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Tres horas, tres jodidas horas era lo que había dormido apenas

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Tres horas, tres jodidas horas era lo que había dormido apenas. ¿Porqué? Oh, por el pequeño hecho de que Marinette había pasado casi toda la puta noche llorando en mi regazo, comiéndose MI helado mientras se lamentaba, (De nuevo) por haberse enamorado del imbécil del año... Nathaniel.

Seguía sin entender cómo era que alguien tan asombrosa como ella se había enamorado de un tipo como él. Es decir, repasemos sus pros: Tiene polla. Sus contras: Demasiado imbécil, demasiado arrogante, demasiado altanero y cabello demasiado rojo como para asegurar que desprendía testosterona. En París,en china y en todo el jodido mundo, un hombre con el cabello como el de él solo significaba una cosa: Le gusta meterse cosas por detrás.

Suspiré y aparté la almohada con la cual me había cubierto el rostro fijando así la mirada en el techo. ¿Alguna vez se quedaron despiertos terminando alguna tarea importante que al final de cuentas el profesor ni recordó revisar? Bien, así me sentía en ese puto momento. Cansado, somnoliento y sobre todo, frustrado.

Yo había cumplido con mi deber como mejor amigo de infancia de Marinette. Vamos, ella había sido mi mejor amiga desde que llegué a vivir a la ciudad. Para ser más preciso, ella había sido mi primera amiga y la única con la cual me sentí en completa confianza desde que la conocí. Por tal hecho, el pasar mis noches en vela cuando ella tenía problemas con el afeminado de su novio era "Mi tarea a cumplir" ¿Y mi frustración?... El saber que en cuanto ese imbécil le llamara, ella le respondería, ella lo vería, le daría otra maldita oportunidad.

— Mierda... Mi cabeza... — Susurré,  incorporándome sin saber de dónde carajos había sacado las fuerzas para hacerlo. Me senté en el borde de la cama y al instante, perdí la mirada en un solitario calcetín que yacía en el suelo, hecho bolita en un rincón de mi alcoba.

Así que allí estabas... Cabrón.

Repentinamente, Plagg, el gato más crack, saltó sobre mi regazo, maullando y ronroneando mientras se frotaba contra mi torso en busca de mimos entre varones. Sonreí al verlo y acaricie su cabeza, rascando un poco tras sus orejitas y, al instante, ronroneó complacido.

Solté un suspiro y extendí mi brazo palpando mi mesa de noche hasta localizar mi celular. Eran las 7:08 de la mañana y, si mis matemáticas no fallaban, tenía 45 minutos para alimentar a mi gato, ducharme, arreglarme, conducir hasta la casa de mi mejor amiga, después a la de mi mejor amigo y de allí a la cár...Digo, preparatoria.

Me levanté y me arrastré a mi mismo hacia el clóset, opté por una playera negra, unos jeans desgastados y unos converse negros no muy bien cuidados. Vamos ¿A quién no le gusta ir cómodo al lugar donde te imponen las cosas que la sociedad espera que aceptes, aprendas y hagas?

—Vamos, bola de pelos — Me dirigí a Plagg y lo cargué en brazos,  bajando con él hacia la cocina. De inmediato, el delicioso aroma de hotcakes combinado con café me acarició la nariz. Como cada mañana, mamá preparaba uno de sus deliciosos, calóricos y siempre bienvenidos desayunos.

𝐒𝐂𝐀𝐑𝐘 𝐋𝐎𝐕𝐄 𝐕𝐨𝐥. 1 & 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora