Lunes, un dia mas en un mes cualquiera de un año al azar.
El lunes es el dia mas odiado por todos, terminan los dias de descando y una semana de rutinas empieza una vez más, estamos condenados a vivir todos los lunes sin protestas y exoneraciones.
Elizabeth Van Allen vestía ese dia un vestido corte recto negro un dedo encima de las rodillas, tacones al mismo color y su melena suelta, caminaba esbelta y como una diosa por los pasillos del Centro Psiquiatrico de Manhattan un lunes cualquiera, su habitual sonrisa y su cara de angel daban luz a los pasillos que recorria hasta llegar a su consultorio.
- Buenos dias Anna.- Saludo haciendo un ademán para que pasara a su consultorio.- Cuantos pacientes tenemos en la mañana?
- Cinco doctora.- Respondio la rubia sentandose frente a ella.- En la tarde viene una señorita enviada por el Sr. Harvey, dijo que usted estaba enterada.
- Si.- Respondió ella colocandose su bata blanca.- ¿Me traes un cafe por favor?
Anna sonrió y salió del consultorio dandole espacio a su jefa.
Elizabeth observó la vista de su ventana y sonrió por alguna razon inexplicable, todo estaba cambiando muy rápido y eso a veces no era del todo bueno.
- Disculpa Elizabeth.- Dijo Anna entrando con un ramo de rosas rojas de tallo largo y una taza de cafe en manos.- Llego esto para ti.
- A ver deja eso ahí.- Dijo ella indicándole un lugar en el sillón.- Trae tarjeta?
- Si, te dejo para que la leas.- Dijo Anna volviendo a la puerta.- Me avisas cuando iniciemos.
Una vez la puerta se cerró ella se levanto a toda velocidad y revisó la tarjeta para encontrarse con una elegante caligrafía tatuada en la pequeña tarjeta.
"
Siempre es mejor cuando pierdes el control.
"No habia necesidad de decir quien remitia la tarjeta, era obvio que Rodrigo Valderrama no estaba bien y esos trucos para acostarse con ella no eran necesarios.
Elizabeth: ¿Rosas? ¿En serio?
Escribio en su celular y pulso enviar para recibir casi al instante una respuesta.
Rodrigo: ¿Que onda con las mujeres? Solo trataba de ser agradable.
Una pequeña carcajada se escapó de los labios de Elizabeth y acomodó su cabello detras de su oreja.
Elizabeth: Gracias de todos modos, son hermosas.
Unos segundos después obtenia respuesta.
Rodrigo: Se parecen a ti, solo es para que veas que tambien puedo ser un caballero.
Otra sonrisa estupida.
Elizabeth: Aun faltan los chocolates, siempre eres un caballero.
Rodrigo en la inmesidad de su oficina sonrió, esa mujer era imposible.
Rodrigo: Estas de buenas el dia de hoy, no sueles ser tan amable.
Elizabeth: Sr. Valderrama, algunos debemos trabajar, buenos dias.
Rodrigo volvio a sonreir y se puso de pie al confirmar la hora.
Rodrigo: Paso por ti a las 1:00pm, si tienes compromisos cancelalos.
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A merced del amor
RomanceElizabeth estaba atrapada, Rodrigo no quería dejarse atrapar; Aunque ellos ya se habian atrapado. Todo marchaba en perfectas condiciones hasta que por obra de la vida los jovenes migrantes mas influyentes de todo New York se encontraron, ambos marca...