Todos alguna vez en nuestras vidas tomamos una decision equivocada y si no lo has hecho, estas de suerte pues si en algo apestamos los seres humanos, es justamente en eso, en la toma de decisiones.
"No he sido lo suficientemente inteligente y audaz para negarme, se que este es un juego que no deberia jugar pero, ¿Como negarme cuando me siento tan extraña cuando el esta cerca?, si probablemente esta sea una locura, igual de todos modos de locos está repleto el mundo", Escribió Elizabeth en su portátil con la intención de desahogarse en algo ya que no habia sido capaz de contarle a Samantha nada de lo que por negligencia suya estaba pasando.
Se puso de pie y se miro en su espejo completo: Joggers grises, suera negra, skechers negros y una cola de caballo, bajo las escaleras hasta la cocina donde sorprendentemente Renata estaba desayunando.
- Buenos dias.- Saludaron al tiempo ambas.
- ¿A donde tan temprano?.- Preguntó Elizabeth tomando una taza para seguido verter cafe dentro.
- Iremos con los chicos al centro a hacer algunas cosas.-Informo Renata terminando su desayuno cuando su teléfono vibro en su bolsillo.- Frida se quedara a dormir esta noche aquí, adiós.
Elizabeth asintió y luego de tomar sus cosas bajó hasta el estacionamiento, condujo su auto hasta el Central Park y empezó su rutina de trote.
Los arboles y las personas pasaban junto a ella en ese inmenso lugar, el aire fresco con rastros de nieve en los alrededores eran un mundo diferente, la musica de James Arthur en sus oidos aislandola de todo lo que le rodeaba, llevandola a otra dimensión.
Ella estaba concentrada o perdida en algun lugar hasta que unos fuertes brazos rodearon su cintura y la detuvieron abruptamente.
- ¿Que Mierd...- Se quedó la palabra perdida en el aire al girarse y encontrarse con unos ojos azules como el cielo admirandola con lujuria.- Hola.
Rodrigo le sonrió de medio lado y se obligo a despegar la mirada del cuerpo que pretendia probar esa misma noche.
- Deberias lavarte la boca con jabón.- Se burló Rodrigo enarcando una ceja.- Va, te acompaño y asi nos ponemos de acuerdo para esta noche.
Elizabeth lo estudio en todos sus ángulos y se dio cuenta que ese hombre habia sido el mas guapo que ella pudo conocer.
- Creo que olvidaste que mi tiempo no depende de ti.- Le regaño Elizabeth reanudando su trote.
El maldijo y la atrajo a su cuerpo en un impulso por besarla.
- Veamos si esto se hace cambiar de opinión.- Sus ojos se encontraron y como león enjaulado Rodrigo se lanzó a por los besos de esa mujer.
Encontro sus labios dulces y calidos, con un ligero sabor a manzana y café, magnífico y sencillamentr embriagador, paseó sus manos por su abdomen hasta llegar a su cintura y posó sus manos ahí, en la delgada franja de piel que quedaba al descubierto.
Besar a Elizabeth habia sido mas que celestial, de hecho una sola palabra era capaz de describirlo... Orgasmico.
Ella disfrutaba de su tacto, el como sus labios se moldeaban a los suyos, el ligero sabor a menta y miel y los movimientos mordaces que ese hombre hacia con esa boca, la textura de su pelo en sus manos, el olor a su jabón y el calor que emanaba de su cuerpo.
Simplemente habia sido perfecto.
Jadeantes y disneicos se separaban dejando sus frentes una pegada a la otra.
- Dime que eso te hizo cambiar de opinión.- Inquirio Rodrigo apartandose de ella con pesar.
- Definitivamente lo hizo.
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A merced del amor
RomanceElizabeth estaba atrapada, Rodrigo no quería dejarse atrapar; Aunque ellos ya se habian atrapado. Todo marchaba en perfectas condiciones hasta que por obra de la vida los jovenes migrantes mas influyentes de todo New York se encontraron, ambos marca...