¿Pueden dos mejores amigos arriesgarse a perderse el uno al otro por darle paso al amor?
Adrien y Marinette son amigos desde que eran unos inocentes y tiernos niños. Crecieron juntos y su amistad se fortaleció, volviéndose prácticamente inseparable...
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—Adrien... Y-yo...
Y allí estaba de nuevo, metida en un jodido dilema. ¿Qué podía decir en ese momento para salir bien librada? Obviamente no podía delatar a Sharon ¡Ella había confiado en mi! Y por otro lado, no podía sacar conclusiones precipitadas, necesitaba hacerme yo misma una prueba de embarazo y... ¡Ay! ¿Porqué siempre termino en situaciones así?
— No... No es lo que parece... — Susurré con un intenso rubor en las mejillas, Adrien fijó su hermosa mirada verduzca en mis ojos a la vez que una tímida aunque tierna sonrisa se dibujaba en sus labios.
— Mira, se que soy idiota para algunos temas... — Se rascó la nuca, regresando la mirada hacia el test — Pero sé muy bien qué es esta cosa y como funciona.
— Ah... ¿S-si?
El asintió.
— Hicimos el amor sin condón... ¿Recuerdas? — Murmuró, llevando una de sus manos hacia mi mejilla la cual acarició con tanta ternura que me conmovió por completo.
— Adrien...
— Luego tu hiciste pipí sobre ésta cosa y mira — Señaló con su índice las marcas — Bebé en camino.
Mentalmente, hice un facepalm... ¿Cómo podía pasar de tierno a torpe de un momento a otro? Aunque bueno... Al parecer no era tan fácil de engañar, para mi desgracia.
— Pudiste haberte ahorrado el detalle de la pipí — Mascullé con las mejillas completamente ruborizadas, el soltó una suave risa, acercándose a mi para depositar un casto beso en mis labios.
— Bichita... — Acunó mi rostro entre sus manos — Si de verdad lo estuvieras... Te juro que no voy a dar ni un solo paso atrás ¿De acuerdo? — Acarició mis pómulos con sus dedos, fijando de nuevo su mirada en la mía— Si tuviéramos que ser padres a ésta edad...
— N-no... Tranquilo... — Lo interrumpí sin poder ocultar el miedo en mi voz — Son solo efectos de la píldora... Ya verás que mi periodo llegará pronto y...
— ¡Mari! ¡Hermano! — Gritó Catlyn mientras corría hacia nosotros, con Luka siguiéndole los pasos, Adrien se sobresaltó un poco y en un impulso, enterró el test en la arena para ocultarla.
Genial, ahora tiene complejo de topo.
Suspiré y levanté la mirada hacia mi cuñada quien lucía una deslumbrante sonrisa en los labios, parecía sumamente emocionada, cosa que me hizo relacionar al instante su encantador semblante con el pelinegro de mi amigo, mismo que guiñó un ojo hacia mi.
— ¿Qué pasa? — Preguntó Adrien a la vez que se pasaba una mano por el cabello, parecía ansioso, podría apostar que incluso molesto... Vamos, teníamos un tema de suma importancia pendiente y si algo odiaba Adrien, era quedarse con la duda sobre algún tema.
