Capitulo 6

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El cielo se rompia sobre la ciudad de Nueva York, la oscuridad y el silencio de una casa en la que hacia apenas unas semana una chica pelinegra de ojos azules corria y gritaba, escucha música a todo volumen y cantaba a todo pulmón, a la que extrañaba con toda el alma aunque estuviera en el piso superior eran la compañía de Rodrigo además de una botella casi a termino de una botella de Bourbon.

El reloj digital del salón marcaba en grandes números verdes 10:30pm de un domingo que el habría compartido con cualquier rubia que le decidiera abrir las piernas con solo pestañar, pero tan jodida era su vida que ni deseo sexual tenia.

Asi como cuando tu vida pasa de ser perfecta y ordenada, a una mentira.

¿Qué estaba haciendo mal?, ¿Porque de un momento a otro su vida se convirtió en la mayor estupidez existente? La respuesta era simple aunque el se negara a aceptarla

En su plan de cuidar y proteger a su hermana del mundo, se había olvidado de si mismo y como si la hubiera invocado, la razón de todos sus recientes desvelos se presento descendiendo las escaleras silenciosamente.

Rodrigo la observo moverse por el lugar y Frida por su parte fugazmente veía como su hermano la estudiaba, la ira crecia en ella y no pudo evitar explotar al ver la cara botella de Bourbon casi terminada en las manos de su hermano.

- Ahora además de troglodita es alcohólico.- Eso que pretendía ser un murmullo llego claramente a los oídos de Rodrigo y estallo una vez estuvo cansado de los desplantes de su hermana.

- ¿Qué dijiste Frida?.- El chico como una pantera enojada se puso de pie y Frida por su parte tomo una tostada francesa y la unto con crema de avellana para posteriormente pegar un gran bocado disfrutando de la función pues últimamente fastidiar la vida de su hermano era su actividad favorita.- Te estoy hablando Frida Valderrama, ¿Qué acabas de decir?

Ella bufo y se encogio de brazos molestando aun mas a su hermano que estaba a punto de perder los estribos y ella no era ignorante a ese detalle que disfrutaba tanto.

- ¡Maldita sea Frida!.- Exploto, una bomba de enojo y frustración exploto en la encimera de la cocina del Duplex de los hermanos Valderrama en el exclusivo distrito de Greenwich Village.- ¡Estoy harto de esta mierda!

Frida lo observaba muda, la reacción de Rodrigo la había sorprendido pero nada comparado con el dolor que las siguientes palabras de su hermano provocaron en ella.

- ¡Estoy harto de toda la mierda en la que has convertido mi vida Frida!.- El se desordenaba el pelo sin ser consciente de todo lo que estaba diciendo y mucho menos de las lagrimas que su hermana derramaba.- ¡Estoy harto de ti! Ya no te soporto Frida.

Ella lo miro directamente a los ojos y se limpio violentamente las lagrimas que se empecinaban en hacer maratones por sus sonrosadas mejillas.

- Entiendo.- Y se fue.

Rodrigo solo fue consciente de todo lo que había dicho cuando escucho que algo se rompia en el piso superior y de inmediato sintio como su vida se desquebrajaba completamente.

La había cagado y no sabia como arreglarlo pero por el momento decidio dejarla tranquila, después hablaría con ella.

Subio a su recamara y se dio un baño de agua fría, se metio entre sus cobijas y se durmió vencido por el cansancio.

La mañana de ese lunes era fría y nublada, su traje gris combinaba a la perfeccion con su cabello rubio y sus ojos verdes.

Rodrigo mientras descendia por las escaleras vislumbro a Frida en la encimera de la cocina con un tazon de cereal y un vaso con zumo de aradanos encima de el.

A merced del amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora