9

1.4K 168 13
                                    

Cᴇɴᴀ ᴄᴏɴ ʟᴏʙᴏs

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.






Cᴇɴᴀ ᴄᴏɴ ʟᴏʙᴏs

  Rodeé los ojos con fastidio. El agarre de Lucas sobre mi brazo derecho comenzaba arderme. Lo apretaba muy fuerte y el pequeño dolor se intensificaba cada vez que me jalaba para que lo siguiera. Esto era una locura. No sé ni en qué momento pudo sacarme de la casa y prácticamente obligarme a salir con él hacer algo de lo que no estaba segura.

—¡No se como pudiste convencer a mi madre! —digo.

—¿Porque lo dices? —Lucas gira su rostro hacia mí con una mueca curiosa.

—Recién te acabo de conocer y ella ya te tiene confianza. No es justo —reproche—. Por favor, no me hagas hacer esto.

—Tú armario es un asco. Incluso una anciana tiene mejor ropa que tú —rueda los ojos—. No tienes ningún vestido de noche. ¡No puedo creerlo!

—No necesito vestidos de noche.

—Necesitas uno para esta noche.

Mi estómago se estrujó en cuando mi mente procesó las palabras de Lucas. De alguna manera logró convencer a mi madre para que me dejara ir a la cena con él. Aunque más bien sería que él iría conmigo. Me negaba a asistir, yo no podía estar cerca de esas "personas". Si tan solo Lucas no hubiese visto la maldita invitación no me estaría llevando en este momento a comprar un jodido vestido.

Entramos a una tienda de vestidos de noche. Agradezco que Lucas haya soltado mi brazo, había una pequeña marca roja por su fuerte agarre. Alce la vista y este lugar era simplemente el sueño de cualquier mujer. En el centro del techo había un gigantesco candelabro con diamantes tornasol, las paredes estaban teñidas por un color rosa palo, también habían grandes cristales como ventanas por las cuales podrías ver el centro del pueblo.

Sentí la necesidad de tomar todos los vestidos que pudiese y salir corriendo de ahí. Rosa, azul, rojo, blanco, amarillo, negro ¡y sin sinfín de colores que yo desconocía! Los sofás eran preciosos y eran color perla, en las mesas de centro habían rosas rosas recién cortadas y emanaban un agradable olor el cual se percibía en todo el lugar.

Cuando al fin reaccione deseé que la tierra me tragara. Me había quedado en la entrada mirando todo como una tonta. Habían varias personas pero gracias al cielo no se habían percatado de mi presencia ya que estaban ocupadas observando los preciosos vestidos. Observe a mi alrededor pero había perdido el rastro de Lucas. No resistí más y me acerqué a unos vestidos que estaban colgados. Pase las yemas de mis dedos por un vestido azul rey de seda el cual tenía una un corte en la pierna izquierda. Era tan sencillo, pero tan elegante y hermoso.

—Listo, vámonos. —la voz de Lucas me sobresalto.

Me giré hacia él y lo miré con el ceño fruncido —: Pero si acabamos de llegar.

DUNCAN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora