¿Pueden dos mejores amigos arriesgarse a perderse el uno al otro por darle paso al amor?
Adrien y Marinette son amigos desde que eran unos inocentes y tiernos niños. Crecieron juntos y su amistad se fortaleció, volviéndose prácticamente inseparable...
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— ¿Entonces el nuevo se sentará en mi lugar?
Nino parecía molesto por la decisión que la señorita Bustier había tomado con respecto a ceder su lugar al tipo nuevo. Y no era el único, yo más que nadie me resistía a la idea de compartir mi oxigeno con ese peliteñido.
—¿Y no protestaste? —Preguntó mi amigo visiblemente ofendido, yo suspiré.
—Claro que lo hice.
—¿Y?
—Nada. Sabes muy bien que Bustier me trae de encargo.
—Todos los profesores, a decir verdad.
Sin más que decir, me encogí de hombros mientras terminaba de comer las patatas fritas de mi plato.
Después de una no muy grave infección estomacal, mi amigo había decidido tomarse un día extra para asegurar su mejoría y de paso, invitarme a comer. Aunque por la forma en cómo había devorado su hamburguesa, podría asegurar que ya estaba completamente recuperado.
— ¿Y que tal es ese tipo? —Preguntó Nino luego de un rato. La curiosidad había llegado.
—No lo sé, no he cruzado ni una sola palabra con él, en cambio Mari está embelezada con ese Emo.
— ¿Emo? —Nino giró su gorra hacia atrás —¿Eso no era del 2006?
— Pues parece que se escapó uno de la línea temporal.
Mi amigo soltó una sonora risa para después dar un gran sorbo a su bebida.
—Bueno, no es secreto el hecho de que Mari no tiene el mejor gusto en chicos.
—Dímelo a mi —Coloqué una papa entre mi labio superior y mi nariz jugando a hacer equilibrio con ésta — Primero un infiel y ahora un tomate hablador.
—Es cierto... ¿Cómo estuvo eso de que casi matas a Nathaniel?
—¿Ah? —Atrapé la papa con mi lengua para masticarla — ¿Cómo fue que...?
—Twitter, Kim hizo un hilo de eso. —Respondió Nino extendiendo la pantalla de su celular hacia mí. Para mi jodida desgracia, había un conjunto de fotografías de distintos ángulos del patético rostro de Nathaniel, acompañadas de una descripción más que exagerada de los hechos.
Kim se había encargado de difundirlo para hacerme quedar como un... Agh, “salvaje” y putamente lo había conseguido.
—Es lo mínimo que se merecía. —Dije en mi defensa, ganándome una inquisitiva mirada de mi amigo.
