Capítulo 30

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Elizabeth.

Cuando mi madre murió me sentí sola, habia caido en cuenta que un momento después estaria haciendome cargo de mi hermana cuando ni siquiera sabia que hacer con mi vida, a penas contaba con 14 años, cursaba el penúltimo grado de la secundaria, vivía en un lugar en el que sólo debias pensar en estudiar veterinaria o administración pero por mucho que amara mi casa, eso no era lo que no era lo que yo quería para mi y ahi fue cuando escuché de la Psicología clínica, ese maravilloso mundo en el que podia tratar de entender la mente humana y sin esperar un momento empecé a organizar mi vida.

Terminé la secundaria con excelentes calificaciones a los 16 años, con la ayuda de mi padrino e Ignacio apliqué para estudiar Psicología en Yale y me fui a vivir a Connecticut, ahi conocí a Samantha, luego de tres años obtuve mi titulación y llegué a Nueva York pues había obtenido con ayuda de mi madrina un puesto en el lugar donde trabajo ahora, un año después me traje a Renata conmigo, en dos años me convertí en especialista en Psicología adolescente y juvenil, realicé una maestria en Alemania, otra en Irlanda, participe en varios congresos en Europa, Renata todo ese tiempo lo pasó internada en el Heaven High School por petición suya, asi que aproveche todo ese tiempo para prepararme y fue asi como construí mi vida.

Mientras estudiaba en Alemania conocí a Lucas y forjamos una relacion que duró cuatro años y justo cuando nos ibamos a casar, murió al igual que mis padres.

Casi tres años habian pasado desde ese momento hasta que conocí a Rodrigo Valderrama y me perdí, me deslumbró el hecho de que podia tener la oportunidad de vivir algo nuevo y el hecho de que ese hombre es el espécimen masculino mejor estructurado que pude haber conocido en toda mi vida, me sedujo con sus besos y esa hermosa sonrisa que se carga pero me decepcioné de la manera mas cruel.

Aqui sentada en medio de la biblioteca de la casa de mis amigos dejo caer una lágrima por todo lo que siento en mi corazón por el y por todo lo que me ha lastimado, mientras la hija que creamos juntos duerme en su burbuja de ignorancia y rosas por doquier, donde el dolor y la desolación no pueden tocarla y por primera vez agradezco a la niñez por ello.

Pude educar a Renata y ya todos pueden ver como es, confío en que puedo hacerlo con Eva pero no dejo de estar asustada, sin dudas no era esto lo que habia esperado para mi.

Mientras mi mirada vaga entre las letras del libro que trato de leer en medio de mi estupor escucho como se desliza la puerta de la biblioteca y cuando levanto la mirada Alonso y Samantha estan de pie ahí observandome, expectantes ante cualquier palabra que pueda emitir, como si esperaran una señal que les permitiera avanzar y hacer lo que sea que esten pensando en hacer.

- Queremos hablar Beth.- Dice Sam finalmente sentándose en un sillon frente a mi junto a su esposo.- Es muy importante.

Asiento mientras coloco el libro en la mesa que esta junto a mi.

- Queremos saber que es todo lo que anda por tu cabeza.- Alonso toma la mano de Samantha y me mira.- Somos los padrinos de Evita y de verdad queremos lo mejor para ella, para ambas y en cierto modo tambien para Rodrigo.

Rodrigo... Todo lo que sucede en mi vida en este momento comienza en el y termina en ella, Eva y Rodrigo me estan volviendo loca.

- Evita es su hija Elizabeth.- Me dice Alonso con calma.- Aunque no haya empezado con el pie derecho se arrepiente, nadie mas que yo conoce el hecho de que el te ama y a su hija por igual.

A merced del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora