No Es Solo Una Máscara - Finnick Y Tu (THG)

Capítulo 18 Solo Somos Amigos

POV ______:

   Sigo envuelta en mis pensamientos cuando suena el gong que da inicio a los juegos. Por un instante me quedo quieta, desorientada. Salgo a correr lo más rápido que puedo hacia la cornucopia. Llego y cojo una mochila y un paquete de 10 cuchillos. Después corro en la dirección contraria para ir hacia el bosque que rodea la cornucopia. Estoy corriendo cuando se me atraviesa en el camino el tributo del distrito 2. Él me lanza una flecha a la pierna, pero la alcanzo a esquivar, solo alcanza a rozarme y hacerme un pequeño rasguño. Cuando estoy sacando el cuchillo para lanzarse lo, escucho que alguien lanza algo que pasa silbando a tan solo unos centímetros de mi cara. La lanza termina su recorrido en la cabeza del otro tributo. Me volteo y veo a Santiago y a Salomé corriendo hacia mí.

   -Gracias. Me salvaron -les agradezco.

   -No hay de que -dice Santiago.

   -Me alegra que estén bien -sigue Salomé.

   -Sí, a mi también. Pero... ¿Qué hacemos todos aquí? -digo.

   -No se, pero también vi a Finnick, a Christian, a Fred, a Sebastián y a Annie. Pero después de que sonó el gong no los volví a ver -dice Salomé.

   -Sí, yo también los ví. Tenemos que encontrarlos. ¿Ustedes pudieron coger algo?- les pregunto.

   -Yo una mochila, un paquete de 5 cuchillos, un arco y un carcaj (creo que se escribe así) -se adelanta diciendo Salo.

  -Yo una mochila y una la lanza. Que la tengo que coger antes el que se lleven el cuerpo -camina hacia el inerte cuerpo del tributo del 2.

   -Yo también cogí una mochila y cogí un paquete de 10 cuchillos -les informo.

   -Miremos que tienen las mochilas -nos recomienda Santi.
   Abro mi mochila y veo que tengo un saco de dormir, un lazo, un paquete de galletas saladas, una botella de agua vacía y algo ahí todo raro que creo que es para purificar el agua. Al final tenemos recogido con las tres mochilas: dos sacos de dormir, un lazo, tres paquetes de galletas saladas, tres botellas para agua, pero las tres están vacías. Esa cosa rara para purificar el agua y una bolsa pequeña de frutas deshidratadas.
   Luego de descansar un rato, decidimos salir a buscar a los otros.
   Caminamos un rato hasta que escuchamos algo raro entre los arbustos. Paramos para prestar atención. Todos nos quedamos en silencio mirando a todos lados. Una gran sombra salta sobre Santiago. Al parecer no es un animal normal, es un muto (mutación del Capitolio). El muto parece un león, pero tiene los dientes tres veces más grandes de lo normal y el cuerpo completo es el doble de grande que el de uno normal.
   Saco un cuchillos para tirarse lo al león, pero de dónde salió salen otros cuatro más. Mientras Salomé y yo estamos peleando contra los otros se escuchan los gritos de Santiago. Otro muto me coge por el brazo izquierdo y me empieza a zarandear de un lado a otro por el aire. Después de un rato escuchando los horripilantes gritos de Santiago se escucha el inesperado sonido del cañón que significa una muerte más, la muerte de Santiago. Unos segundos después, se escucha otro cañonazo indicando la muerte de mi amiga. Ya sólo falto yo. Como ya no tengo nada por que pelear me dejo llevar. El muto me tira contra un árbol. Me golpeo tan duro en la cabeza que dentro de poco me voy a desmayarme. Siento que lo otros mutos se acercan lenta y cautelosamente. Uno me muerde la pierna izquierda y otro la derecha. Ahogo un grito. Aprietan cada vez más sus mandíbulas. Yo grito y grito de dolor, esperando la hora en que no sufra más. Siento que el que me estaba mordiendo la pierna derecha me la arranca de un solo tirón, veo como el verde pasto se torna rojo. Rojo sangre. Mi sangre. Mi cuerpo no aguantan más y tampoco quiero sufrir más. Saco torpemente uno de los cuchillos de mi mochila, como puedo lo levanto decidida a acabar con mi sufrimiento. Respiro una última vez y lo clavo en mi corazón.