¿Pueden dos mejores amigos arriesgarse a perderse el uno al otro por darle paso al amor?
Adrien y Marinette son amigos desde que eran unos inocentes y tiernos niños. Crecieron juntos y su amistad se fortaleció, volviéndose prácticamente inseparable...
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Luka y yo esperábamos afuera de los camerinos, platicando sobre lo que había sido hasta entonces nuestras mejores vacaciones de todas, ambos nos encontrábamos muy animados por la fiesta que esa noche se llevaría a cabo en la mansión Agreste, después del importante desfile del que Sharon nos había comentado.
Catlyn y Adrien por su parte, se encontraban dentro de sus respectivos camerinos, siendo atendidos por el personal del señor Gabriel, quienes los preparaban para lo que sería una sesión de fotos y al parecer, ambos posarían juntos después de sus respectivas sesiones individuales.
— Entonces... ¿Catlyn y tu? —Pregunté a mi amigo mientras picoteaba su costado con mi índice, el sonrió a la vez que un tenue sonrojo coloreaba sus mejillas.
— Basta Mari, no es lo que...
— Claro que si — Sonreí mirandolo fijamente a los ojos — Se te nota a kilómetros, ella te gusta.
Luka se ruborizó aún más, suspirando para finalmente asentir, dedicándome a la vez una sincera y deslumbrante sonrisa.
— No solo me gusta... Creo que la quiero de verdad.
— Oww... Eso es muy...
— ¡Y un carajo me cortaran el pelo! — Gritó Adrien desde dentro del camerino, apareciendo detrás de la puerta de éste al abrirse, vestido únicamente con unos pantalones en color gris — ¡Mari! ¡Me quieren rapar!
Ya sabía yo que esto no sería tan fácil...
— Sólo serán las puntas, joven Agreste — Susurró una tímida castaña, quien según su tarjeta de identificación, se llamaba "Maggie"
— ¡Ja! Ya me sé yo ese viejo truco de "Solo la punti... "
— ¡Adrien! — Lo interrumpí, incorporándome de mi asiento mientras caminaba hacia él — La señorita habla de tu cabello, tonto.
Luka se carcajeo a mis espaldas, captando la atención de mi enfurecido y nervioso novio quien al instante frunció el entrecejo hacia él.
— ¿Y tú de que te ríes?
— De ti ¿De qué más?
Oh no, ya van a empezar.
— Ven y atrévete a reírte en mi cara, idiota.
Luka se puso de pie, a lo que yo me adelanté, posando mis manos sobre el torso desnudo de Adrien, intentando calmarlo.
— No vayas a pelear.
— ¡Pero él empezó!
— ¡Me importa un carajo! ¡Compórtate!
— Ehhh... Señorita... — Musitó Maggie, quien parecía sentirse incómoda ante toda aquella situación — Yo tengo que cumplir con mi trabajo y...
