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Eran las 9 a.m. de un sábado e Izuki iba con Bakugou camino al departamento que Katsuki había visto para rentar.

¿cómo es que habían logrado coincidir otro día? Katsuki acababa de salir de su patrullaje mientras que a Midoriya le habían dado licencia por una fractura de fémur que fue resultado de que un villano la tirara contra un edificio de concreto y su pierna golpeara justo en el borde del pilar, sin embargo Recovery Girl le había ayudado a sanar y le habían dado un día por precaución.

Cuando llegaron al edificio vieron que eran gris y de unos 7 pisos, mientras que Bakugou arrugó su nariz al verlo Izu sonrió, ella tomó con dulzura a mano de él y caminaron adentro, luego de subir 5 pisos llegaron al departamento y tocaron la puerta, viendo como a los segundos les abría una señora.

Luego del tour por el pequeño departamento Bakugou miró a Midoriya, quien le sonrió y ladeó un poco su cabeza.

- ¿qué te parece? -dijo él, viendo a su novia y ella le sonrió, ladeando su cabeza.

- a mi me gusta, no se si a ti -dijo la peliverde y miró los ojos rojos de su novio, ojos que se clavaron en el esmeralda y el chico sonrió.

- creo que puede ir agarrando forma -dijo Kacchan y soltó la mano de su novia, para rodearla con el brazo y mirar a todos lados- sí, me gustaría para vivir aquí. -ella rió un poco y miró a la señora, sonriéndole con amabilidad.

- ¿desde cuándo podemos empezar a vivir aquí? -y la señora sorprendida dijo que desde esa misma tarde, pues los arreglo y pintura estaban hechos ya por lo que era un lugar habitable.

Izuki pagó el dinero que pedía la señora, que sería ese mes y el mes de garantía, junto con otro mes de adelanto, y como no era mucho dinero en total lo pagó con efectivo y ambos firmaron el contrato, haciendo ese oficialmente su hogar.

- bien, hay que empezar a traer cosas -dijo Izuki, arrugando un poco su nariz y le miró con una sonrisa- no creo que sea fácil y definitivamente nos vamos a tardar, ¿empiezo yo con la limpieza en lo que tú traes las cosas?

- me parece razonable -dijo su novio y estiró a besar la frente de la chica, ella rió y subió su cabeza para dejar un beso en los labios del chico, un beso dulce y suave, uno donde apenas se atrapaban los labios y los besaban con suavidad.

Bakugou se fue del lugar, dejándole las llaves a Izu. Una vez sola ella se ató el cabello en una cola de caballo y comenzó a recisar todos los rincones de la casa, si tenían luz, agua y gas, alguna gotera o fuga de algo, algo que no funcionara. Al ver todo en perfectas condiciones comenzó con la limpieza, sacando con un trapo limpio polvo y mugre de todo lado posible, Bakugou llegó eso de una hora después en el jeep de su padre con las cosas atrás, ella bajó y comenzaron a llevar las cosas, mientras que Bakugou llevaba cosas algo más pequeñas, Izuki llevaba lo más pesado, robándose una risa de su novio cuando la veía pasar por la escalera del lugar con la lavadora o el refrigerador en los brazos.

Luego una muy exhaustiva tarde, donde ellos mismos sabían que habían trabajado más que nunca en solo acomodar una casa estaba terminado, habían realmente llevado todas sus pertenecias y dejado todo ordenado, los cuartos listos, máquinas funcionando, todo arreglado y aparentemente todo estaba bien.

- oye -dijo la peliverde para ver a su novio, quien estaba parado al lado de ella admirando un poco en shock como habían ordenado todo en una sola tarde.- estás cansado, ve a dormir -dijo ella y le besó el hombro- tú mañana debes trabajar también y no has descansado, te despertaré cuando tenga algo de comer, ¿sí? -dijo y lo mandó al cuarto que habían definido como de ellos, donde estaban las dos cómodas, una que era de él y otra de ella y luego los futones al medio, ambos unidos para simular que era como una cama matrimonial, con la calefacción que era de Izuki ahí, pues la más grande estaba en a casa para poder calefaccionar el lugar completo.

Bakugou caminó con una sonrisa y cuando entró, encendió la pequeña calefacción y se desvistió hasta quedar en su boxer, para acostarse en un futón y dormir.

Izuki se mordió un poco la lengua pensando en que cocinar, hasta que se le ocurrió salió con las llaves en mano y su mochila, volvió a eso de una media hora después con la mochila con lo necesario de una casa, abasteció el refrigerador y comenzó a preparar la cena, lo mejor que se le ocurrió fue preparar un curry.

Esa misma noche cenaron entre risas y se destrozaron a besos y caricias, les costó un tiempo adaptarse a la vida en pareja, sin embargo pudieron superar cada obstáculo y salir adelante.

El vivir juntos les había mejorado su convivir, ahora conocían cada costumbre y reacción del otro, al punto que cuando volvía Bakugou molesto a casa, sin importar si Izuki cocinaba, dormía o hacía otra cosa la tomaba, la apresaba contra lo más cercano a ella ya fuese la pared, el piso o el futón y la mordía y marcaba completa, no se cansaba hasta que ella le gimoteaba que se detuviera porque estaba pasando límites, como mordidas en la pantorilla o cuello que después no sabría como borrar. Y así como Bakugou tenía ese actuar, cuando ella llegaba molesta hacía lo que debía hacer y luego se iba a dormir, cuando a Bakugou le tocaba cocinar ella llegaba y se sentaba nada más, esperando a que su novio terminara de cocinar para llevárselo al cuarto y usarlo de almohada, refunfuñando y murmurando una buena parte de la noche.

Sin embargo cada uno había aprendido a enamorarse de dicho actuar, disfrutando de la confusión que le entregaba Katsuki y su cuerpo algo dolorido o esa ternura que expelía la novia al no querer contarle, sin embargo terminaba murmurando todo.

La vida en pareja era preciosa y ellos lo sabían, con eso habían aprendido a apoyarse el uno al otro y a quererse aún más.

Querido KatsukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora