Capítulo 48

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Es el gran día, todos correteaban y ordenaban cosas por todas partes en El Refugio del Águila, una majestuosa propiedad flanqueada por jardines enormes.

Las gardenias y las rosas blancas adornando el lugar, el aroma a flores y el amor reinando en todo el espacio hace que la boda tan esperada por todos, pareciera sacada de un cuento de hadas.

Rodrigo no podia para de temblar, esperando a que la mujer de su vida se atreva a pararse frente a el y asi poder entregarle su vida.

Alonso por su parte, solo puede reirse de su amigo.

- Ya la tienes Rod.- Le murmuró con una sonrisa.- Lo lograste.

- Aun no se ha casado conmigo.- Y miro a su amigo.- Aun puede arrepentirse.

Fue el turno de Alonso para reir mientras sostenia en brazos a su hijo.

- Estais tan colados el uno por el otro, que es imposible que se arrepienta.- Y le sonrió.- Calmate.

Aldo se acercó a los amigos y le susurro algo a su hermano.

- Calmate Rodrigo.- Le murmuró Alonso.- Ella ya viene.

Y a Rodrigo le sucedió todo lo contrario.

- Me veo bien?.- Preguntó Rodrigo por enésima vez.

- Todo un galán.- Alonso acomodó la corbata y lo abrazó.- Calma campeón.

Y todo sucedió tan despacio que creyó que moriría.

Ella estaba preciosa en ese vestido, tan sencillo y exquisito como ella, Elizabeth sonrió al verlo y el creyo que de desmayaria, ella no se habia arrepentido y eso le encantaba.

Del brazo de su padrino, escoltada por Frida y Renata, Elizabeth Van Allen comenzo la caminata mas importante de su vida, camino hasta el amor de su vida aun con el corazon latiendo a la velocidad de la luz.

Con las emociones a flor de piel, la naturaleza y todos sus seres queridos siendo testigos del amor.

Elizabeth se detuvo frente a Rodrigo que lloraba cual niño hambriento y le sonrió.

- Estas impresionante.- Murmuró antes de tomarla de las manos.

Ella le sonrió y miraron al Padre Eduardo, quien oficiaria la misa.

- Hermanos y hermanas.- Hablo el hombre mayor.- Nos encontramos aqui reunidos para celebrar el santo matrimonio de Rodrigo Valderrama y Elizabeth Van Allen, un amor que paso por diferentes situaciones que pudieron vencer para llegar al dia de hoy.

Rodrigo y Elizabeth se sonrieron.

》El tiempo, el destino o Dios, lo que prefieran llamar, los unió, tenia planeado para ustedes encontrarse, entrelazar sus vidas hasta el grado en el que no se supiera en donde comienza uno y termina el otro, el amor es solo para los valientes que deciden luchar y nunca rendirse.

Renata entrelazo sus dedos con los de Aldo al tiempo que Ethan hacia lo mismo con Frida, al final terminaron los cuatro tomados de las manos.

- Antes de continuar, existe alguna razón por la que esta unión no deberia llevarse a cabo?

Y por un segundo, solo un segundo a Alonso se le ocurrio impedirla para fastidiar a su amigo al mismo tiempo que Rodrigo le juraba al aire que mataria a quien se atreviera a hablar, pero no sucedió.

- Siendo así, hoy te pregunto a ti Rodrigo.- Ambos se tomaron de las manos y se miraron a los ojos.- ¿Aceptas a Elizabeth como tu esposa y prometes serle fiel, amarla y respetarla en la salud, la enfermedad, en la tormenta  y la paz hasta que la muerte los separe?

A merced del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora