Capítulo 44 No Vayas

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POV ______:

Estaba a punto de besarlo, pero una voz de serpiente habla justo detrás mío:

-Señor Odair, señorita Arias, lamento interrumpir su romántico momento, pero ya es hora -nos separamos y volteó a verlo, tiene una sonrisa maliciosa.

-¿Hora para qué? -miro confundida a Finnick, tiene el seño fruncido.

-¿No le has dicho, Finnick? -volteo a ver al presidente y a Finnick de nuevo.

-¿Decirme qué?

-Nada -dice Finnick.

-Que ya tienen que cumplir para lo que vinieron -dice el presidente al mismo tiempo.

-¿Puedo hablar un segundo con usted, señor presidente? -dice Finnick.

-Claro, señor Odair -se voltea y empieza a caminar.

-Nos vemos en un rato -me da un beso en la frente y se va detrás del presidente, dejándome sola en medio del salón. La música sigue sonando, y el resto de la gente sigue bailando y hablando, sin percatarse de nada. Sigo sin entender a que se fue Finnick, ¿hora de qué?

-Oh, mierda -abro los ojos como platos, ya sé para que se fue-. ¡Finnick! -empiezo a abrirme paso entre la gente y salgo corriendo por donde creo que se fueron Finnick y el presidente-. ¡Finnick! -vuelvo a gritar. La gente a mi alrededor se voltea a verme, me miran como si estuviera loca. Escucho que algunos susurran cosas, "niña loca", "¿quien es?", "¿cómo conoce a Finnick?", al parecer, hay mucha gente que no me reconoce, mejor así. Veo una cabellera mona en la puerta, a punto de salir-. ¡Finnick! ¡FINNICK, ESPERA! -grito desesperada. Para mi alivio, se voltea y me ve. Corro nuevamente hasta él-. No lo hagas, por favor -le ruego-. No vayas -le tomo la mano.

-______, sabías para que veníamos.

-No creí que fuera en serio.

-Siempre es en serio cuando se trata del presidente -dice tranquilo.

-¿Cómo puedes estar tan tranquilo?

-No me sirve de nada estar alterado -sigue con un tono suave.

-Pero... -apreto su mano

-______, por favor, ya me tengo que ir.

-No te vayas. No me dejes -sé que pase lo que pase, en la noche o mañana nos veremos, pero no quiero que se vaya.

-Mas tarde nos vemos -trata delicadamente de soltarse de mi agarre.

-Esto es mi culpa, tú no deberías pagarlo -se me cristalizan los ojos.

-No es tu culpa, no es culpa de nadie.

-Sí es mi culpa. Si no fuera por mi rebeldía y te hubiera hecho caso, esto no estaría pasando -subo mi tono de voz.

-______, mírame -subo la mirada y lo miró directo a los ojos-. Esto no es tu culpa, ¿me entendiste? -niego con la cabeza, mis ojos se cristalizan. Toma mi rostro delicadamente y me da un tierno beso-. ¿Me entendiste? -me limito a mirarlo, sin asentir ni negar-. Por favor, dime que entendiste,no puedo irme sabiendo que te sientes culpable, así que por favor, dime que entiendes que esto no es tu culpa -sigo sin hacer nada-, por favor... -sus ojos me suplican.

-Esta bien -asiento, finalmente.

-¿Está bien, qué? Necesito que lo digas completo.

-Esto... -tomo aire antes de seguir- esto no es mi culpa -digo con dificultad.

-Gracias -me sonríe, le devuelvo una triste sonrisa-. Nos vemos más tarde -me da un último corto y tierno beso y se va, sale por la puerta sin voltear a verme, dejándome sola por segunda en menos de 10 minutos, en medio de desconocidos que me miran y susurran cosas entre ellos sin entender que pasa. Limpio las lágrimas que mis ojos no lograron retener y me volteó lentamente. Raquel está justo frente a mi, mirándome con lástima.

No Es Solo Una Máscara - Finnick Y Tu (THG)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora