¿Pueden dos mejores amigos arriesgarse a perderse el uno al otro por darle paso al amor?
Adrien y Marinette son amigos desde que eran unos inocentes y tiernos niños. Crecieron juntos y su amistad se fortaleció, volviéndose prácticamente inseparable...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Escuchaba "Stargazing" mientras conducía a la preparatoria. Mis dedos golpeaban el volante al ritmo de la música y mis labios seguían la letra en silencio.
La mañana iba bien, aunque habría sido perfecta si Marinette excusas absurdas Dupain Cheng hubiese aceptado ir a clases conmigo en lugar de querer ir a la preparatoria por su cuenta.
¿La razón? Según sus propias palabras "Quería salir a correr para tener condición." Joder, yo tenía en mente una manera mucho más divertida y eficaz para ello.
Y bueno, dejando de lado la inquietud que su repentina actitud me había causado. Me sentía realmente feliz. Había sido la primera vez que tenía sexo con una chica en mi cama ¿Y lo mejor de todo? ¡Fue con Marinette!
Aunque a decir verdad, lo que ella y yo hacíamos no se resumía solo al "Sexo" Mi princesa y yo... Hacíamos el amor.
Solté un suspiro de tonto enamorado y pisé un poco más a fondo el acelerador. Seguía sintiéndome inquieto por el hecho de que Mari se negara a asistir a clases conmigo y la idea de que lo sucedido la hiciera sentir incómoda o que se hubiese arrepentido por ello, comenzaba a formularse en mi cabeza, provocando que esa angustia poco a poco se transformara en miedo.
Haciendo caso a mi subconsciente, continué con mi camino y, una vez que llegué a la preparatoria, me estacioné en el lugar de siempre, corriendo al salón de clases después.
Apenas entré al aula, pude ver a Alya, Nino y Luka platicando amenamente entre ellos y al aproximarme, mi mejor amigo se levantó rápidamente de mi lugar, permitiéndome así ocupar mi asiento.
—Hey. —saludé — ¿Qué tal?
—Muy bien, creo. ¿Y Marinette? — Preguntó Alya mientras se sujetaba el cabello en una coleta, yo me encogí de hombros.
—No quiso que la trajera, habló de salir a correr o algo así.
—¿Marinette? ¿Haciendo ejercicio? Eso si que es raro.
—Tanto como Adrien estudiando. —agregó Nino, ganándose una adorable seña obscena de mi parte.
—Sí, bueno... Supongo que no debe de tardar en llegar.
Alya asintió, ojeandose a sí misma de arriba a abajo.
—Creo que llegaré a un acuerdo con ella para ir a correr juntas. —afirmó en un tono suave, descansando las manos sobre sus caderas. —Yo también necesito condición.
