Un mes después
Rodrigo corria por los senderos del Central Park inmerso en sus pensamientos, ¿Era necesario involucrarse con ella?, habian pasado treinta dias desde que el y Elizabeth empezaron esa especie de relacion sin compromiso, un juego del que estaban siendo arrastrados, el sexo con ella era extremadamente alucinante, habia una especie de magia en ella que solo lo dejaba con ganas de más.
Iba realizando su rutina diaria hasta que algo llamó su atención, esa chica castaña con cuerpo de super modelo corria en sentido contrario, aun no se percataba de que el estaba justo frente a ella y eso le dio la oportunidad de verla una vez sin tapujos.
Ella sonreía como un angel y se movia como una diosa, fin.
Elizabeth definitivamente no era como esas mujeres a las que el estaba acostumbrado a llevar a la cama, ni siquiera ella... Kathya Rios, su unica novia y la unica mujer a la que fue capaz de amar hasta que la muerte de sus padres lo obligo a dejarla ir y hacerse cargo de otras cosas sin importar que tuviera que poner en pausa a su corazón.
Elizabeth era independiente, ella no esperaba que el le ordenara irse, ella sabia perfectamente en que se estaba metiendo aunque el a duras penas tuviera que aceptar que tenia miedo, con ella se sentia diferente, como no se sentía hacia mucho tiempo.
- ¡Hey!.- Le saludo ella deteniéndose frente a el.- ¿Que onda?
- Hey.- Dijo sin mas regalandole una sonrisa correspondida.- Me preguntaba si quisieras salir a cenar esta noche.
Eso definitivamente no estaba en los planes.
- Frida y Renata saldran con Aldo e Ethan.- Informó Elizabeth sentandose en uno de los muros de la fuente.- Asi que, ¿Porque no?
Rodrigo sonrió y se atrevio a dejar un calido beso en los atrayentes labios de esa chica.
- Paso por ti a las 8:00pm.- Dijo alejandose cuando ella se disponía a protestar.- ¡Ponte guapa!
- ¡Siempre lo estoy!.- Grito ella en respuesta mientras negaba con la cabeza y sonreia ante el arrebato del hombre que estaba llevandola al cielo.- ¿Que rayos le esta pasando?.
Eso si que era un misterio, todo en ellos habia cambiado, no solo era sexo ocasional, habian ciertas ocasiones en las que solo conversaban e incluso trabajaban porque eso si, el caso Joel Cooper era algo que a ambos les interaban hasta el final.
Las horas pasaban y en esos dos chicos aumentaba la ansiedad en grados perjudiciales.
Elizabeth abrochaba su vestido semiajustado azul marino mientras Rodrigo abotonaba su camisa blanca, ella acomodaba sus zapatos mientras el abrochaba sus gemelos, ella cepillaba su cabello cuando el rociaba su perfume, todo estaba listo.
- ¿Algo que debas decirme?.- La voz de Samantha interrumpió a Elizabeth mientras ella acomodaba su collar.- Estas muy sospechosa hace un mes.
Elizabeth nego con una sonrisa y se acercó a su amiga.
- Dime como me veo y te cuento.- Dijo mientras caminaba a las escaleras.
- Deslumbrante como siempre.- Respondió la pelinegra con una sonrisa.- Estas viendo a alguien y creo saber quien es.
Justo cuando el elevador abria sus puertas dejando ver a un Rodrigo Valderrama perfectamente arreglado y con una sonrisa deslumbrante en su rostro.
- Buenas noches señoritas.- Saludó a ambas con un beso en la mejilla y le ofreció su brazo a Elizabeth.- Yo me robo a esta dama y Alonso te espera abajo.
Samantha solo asintió estupefacta y se deslizo hasta el interior del elevador.
- Estas muy guapa como siempre.- Dijo Rodrigo viendo la mujer que tenia justo al lado.- Esta noche promete mucho.
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A merced del amor
RomanceElizabeth estaba atrapada, Rodrigo no quería dejarse atrapar; Aunque ellos ya se habian atrapado. Todo marchaba en perfectas condiciones hasta que por obra de la vida los jovenes migrantes mas influyentes de todo New York se encontraron, ambos marca...