Catorce de Febrero.
Habia llegado un dia que hacian años Rodrigo no celebraba, esa mañana habia tenido que irse temprano a la Fiscalia y no tuvo mas remedio que dejar dormir a Elizabeth quien habia amanecido atada a su pecho, en el transcurso del dia la sorprenderia.
Ella esa mañana vestia un vestido rosa palo con unos tacones blancos, seria un dia cargado de trabajo y lo sabia, aunque no pudo negar que se decepciono un poco al no encontrar nada de parte de Rodrigo, quiza con el trabajo lo habria olvidado.
Caminaba por los pasillos del Centro Psiquiatrico de Nueva York ese jueves recibiendo buenos deseos de parte de las personas que la veian pasar, ella era una chica respetada y admirada en su lugar de trabajo.
Al llegar a su consultorio se encontro con una alegre y cantarina Anna, la que al verla no pudo evitar sonrojarse.
- Feliz dia Anna.- Saludo Elizabeth entrando en su oficina.- Antes de empezar un cafe.
Anna asintio, unos minutos despues un hermoso ramo de rosas rojas habia llegado al consultorio de la Dra. Van Allen.
- Beth, llego esto para ti.- Anna dejo las rosas en el sofa y le sonrio a Elizabeth.- El Sr. Valderrama es todo un romantico.
Elizabeth sonrio emocionada y tomo la tarjeta que sobresalia entre los pestalos.
Inmediatamente abrio el sobre pudo reconocer la estilizada letra del hombre que hacia que su corazon se saltara un latido.
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Rosa para la mas hermosa.
Yo era un simple vagabundo del mundo hasta que tus ojos me encontraron.
Yo era un pobre hombre naufragado que no creia en el amor hasta que beso tus labios.
Yo era un simple embustero que se mentia a si mismo negando amarte cuando definitivamente yo era todo tuyo.
Te pertenezco, me perteneces, nos pertenecemos y no hay fuerza en el mundo que pueda cambiar eso.
Gracias por ser mi chica, mi dulce Elizabeth, mi lindura.
Con todo mi amor.
Rodrigo Valderrama
''
- Que te juro que me lo voy a comer Anna.- Dijo Elizabeth terminando de leer la tarjeta.- Pero si es un dulce.
Anna solo le podia sonreir, su jefa se merecia el cielo y si ese hombre queria poner a sus pies el universo entero, ella solo podria aplaudirle.
Elizabeth inmediatamente tomo el telefono y marco su numero.
- Te amo, te amo, te amo y un millon de veces te amo.- Dijo Elizabeth cuando el descolgo, solo podia escuchar su risa.- Tu eres lo mas dulce del mundo, ¿Te lo dije ya?
Rodrigo solo pudo sonreir como bobo en su oficina.
- Te amo, te amo, te amo y un millon de veces te amo.- Imito Rodrigo a su chica.- Tu eres la mas hermosa del mundo, ¿Te lo dije ya?
Elizabeth solo pudo sonreir.
- Paso por ti a las 4:00pm.- Dijo Rodrigo poniendose de pie.- Hoy dia de San Valentin, unos clientes quieren divorciarse cuando yo solo quiero casarme contigo, lindo dia preciosa.
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A merced del amor
RomanceElizabeth estaba atrapada, Rodrigo no quería dejarse atrapar; Aunque ellos ya se habian atrapado. Todo marchaba en perfectas condiciones hasta que por obra de la vida los jovenes migrantes mas influyentes de todo New York se encontraron, ambos marca...