¿Qué pasaría si un día estuvieras dándote un baño y sientes una masa circular y de un tamaño no adecuado en alguno de tus pechos?
Miedo. Miedo es lo que sintió Natzareth aquella tarde en que abrió paso a dos caminos.
Dos caminos que la pueden hacer...
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Lo mejor de la vida son las risas y las sonrisas, conocer a personas que le dan color a tu vida. Conoce y vive. Vive la vida.
Llegas a un punto en donde crees que estás loca, que necesitas realmente los lentes, no puedes creer lo que tus par de ojos están observando porque es algo que nunca imaginaste, ni por la mente se te atraviesa. Mis ojos no se detienen en un punto fijo, se encuentran de acá para allá en un trance del que no logro salir.
Miro a mi novio y luego, al otro chico que se encuentra en la puerta.
-¡Mamá! ¡La cuñada se está dando la primera sorpresa! -vocifera al interior de la casa.
Cabello castaño. Ojos achocolatados. Piel levemente bronceada. Misma sonrisa. Misma mirada. Mismos gestos. Tiene un gemelo.
Cuando creo que todo acaba ahí, me entero de que no es así. Otro chico sale, luego de que su hermano grita.
Un chico idéntico a los dos anteriores.
-¡Mamá! ¡La cuñada se está dando la segunda sorpresa! -Nuevamente grita.
-Bueno, porque la tercera sorpresa ya lo tiene como novio -comenta el otro divertido de la situación.
-¡Entren ahora mismo! -ordena la voz de una mujer, los pasos se escuchan cada vez más cerca. Puedo mirar a una señora delgada, cabello castaña con unos ojos celestes preciosos, y unos hoyuelos envidiables, en cuanto me ve, su sonrisa se ensancha-. Dejen de asustar a la muchacha -Los fulmina con la mirada-. Pasen, no se queden ahí -Nos pide con una bonita sonrisa.
Se acerca a mí y me regala un beso en la mejilla, me susurra al oído:
-Siempre les gusta hacer lo mismo -Rueda los ojos-. ¿Cómo estás, Natza? Me llamo Laura, soy la madre de estos terribles trillizos -Sonríe juntando ambos labios alzando alzando las cejas-. Veo que este cabrón no te comento que tiene otros dos cabrones idénticos a él.
-¡Mamá! -chillan los tres ofendidos por haberles dicho "cabrones". Eso me hace reír y suelto un poco la tensión que fue surgiendo en cuanto me enteré de esta triple sorpresa.
-Bien gracias a Dios y ¿usted, Doña Laura? -le pregunto con una sonrisa mientras ella me guia hacia la sala tomándome por la mano. Allan viene junto a mí-. Y no, no me contó que tenía hermanos iguales -Desplazo mi mira hacia él con una mirada matadora.
Alza sus manos en la altura de sus hombros.
-Es código de trillizos hacer eso cuando presentamos nuestras novias. No lo puedo romper -Mira a sus hermanos y ellos asienten con una sonrisa satisfecha-. Lo siento, hermosa -Me da una mirada de cachorrito mojado.
-No lo disculpes, fue muy ingrato de su parte -comenta su madre sin importar que Allan este allí.
-Que malos consejos le das, mamá -le recrimina él cruzándose de brazos.
