LUX

10.

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Lux.

―¡Lux, el volumen! ―grita Amelia, golpeteando mi puerta. Tomo el control remoto y apunto a la televisión en mi habitación, bajando el sonido de la película. Paso mi mano por el pelaje del cachorro a mi lado, quien ha crecido considerablemente estos días. Me mira de reojo, empapándome con su lengua mientras se estira en el colchón.

Estiro la mano para tomar un par de palomitas y Jax levanta sus orejas de la nada, poniéndose alerta. Tomo asiento, seguido de esto, me encamino hacia el pomo de la puerta, escuchando murmullos.

―Lux no está.

―Eh, pero él me dijo que viniera...

―Pues salió.

Reconozco la voz de Huxley y veo a Amelia atravesada en la puerta.

Aclaro mi garganta, y mi madre regresa a verme de reojo para luego abrir la puerta completamente mientras enarco mis cejas, plasmo mi mirada en ella quien se retira pasando su hombro junto al mío.

―Tienes visitas...

Hago una seña con mi cabeza para que Huxley me siga hacia mi habitación y una vez allí, cierro la puerta con seguro.

―Lo que pediste ―Él me entrega una pequeña caja de madera, me encargo de abrirla para encontrar una placa con el nombre de mi perro en el frente, y en la parte trasera, mi número y mis datos personales. Saco la placa en forma de hueso de la caja y me arrodillo para estar a la altura de Jax, luego le coloco con cuidado el collar. Él trata de sacárselo saltando, revolcándose en el suelo y mordisqueándolo, pero luego de unos segundos se acostumbra, observa a Huxley y mueve su cola ―. ¿Te gusta, Jax? ―Hux acaricia su cabeza.

Me dirijo a mi móvil, donde busco el nuevo mensaje que me envió Neo y se lo paso a Huxley.

―Qué novedad. Rocco quiere vernos.

Me tumbo en la cama junto a Huxley y Jax quien se sube en mi abdomen y allí se acurruca.

―¿Desde cuando tienes el número de Neo? ―suelta mi amigo de la nada. Me remuevo incómodo, pensando en una respuesta ―. Lo sé, está muy buena. Pero es una bruja, Lux. Tú y ella serían una mierda juntos.

Bufo.

―Sólo la besé, no nos casaremos ―despeino sus rizos rubios.

―¡¿Qué?! ―comienza a reírse como un loco y Jax pega dos ladridos sin entender la histeria del rubio.

Levanto las cejas.

―Una profesora, la chica nueva, todas las mujeres en la escuela, Neo y hasta la vieja que atiende la farmacia. ¿Quién sigue? ¿Yo? ―río ante sus palabras. Mi amigo rebusca en sus bolsillos hasta sacar un papel colorido ―. Iremos, Boomer se encargará de los disfraces.

Reviso lo que me entrega, es una invitación a una fiesta de cumpleaños. La cumpleañera al parecer es Lara y la temática es Halloween. Frunzo el ceño observando a Huxley que mira a través de la ventana.

―Lo sé, ni siquiera estamos cerca de Halloween pero las mujeres están locas ¿Lo olvidas? ―Niego ―. Bien. Debo irme, papá trajo langosta y no mentiré. Muero de hambre ―acaricia su estómago ―Te invitaría pero no creo que a tu madre le guste.