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Sᴇʀ ғᴜᴇʀᴛᴇ

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Sᴇʀ ғᴜᴇʀᴛᴇ

Resultaba ser que mi mamá había sido notificada de todo lo que me sucedió. Incluso había ido a la casa de Duncan y había pasado toda la noche conmigo, pero cuando desperté no estaba porque recién se había ido a ver a mi pequeño hermano Ryan. Agradecí mucho que no le avisara a mi abuela, ya que suficientes problemas tenia la pobre. Junte todas las imágenes que había recortado para adornar mi casillero y los guarde en mi mochila.

—Aún no puedo creer que lo hayas hecho —reprochó mi madre—, no estoy molesta porque le hayas salvado la vida a ese chico. Pero Stella, arriesgaste tu propia vida. ¿En que estabas pensando?

—En nada —respondí y me colgué la mochila sobre los hombros—. No pensé en nada mamá, fue algo que sucedió por instinto, quizás fue por la situación en la que me encontraba.

—No estoy de acuerdo con que vayas a la escuela querida. Debes reposar.

—Me siento bien mamá, no te preocupes. —le sonreí.

—Está bien, si te sientes mal no dudes en llamarme.

—Lo haré. —exclamé y después deposité un beso en su mejilla para salir de la casa.

También mi mamá me había puesto al tanto de lo que sucedió en mi pequeña ausencia. Gracias a Dios el cuchillo no dañó ningún órgano debido a que la herida no fue muy profunda. Ya no me dolía esta mañana después que termine de ducharme me di cuenta que había sanado por completo. Estaba cerrada pero aún tenía los puntos de la pequeña cirugía para juntar mi piel en esa parte.

Estaba consciente de que eso no estaba bien. No quise decirle a mamá y tampoco quería que me viera porque haría preguntas que yo no sabría responder. Decidí venir a clases porque creí que ya no era prudente faltar una vez más. Había sido suficiente y no podía perder más clases. De igual manera me sentía mejor, había dormido bien y ahora tenía más energías. Suficientes días con drama había tenido y eso me tenía agotada.

Llegar a la preparatoria se me hizo más rápido de lo habitual, quizás por qué mi mente tenía muchos asuntos pendientes. Desde que abrí las puertas para entrar pude sentir las miradas de algunas cuantas personas que se encontraban en los pasillos. Estaría muy equivocada si pensaba que nadie de aquí se enteraría de lo ocurrido el fin de semana. Si bien Ella ya me había hecho un drama por una simple invitación no quería saber cómo actuaría ahora.

Mordí el interior de mis mejillas mientras seguía caminando con varias miradas encima. Pero no iba a dejar que me vieran como alguien débil, no iba a agachar la cabeza e irme al baño a llorar. Definitivamente no. Por lo que seguí mi camino como si no existiese nadie a mi alrededor. Solté un pequeño suspiro de alivio cuando llegué a mi casillero. En este pasillo no habían tantas personas. Hoy tendría una larga charla con Lucas, teníamos mucho de que hablar.

DUNCAN ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora