Capítulo 4: Primer día en Hogwarts

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Alice llegó a su habitación cuando sus compañeras estaban ya dormidas y, puesto que al día siguiente madrugó para ser la primera en despertarse, no tuvo oportunidad de conocer a ninguna de las chicas con las que compartía habitación.

Una vez que se duchó y preparó, bajó a la sala común, decorada con verde y plateado, los colores de su casa. Tal y como había supuesto, Ethan se encontraba allí, junto a la chimenea, leyendo un libro que probablemente estaría relacionado con la magia negra, en la que se había interesado durante los últimos años. El chico levantó la mirada de inmediato en cuando oyó ruido, aunque no tardó en relajarse de nuevo al ver quién había entrado.

—Supe que ayer hablaste con Dumbledore —comentó mientras retomaba su lectura por donde la había dejado.

Su hermana se acercó también a la chimenea y se sentó en una butaca que estaba libre, no lejos del joven. Trató de pensar en una manera de contarle lo sucedido el día anterior, una manera que no hiciese enfadar a Ethan. Sin embargo, pronto se dio por vencida y decidió contar lo ocurrido tal y como había sido.

—Me llamó para hablar sobre ti —comenzó—. Sabe lo que haces, y dice que no te expulsa de Hogwarts porque aquí puede controlarte y, una vez que salgas, será imposible hacerlo. Sabe que tienes seguidores, y lo que teme es que trates de obtener mi apoyo dado que mi madre fue mortífaga de tu padre.

Su hermano soltó una carcajada al darse cuenta de que, a pesar de que el anciano director creía saber tanto, no estaba al corriente de qué era lo que realmente le unía a Alice. Estaba completamente seguro de que su hermana nunca le traicionaría.

—Supongo que no será el único que lo piensa —comentó—. Muchos dicen que en no muchos años querré que te conviertas en mi seguidora.

La chica se encogió de hombros; no le importaba demasiado lo que personas que no la conocían pudiesen pensar de ella.

Los hermanos fingieron no haber estado hablando cuando escucharon que alguien bajaba las escaleras. Al mirar en aquella dirección, Alice reconoció de inmediato a Theodore Nott, quien se acercó a ella. Parecía ser uno de los pocos alumnos que no temía a Ethan, tal vez debido a que era de primer año y no había tenido tiempo de conocerle.

—Buenos días —la saludó—. ¿Vienes al Gran Comedor? Muero de ganas de desayunar...

Alice asintió y se volvió hacia su hermano, dispuesta a preguntarle si les acompañaría. Sin embargo, se dio cuenta a tiempo de lo sospechoso que resultaría que se lo preguntase, y se limitó a decir "adiós". Ethan ni siquiera le respondió.

Conocía a Nott desde hacía apenas un día, pero sabía que se llevaría bien con él, que sería una persona en la que podría confiar. Su instinto se lo decía, y Alice había aprendido a confiar en su instinto.

Desayunaron casi solos en el Gran Comedor, y ambos alumnos se sorprendieron al encontrar toda clase de comida, no había nada de lo que pudiesen imaginar que no estuviese en aquella mesa de desayuno.

—¿De qué te habló ayer Dumbledore? —preguntó Theodore.

—De lo mismo que tú. Por algún motivo, todos pensáis que tratará de reclutarme. Pero lo que Dumbledore quería era que no me uniese a él... no me conoce lo suficiente.

Nott sonrió, y ambos continuaron desayunando tranquilamente, hablando acerca de cómo pensaban que sería el curso y sobre la primera impresión que les había causado cada uno de los profesores.

Fue cuando estaban terminando de desayunar Y el Gran Comedor comenzaba a llenarse cuando Ethan Riddle hizo su aparición, seguido por numerosos alumnos de Slytherin que parecían formar parte de sus seguidores. Probablemente todos ellos se convirtiesen en un futuro en mortífagos.

Los herederos de Voldemort  ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora