☁️Narra Natzareth☁️
Alguien me dijo una frase una vez que quedó grabada en mi mente: "nadie merece saber que no fue suficiente para una persona".
Ha pasado una semana desde entonces, desde que salí por esa puerta con el corazón en pedazos y añicos cada vez que me alejaba de ese lugar. Lugar donde fue la última cita y donde todo murió; la ilusión, el sentir, Allan. Desde los segundos en que escuché esa frase y me gire para ver a la mujer de quién provenía, la decepción y el dolor no se detiene.
Dije que no iba a reflejar mis sentimientos en mi mirada pero con ello, fue inevitable. Sabía que Allan guardaba un secreto, que todo era muy perfecto para ser verdad pero nunca pensé que tenía una relación con una doctora, con la doctora que me atendió junto a él.
Y ahora todos los cabos sueltos se unen, dejándome tener en claro algo: sólo fui un juego, una segunda opción, una diversión mientras tenía alguien en casa esperando por él.
¿Cómo no pude preguntarle si tenía una relación?
Creo que desde que me beso pensé que me había dado esa respuesta, y claro, todo fue vendándome los ojos poco a poco.
Duele, duele en puta.
Porque nunca nadie me había importado tanto como lo hizo Allan. Porque parecía el hombre perfecto como lo es en las historias pero claro, en la realidad eso no existe y terminé siendo el plato de segunda mesa, siendo la chica que se metió en una relación.
Me siento mal por ello, por todo. Nunca debí ilusionarme con él, ni mucho enamorarme. Porque sí, lo estoy y al haberme dado cuenta de quién era en realidad, me di cuenta que nunca había sufrido con nadie como lo estoy haciendo últimamente.
Porque los días son un martirio, las noches son el suplicio del día, porque en ese lapso de tiempo, pienso, pienso y pienso, torturandome más con todos los momentos juntos pero también con el suceso donde me quebrantó desde lo más fondo de mi ser.
Es horrible sentir que no eres lo suficiente buena para alguien como para que te tomen de primera opción pero de las experiencias se aprenden por más desgarrador que sea. Cuesta levantarse de una caída de ese calibre.
Mae confié en él con los ojos cerrados, le entregué mi corazón, algo que no había hecho con nadie porque temía que me sucediera esto pero claro, ¿nunca se puede salvar de eso, cierto?
Creo que es ley de vida.
También hice algo que juré no hacer, llorar.
Llorar como una estúpida por un estúpido como él. Lloraba cuando me encontraba sola en mi habitación, cuando mi padre estaba en su quinto sueño y no se diera cuenta. Él no puede enterarse, no quiero darle preocupaciones y menos como estas cosas, sé que lo detestaría por lo que le hizo a su pequeña.
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Cerca del cielo. ©️ #GA2018
Romance¿Qué pasaría si un día estuvieras dándote un baño y sientes una masa circular y de un tamaño no adecuado en alguno de tus pechos? Miedo. Miedo es lo que sintió Natzareth aquella tarde en que abrió paso a dos caminos. Dos caminos que la pueden hacer...