Es el gran día, todos correteaban y ordenaban cosas por todas partes en El Refugio del Águila, una majestuosa propiedad flanqueada por jardines enormes.
Las gardenias y las rosas blancas adornando el lugar, el aroma a flores y el amor reinando en todo el espacio hace que la boda tan esperada por todos, pareciera sacada de un cuento de hadas.
Rodrigo no podia para de temblar, esperando a que la mujer de su vida se atreva a pararse frente a el y asi poder entregarle su vida.
Alonso por su parte, solo puede reirse de su amigo.
- Ya la tienes Rod.- Le murmuró con una sonrisa.- Lo lograste.
- Aun no se ha casado conmigo.- Y miro a su amigo.- Aun puede arrepentirse.
Fue el turno de Alonso para reir mientras sostenia en brazos a su hijo.
- Estais tan colados el uno por el otro, que es imposible que se arrepienta.- Y le sonrió.- Calmate.
Aldo se acercó a los amigos y le susurro algo a su hermano.
- Calmate Rodrigo.- Le murmuró Alonso.- Ella ya viene.
Y a Rodrigo le sucedió todo lo contrario.
- Me veo bien?.- Preguntó Rodrigo por enésima vez.
- Todo un galán.- Alonso acomodó la corbata y lo abrazó.- Calma campeón.
Y todo sucedió tan despacio que creyó que moriría.
Ella estaba preciosa en ese vestido, tan sencillo y exquisito como ella, Elizabeth sonrió al verlo y el creyo que de desmayaria, ella no se habia arrepentido y eso le encantaba.
Del brazo de su padrino, escoltada por Frida y Renata, Elizabeth Van Allen comenzo la caminata mas importante de su vida, camino hasta el amor de su vida aun con el corazon latiendo a la velocidad de la luz.
Con las emociones a flor de piel, la naturaleza y todos sus seres queridos siendo testigos del amor.
Elizabeth se detuvo frente a Rodrigo que lloraba cual niño hambriento y le sonrió.
- Estas impresionante.- Murmuró antes de tomarla de las manos.
Ella le sonrió y miraron al Padre Eduardo, quien oficiaria la misa.
- Hermanos y hermanas.- Hablo el hombre mayor.- Nos encontramos aqui reunidos para celebrar el santo matrimonio de Rodrigo Valderrama y Elizabeth Van Allen, un amor que paso por diferentes situaciones que pudieron vencer para llegar al dia de hoy.
Rodrigo y Elizabeth se sonrieron.
》El tiempo, el destino o Dios, lo que prefieran llamar, los unió, tenia planeado para ustedes encontrarse, entrelazar sus vidas hasta el grado en el que no se supiera en donde comienza uno y termina el otro, el amor es solo para los valientes que deciden luchar y nunca rendirse.
Renata entrelazo sus dedos con los de Aldo al tiempo que Ethan hacia lo mismo con Frida, al final terminaron los cuatro tomados de las manos.
- Antes de continuar, existe alguna razón por la que esta unión no deberia llevarse a cabo?
Y por un segundo, solo un segundo a Alonso se le ocurrio impedirla para fastidiar a su amigo al mismo tiempo que Rodrigo le juraba al aire que mataria a quien se atreviera a hablar, pero no sucedió.
- Siendo así, hoy te pregunto a ti Rodrigo.- Ambos se tomaron de las manos y se miraron a los ojos.- ¿Aceptas a Elizabeth como tu esposa y prometes serle fiel, amarla y respetarla en la salud, la enfermedad, en la tormenta y la paz hasta que la muerte los separe?
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A merced del amor
RomanceElizabeth estaba atrapada, Rodrigo no quería dejarse atrapar; Aunque ellos ya se habian atrapado. Todo marchaba en perfectas condiciones hasta que por obra de la vida los jovenes migrantes mas influyentes de todo New York se encontraron, ambos marca...