Duncan era un alma muerta en vida, quien vagaba solo porque su corazón latía. Stella poseía la luz de la luna y sería su nueva guía.
¡Gracias por la hermosa portada a @AshryverDesigns!
Fecha de publicación: 2 de Marzo del 2018.
#68 En Hombres Lobo...
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Nᴜᴇsᴛʀᴏᴄᴏᴍɪᴇɴᴢᴏ
Aún me era difícil asimilar que Duncan se había marchado dejándome con mil preguntas en la punta de la lengua. Nunca supe los motivos que lo llevaron a tomar esa decisión. Mucho menos sabía si se había ido temporalmente o quizás permanentemente. Mi mente pasaba día y noche creándose miles de ideas acerca de la situación, pero ninguna me hacía sentir mejor.
Me sentía un poco desganada. Ayer se habían cumplido tres semanas de que se fue. Cuando Saskia me lo dijo dolió. Ni la herida que me habían hecho días atrás me había dolido tanto como esas simples palabras que a simple vista no parecían causar efecto en mi . ¿Porque? No lo sabía. Estaba jodidamente confundida y eso me hacía querer arrancarme los cabellos.
Quería que Duncan volviera para terminar de una vez por todas con esta frustración. Aunque pensándolo bien no sabía ni qué le diría. Y el simple hecho de imaginarlo de vuelta me causaba molestia. ¡Ni yo misma me entendía! Si eso sucedía había una probabilidad de que yo no le dirigiera la palabra e ignorarlo. Aún tenía una pizca de orgullo con dignidad.
—Hija, últimamente no has comido bien. ¿Qué sucede? —dice mi madre sacándome de mi mundo.
Entonces vuelvo a la realidad y dirijo mi vista hacia mi plato en el cual aún está toda la comida. Lo peor de todo era que mi mamá había hecho mi comida preferida para cenar y en este instante ni siquiera me era apetecible. Me sentía mal por lo que iba a decirle, pero era preferible decir la verdad.
—No tengo hambre ha decir verdad. —exclamé y después hice cara de perrito para que no me regañara.
—Tan siquiera prueba algo. Como dije antes, no has estado comiendo bien y eso comienza a preocuparme.
—Posiblemente es por el estrés de la escuela. —digo.
—Nunca habías hecho eso. No creo que eso sea —dice y después entrecierra sus ojos—. Un momento... ¿acaso estás enamorada?
Solté una carcajada ante las palabras de mi madre, a lo cual ella me miró con un semblante serio. ¡Eso no tenía sentido!
—¿Stella tiene novio? —preguntó Ryan, haciendo una mueca de asco.
—Por supuesto que no —le respondí—. Mamá, qué no tenga apetito no significa que esté... enamorada.
—Puede ser, aunque déjame decirte que es uno de los síntomas.
—¿Síntomas? Ni que fuera una enfermedad.
—Efectivamente, el amor no es una enfermedad. Pero si una adicción.
—Pues eso no tiene nada que ver conmigo. Solo no tengo hambre y ya.
—Stella, sabes que sea lo que sea puedes hablar conmigo. —murmuró mi madre y me dio un ligero apretón en la mano.