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—¿Crees que el color rosa me siente bien? —preguntó Chloe con claro entusiasmo, extendiendo un hermoso vestido frente a ella

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—¿Crees que el color rosa me siente bien? —preguntó Chloe con claro entusiasmo, extendiendo un hermoso vestido frente a ella. Yo me limité a asentir para después regresar mi atención a mi celular.

Ese día se cumplían dos semanas desde la última vez que vi a Marinette. Desde entonces, había intentado de todo para contactar con ella sin éxito, lo cual, no solo rompía mi corazon en mil pedazos, sino que además, me generaba un inmenso miedo e inseguridad.

¿Como podía pensar siquiera en regresar a París para hablar con ella? Estaba más que claro que me odiaba, y si su rechazo a distancia se sentía como el infierno, estaba seguro que no soportaría a que lo hiciera en mi prescencia.

Eso claro, si lograba verla.

Solté un largo suspiro, guardé mi móvil en mi chaqueta y miré a Chloe seleccionando un par de vestidos más. En cuanto noto mi mirada, ella sonrió, mirándome a través del espejo frente a ella.

—¿Qué pasa? —preguntó—. ¿Ya te cansaste?

—Eh... No —susurré, rascándome la nuca nervioso—. Es solo que cuando te pedí vernos, no pensaba en algo como esto.

—Lo siento, es solo que... Mi ropa comienza a apretarme, ya sabes...

—Si, lo entiendo.

Chloe suspiró, dio media vuelta y caminó hacia mí, deslizando una suave caricia por mi mejilla.

—¿Quieres que vayamos a comer? —sugirió, mirándome con evidente preocupación—. Te noto más delgado...

—A decir verdad, no tengo hambre.

—Pero tienes que comer algo.

—Sí, lo sé, pero...

Sin darme oportunidad a inventar alguna excusa, Chloe tomó mi mano, dejó los vestidos en su sitio y me hizo seguirla fuera de la tienda, guiándome después hacia un restaurante dentro de aquel centro comercial.

Una vez en el establecimiento, uno de los meseros se acercó a pedir nuestra orden, la cual consistió de camarones a la naranja para ella y una hamburguesa con papas para mí.

—De una vez te avisó que no nos levantaremos de esta mesa hasta que tu plato esté vacío ¿Entendido? —amenazó intentando lucir intimidante, yo sonreí.

—Veo que ya estás practicando eso de ser mami.

—Oye, hablo enserio —Se cruzó de brazos, haciendo un leve puchero—. En fin ¿De qué querías hablar?

—De un pequeño cambio de planes.

—¿Ah? —Arqueó una ceja, ladeando el rostro intrigada—. ¿A qué te refieres?

—Bueno... Como sabes, mi madre está embarazada —La vi asentir, tomé aire y continué—. Su embarazo es de alto riesgo y yo he tomado la decisión de quedarme a vivir en Califrnia para cuidarla.

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐕𝐨𝐥. 1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora