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Lux.


Los Alphas se comen a los Betas.

Sería innecesario negarse a tal oferta.

Sería estúpido entrar en las fauces del asesinato que cometimos.

Sería incoherente dejar escapar la oportunidad.

Amelia.

Fue la culpable de todo. Y tuvo el descaro de admitirlo todo en mi cara en cuanto llegué a casa a media noche.

¿Pero que gana ella?

Además de encubrir nuestro crimen y convertirse en nuestra cómplice no hay nada más que pueda recompensarla.

¿O sí?

― ¡Hola, Lux!

Despierto de mis pensamientos para levantar la vista del suelo y apretar la tira de mi maleta al ser acosado por una chica con rizos rubios casi cómo los de Huxley. Ella está plantada enfrente de mí y menea su minifalda mientras me saluda con la mano.

Levanto una ceja al mismo tiempo que arrimo mi espalda a una de las paredes en el pasillo de la escuela.

― Yo... am, cómo sabes el comité de la escuela está organizando un baile y...― sus manos temblorosas me entregan un papel con la información que no llama mi atención en lo absoluto―. Y sabes que todos estarán ahí, además estábamos pensando en que tu...

Doy por terminada la conversación en cuanto comienzo a hacer mi camino lejos de ella, pero se apresura a seguir mis pasos sin callar su boca.

― ¡Por favor tienes que ir!

Pongo los ojos en blanco y le devuelvo el papel que me ha entregado antes mientras niego con burla. Finalmente, se rinde y regreso mí vista hacia ella, tal sólo la veo caminar hacia el salón que queda detrás de mi casillero que es a dónde me dirijo.

― Traté de decírselo, pero es un cretino. Es tan grosero― escucho la misma voz desesperante de aquella chica al mismo tiempo que abro mi casillero.

― Te ordené que convencieras a Lux de ir al maldito baile.

― No fue mi culpa. Yo, él.

― Vas a destrozarme los nervios.

― ¿Por qué te gusta tanto?

― ¡No inventes! ¿A quién no le gusta Lux Nervous? El maldito está que arde.

Tomo los libros de mi siguiente clase y luego mis oídos captan el sonido de una puerta cerrarse violentamente. Finalmente, cierro el locker para encontrarme con la pequeña rubia junto a su amiguita de cabello decolorado, ambas palidecen al observarme y yo sólo sonrío de lado para luego marcharme a clases.



(👽)


Camino con un cigarro en la mano hacia Huxley, quien me espera en el solitario estadio del patio trasero y por la manera en cómo camina de un lado a otro, puedo notar que ya ha conseguido droga.

― Lux, tienes que ver esto― ríe mientras saca de su bolsillo un papel a medio arrugar―. Acabo de hacer una encuesta a las chicas de los tres últimos años, incluyendo el nuestro ― sigue caminando de un lado a otro y hablando sin sentido. Huxley con crack es más ansioso que mis propios miedos ― Bien, ¿Estás listo?

LUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora