Sintió una mano acariciando su cabeza, que mas tarde enredo sus dedos en sus cabellos para poder profundizar aquel beso no deseado atrayéndola más a él.
Era la segunda vez que había besado a alguien, pero era muy diferente.
La última ocasión deseaba mantenerse unida a aquel chico una eternidad, y hasta hubiera jurado que el tiempo se detuvo al sentir esa adorable calidez en sus labios. Deseaba abrazarlo, deseaba mantener esa posición y que jamás terminara, soñó más de una vez con repetirlo, anhelo aquel beso una y otra vez. Se obsesiono con su contacto.
Pero ahora, ahora deseaba que terminara lo más rápido posible, sentía que no podía respirar, se sentía encarcelada, aterrada; cada movimiento, cada roce era una tortura; y esto se debía a que simple y sencillamente no eran los labios que quería besar, no era a la persona a la que ansiaba sentir. No era Wirt.
Era la Bestia.
Y él nunca podría compararse con él, porque la gran diferencia recaía en que Wirt era amado de manera profunda, sincera y... desgraciadamente, obsesiva.
Esa persona frente a ella se había convertido en el opresor de sus esperanzas. Wirt se había convertido en su salvador.
Aquella Bestia podía fingir ser un humano, podía convencerse así mismo que ella lo amaba, podía provocarle ese miedo aterrador sin al parecer darse cuenta de ello, pero jamás, nunca, le negaría el sueño de estar al lado de ese niño que le había robado el corazón.
Jamás.
Todo el mundo podía llamarla "la prisionera", pero no permitiría nunca que esa escoria se autonombrara "su dueño".
Él murmuró su nombre en los últimos segundos. Una de sus manos se paseaba por sus brazos, por su mejilla, entrelazo sus dedos con los de ella, acariciando su cintura y deslizándose desde su cadera hasta sus rodillas como si quisiera saborear con sus manos cada centímetro de su piel. Pareciera que lo que en realidad intentaba, era unirse permanentemente a aquella chica, pero ella no lo deseaba así.
Cuando se separó para mirarla con los ojos entrecerrados y la mirada perdida por el placer que le provoco haberla besado, continúo lamiendo el borde de sus labios y mordiéndolos con delicadeza.
La adoraba.
Pero por más que disfrutara de hacer aquello, finalmente logro reunir la fuerza de voluntad suficiente para detenerse y hablar.
-No quiero que tus ojos vean a nadie más, no quiero que tu voz deleite los oídos de nadie que no sea yo... -le dijo al oído mientras acariciaba el dorso de sus manos.
Las cuales no se atrevería a soltar por nada del mundo el artefacto que aprisionaban. La linterna.
Ella suspiro, mordió su labio inferior y cerro los ojos con fuerza. Al abrirlos se dispuso a proferir una respuesta, la cual prácticamente no respondía a nada.
-Asesine... al leñador. -dijo de repente claramente desconcertando bastante, al contrario.
- ¿Qué?
¿A que venia eso? ¿Por qué lo dijo? ¿Se trataba de una mentira o de un hecho? La sorpresa que el comentario le provoco fue la suficiente para lograr que se alejara de ella.
-Lo asesine para conseguir la linterna -añadió ella enseguida-, después de hacerlo me arrepentí ¿tienes idea de lo terrible que eso se siente? No te la daré.
_______ abrió el cristal del artefacto dejando ver la llama. Fue de la única forma en la que pudo reaccionar.
- ¿Qué intentas hacer? -cuestiono el desconcertado.
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La Prisionera [WirtxTuxTheBeast] Over the Garden Wall
FanfictionEl cuida de mí. ¿Por qué lo hace? No lo sé. Todos me llaman "La Prisionera" ... No creo ser su prisionera, pero si me veo obligada a permanecer a su lado... pase lo que pase. Porque el posee mi alma. El quiere que lo ayude a hacer que ese niño pierd...