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A pesar de lo intimidado que me sentía ante la inmensidad y el lujo de aquella mansión, mi corazón no dejaba de latir con insistencia al pensar que estaba por ver nuevamente a mi madre

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A pesar de lo intimidado que me sentía ante la inmensidad y el lujo de aquella mansión, mi corazón no dejaba de latir con insistencia al pensar que estaba por ver nuevamente a mi madre.  

— Bienvenidos —saludó una mujer de gafas, alta, delgada, elegante y con cara de no haber sentido en orgasmo durante toda su vida, tal vez era mi imaginación, pero algo me decía que el personal de Gabs tenía una muy mala vida sexual. 

Espero que Sharon no corra con la misma suerte. 

—Usted debe ser la señorita Marinette —dijo al momento de dirigirse a mi novia y saludarla con un cordial apretón de manos, Mari asintió mientras sus adorables mejillas se tenían de un notable rubor.

—S-sí...  —Se aclaró la garganta — él es Luka, nuestro amigo — dijo mientras tomaba del hombro al pelinegro quien saludó a la mujer con total caballerosidad —Y él es... Adrien. 

La mujer caminó hacia mí, contemplando mi rostro de cerca mientras se acomodaba las gafas en el puente de la nariz, inspeccionándome. ¿Por qué mierda me miraba así? 

—Bienvenido, joven Adrien —hizo una reverencia —Espero que disfrute mucho de su estancia aquí, quedo completamente a su disposición. 

¿Qué carajos? 

—Quiero ver a mi madre —mascullé metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón — Y quiero una hamburguesa. 

La mujer parpadeo apretando los labios en una fina línea, se incorporó y acomodó sus manos tras su espalda mientras volvía a retomar su actitud seria y tranquila. 

— Le pediré al chef que prepare una hamburguesa para usted y...

  —¡Oh por dios! — gritó Catlyn quien corrió por el pasadizo superior, bajando de dos en dos las escaleras centrales de la enorme y elegante estancia, lanzándose a mis brazos con un impulso tan fuerte que me tiró al suelo, cayendo encima de mí. —¡Hermanito! ¡Viniste! —Chilló, besando mis mejillas mientras su larga cabellera me provocaba cosquillas al acariciar mi rostro. 

Normalmente me habría enojado por una situación como esa, sin embargo, estaba tan feliz por ver de nuevo a mi pequeña hermana, que ignoré cualquier clase de vergüenza o dolor en ese momento. Abracé a Cat, besando su mejilla para finalmente envolverla en un cálido abrazo.

  —Hey, cuánto tiempo ¿No?

Ella soltó una risita.

—Y pensé que la dramática era yo — dijo a la vez que se incorporaba, extendiendo su mano hacia mí. En cuanto me incorporé, me acomodé la ropa, mirando hacia todos lados.

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐕𝐨𝐥. 1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora