ayudó a su esposa a colocarse cómoda, le dió firmemente su mano y 33 minutos después, Katsuki e Izuki fueron padres.
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Querido Katsuki
FanfictionLa historia comienza con la amistad de Katsuki Bakugou e Izuki Midoriya, pero todo se deforma cuando comienzan las diferencias, ¿cómo va a terminar todo? Bakugou×FemDeku portada de krisschan #6 en bakudeku (03/07/2018)