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"Somos esclavos de lo que nuestras lenguas reproducen"

- Alex.



Lux.


Mis músculos están muertos, parecen ser de roca, me cuesta levantar los brazos para refregar mis ojos, me cuesta pensar, y removerme entre las sábanas.

Como puedo, tomo asiento en mi cama, las sábanas se pegan a mi cuerpo y se sienten húmedas al tacto. Es cuando veo mi habitación en su totalidad, por primera vez, los rayos del sol iluminan mi estancia, por primera vez, no llueve en la mañana, y esto me permite visualizar en totalidad las cobijas, están empañadas en sangre, y en la alfombra, lo único que hay son manchas inmensas de color negro, tanto en las paredes cómo en las puertas del armario.

— Buenos días, amor— me sobresalto al escuchar la voz de Amelia —. ¿Listo para la escuela?

Regreso mi vista a ella, quien se encuentra en el marco de la puerta, con su infaltable cigarro en mano.

Mi rostro tiene un gran signo de incógnita.

— ¿Qué? — pone las manos en su cintura —. Vamos amor, no seas flojo — se da vuelta hasta que puedo escuchar tan sólo el eco que producen sus tacones al chocar con el suelo.

Me quedo estático, observando una y otra vez mis alrededores sin entender absolutamente nada.

Estoy volviéndome loco.

Una vez que me pongo de pies para buscar mi ropa, recuerdo al cachorro que se suponía encontré antes de sentirme tan de la mierda.

Me percato de la inmensa cicatriz que yace plasmada en mi brazo, tan sólo está cosida, sin vendas o antisépticos.

Cuando llego al comedor, lo único que hago es dirigirme hacia una nota sobre la mesa junto a mi plato de cereal.

"Pronto haremos cosas nuevas, regreso en la noche, pórtate bien"

—Con amor, mamá.

Todo esto es tan extraño.



(👽)


Tomo asiento mientras dejo la bandeja con mi hamburguesa sobre la mesa.

Escuchar el bullicio de los idiotas en ésta escuela me vuelve más huraño de lo que ya soy.

No he visto a Huxley o a Boomer desde que llegué a clases y tampoco me han contestado los mensajes.

Comienzo a alimentarme mientras reviso mi conversación con Huxley y me percato de la foto que le envié del cachorro, mi móvil marca la imagen como enviada hace tres días.

— Hola. Me has sido asignada — hablan a mis espaldas, regreso la vista para encontrarme con Tial, un tipo rubio que a veces me facilita el crack a mí y a Huxley, él le habla a una chica que no había visto antes, me llaman la atención sus rizos castaños, me recuerdan a alguien, pero no sé a quién.

— Am, hola. Yo... no sabía que... —responde ella de manera tímida.

— Sí, bueno. Responde éstas preguntas ¿Okey?

LUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora